Infinidad Parte 2 — Oscuridad Sin Límites

Capítulo 46

Ouroboros recibió el golpe de Mike sin moverse. Mientras Ouroboros sonreía, el puño de Mike temblaba de dolor, cuando Mike lo golpeó en un principio lo sintió como si fuera de carne y hueso, pero un segundo después, fue como si golpeara una plancha de hierro de varios centímetros de grosor, haciendo que los huesos de su puño se rompieran y en su piel se formaran grietas sanguinolentas debido a la fricción. Si no tuviera las vendas, dudaba mucho de que aún siguiera sintiendo la mano.
—¿Qué te parece mi Aegis?
Ouroboros giró la cabeza media vuelta y haciendo crujir los huesos, mirando a Mike y haciéndolo gemir de dolor como si lo hubiera sentido.
—Porras... eso debe doler.
Ouroboros rió antes de lanzarle un golpe con su puño, rompiendo los huesos del brazo de Caín.
El golpe aterrizó en el estómago de Mike, y en el momento que lo recibió, su mente se quedó en blanco debido al dolor.
Mike se tambaleó mientras daba unos pasos hacia atrás, se llevó las manos a la boca, pero aún así tuvo que agacharse para vomitar. Ouroboros aprovechó ese momento para golpear la espalda de Mike, cuando impactó, Mike escuchó un ruido seco de algo que se rompía.
Con un gran grito de dolor, Mike se derrumbó en el suelo.
—No eres tan resistente... pensar que mi juguete se ha roto con un golpe suave...
Mike miró a Ouroboros con ganas de borrar esa estúpida sonrisa en su rostro, aunque sabía que por mas que quisiera le era imposible.
—Mocoso... será mejor que te prepares...
Ouroboros miraba a Mike con tranquilidad, pero su mentalidad seguía siendo la de un niño al fin y al cabo, por lo que cuando Mike lo llamó "mocoso" su sonrisa se torció levemente y en ese momento tanto Lucifer como Uriel se liberaron de su Paro Espacial, permitiéndoles moverse de nuevo.
—¡No soy un mocoso! ¡Soy un hombre! ¡¿Me oyes?! ¡Un hombre!
Lucifer voló rápidamente y golpeó con su puño la cara de Ouroboros, debido a la velocidad a la que lo golpeó Lucifer, Ouroboros retrocedió unos cuantos centímetros.
—Mike vete ahora mismo de aquí.
Al escuchar las palabras de Lucifer, Mike apoyó sus manos en sus piernas y suspiró mientras negaba.
—No tiene sentido que me digas eso... para mí ya se ha vuelto imposible.
Lucifer miró a Mike sin comprenderlo, aunque después vio que sus piernas no respondían.
—Me he vuelto paralítico... creo... no lo sé, tendría que estudiarlo... ¿podría vivir del Estado ahora?
Lucifer buscó con la mirada a Uriel para pedirle ayuda, aunque descubrió que estaba intercambiando golpes con Ouroboros, pero por alguna extraña razón, veía los movimientos de Ouroboros más lentos que antes.

Liliana, que se quedó en el muro temblando, escuchó el grito de dolor de Mike, por lo que retiró un cañón y miró la pelea que estaban teniendo.
—Le avisé... le avisé...
Liliana siguió observando, pero había algo que solo ella podía ver y la impactó, los candados de mortalidad de cada uno de ellos.
En sus ojos, al principio Mike estaba lleno de dolor, aunque poco a poco se calmó y tras tocarse las piernas y resignarse a tenerlas, su candado plateado se abrió pero no giró, por lo que había hecho una liberación a medias del primer nivel sin ayuda de factores externos, solo con su mentalidad.
Lucifer y Uriel eran distintos, ya que desde un principio eran seres celestiales, tenían la liberación de primer nivel. Pero tras ser liberados del Paro Espacial cuando Ouroboros perdió los estribos, sus candados dorados, al igual que Mike, hicieron una liberación a medias.
Actualmente, solo ella sabía lo que eran en realidad esos candados, y sabía lo difícil que era solo liberar el primer nivel, mucho más el segundo nivel aunque solo fuera la mitad.
Los efectos de la liberación en cada ser diferían, algunos que siguieran el camino de la fuerza pura obtendrían una fuerza mayor, mientras que los que seguían el conocimiento su inteligencia se vería con una mejora inmensa.
Liliana solo tenía una leve imaginación de como sería la liberación de Mike, ya que era el descendiente de Einstein, aunque no tenía ni la mas remota idea de las liberaciones de Lucifer y Uriel al ser ángeles.
Liliana, aunque seguía temblando, debatía internamente lo que debía hacer. Por una parte estaba agradecida de que Ouroboros no apareciera todavía en su cuerpo real, sino que debía poseer a alguien que aguantara su poder cercano al infinito, en este caso a Caín. Aunque por otra parte no creía que hubiera alguna forma de matar a Caín, ya que la posesión de Ouroboros era perfecta, solo se desharía si el cuerpo muere, y Caín poseía un cuerpo inmortal.
—Aunque... ¿y si por un casual...?
Liliana pensó en una posibilidad remota, casi inexistente. Si Uriel y Lucifer eran ángeles y por ende, hijos de Dios, su liberación debería estar a la altura de Dios. Liliana rezaba para que, aunque solo fuera temporal o de un único uso, alguno de los dos tuviera la omnipotencia divina de Dios, ya que si alguno la tuviera solo deberían quitarle a Caín su inmortalidad y después matarlo aunque eso sería el segundo problema.
Aunque Liliana tenía esas suposiciones, aún no se atrevía a bajar. Prefería ser un observador desde lejos antes que enfrentarse a Ouroboros, pero todavía podía ayudar incluso en esa distancia, por lo que vinculó su alma a Lucifer y Uriel, otorgándoles a ambos una pequeña mejora en sus aptitudes.




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