Infinidad Parte 2 — Oscuridad Sin Límites

Capítulo 51

En una cueva, en una montaña cerca de los Alpes, John se apoyaba en la pared suspirando y con su mano apretando su corazón.
—Lucy...
John, al igual que Lucifer, Uriel y Mike, se cambió de ropa. Vestía un polo rojo con unos vaqueros negros y unos deportes, aunque poco le importaba la ropa o el lugar donde estaban, tanto su mente como su corazón estaban en otro lugar.
—Pero también está Guilea...
Ese era su problema, John tenía sentimientos por Lucy desde hacía mucho tiempo, pero también tenía esos sentimientos hacia Guilea, por lo que su corazón estaba perdido. No entendía sus propios sentimientos, y desde que comenzó a escuchar esa voz en su mente, los entendía cada vez menos.
John volvió a suspirar, aunque esta vez las lágrimas surgieron de sus ojos. Mientras, en el interior de la cueva, Pyhryus miraba a John y negaba con la cabeza.
—Cerebrito, ¿qué ha sido de esa mujer?
Mike miró a Pyhryus de reojo antes de seguir con un portátil que Uriel buscó en una ciudad cercana.
Tras la lucha con Ouroboros, Mike fue el que se llevó la peor parte, al menos, de una manera física, ya que se quedó minusválido y se vio obligado a estar en una silla de ruedas.
—Las cosas necesitan tiempo lagarto anciano.
Mike vestía ahora un abrigo con algo más de ropa debajo, unos pantalones de chándal y unos deportes. Sus piernas eran tapadas por una colcha en la que posaba el portátil.
—Lucifer, Uriel, ¿quién de los dos es más rápido?
Lucifer no cambió su estilo, ya que únicamente cambió su traje negro por uno rojo, su camisa interior era blanca y llevaba una corbata azul. Uriel, en cambio, dejó atrás su gabardina y la cambió por un chaquetón negro, a parte, llevaba unos pantalones vaqueros y una camisa, ambas de color azul marino. Aunque ambos hermanos llevaban mocasines, los de Lucifer eran rojos y los de Uriel eran negros.
—Voy yo... ¿Es seguro dejar a John en ese estado?
Uriel se ofreció voluntario ya que sabía qué le iba a pedir Mike.
—No... dejarlo en ese estado es cualquier cosa menos seguro... yo personalmente no quiero enfrentarme de nuevo contra ese tipo.
Pyhryus habló con su mirada fija en John. Él era el único que siguió llevando la armadura después de la pelea contra Ouroboros ya que John la perdió cuando llegó a su límite y se durmió.
—Eso suponiendo que no encuentre otro receptáculo.
Pyhryus tosió un par de veces y miró a John que todavía seguía llorando incesantemente.
—No creo que exista mejor recipiente para contenerlo que Caín. El problema será cuando aparezca con su cuerpo real.
—¿Su cuerpo real? ¡JA! Soy un dragón, he sido capaz de aguantar sus golpes incluso con mi cuerpo divino degenerado, ¿qué te hace pensar que no soy capaz de igualarlo?
Mike resopló y tocó el teclado del portátil. En la pantalla se mostraba la ciudad completamente destruida antes de acercarse y mostrar el muro junto a sus alrededores.
—Uriel ve a por el brazalete. No veo a Guilea por ninguna parte, pero aún así vigila tu espalda.
Liliana seguía en el muro al no poder separarse mucho de su verdadera forma, el brazalete.
Mike no tenía la intención de dejar a Liliana a su suerte, aunque no le gustó el hecho de que no ayudara cuando se enfrentaron a Ouroboros, seguía necesitando su ayuda y su conocimiento.
Cuando Uriel se fue, John volvió al interior de la cueva, los alrededores de sus ojos estaban rosados.
—¿Qué vamos a hacer ahora?
Lucifer se encogió de hombros y Mike miró a John sin interés.
—Pensaba que tú lo sabrías.
—Vamos a ir a por esa mujer, la espada que tiene es interesante.
John miro a Pyhryus seriamente y le contestó tajantemente.
—Tú no vas a decidir por todos, además ¿quién querría seguir a un viejo cínico?
Pyhryus no contestó, simplemente cerró su puño y golpeó su cabeza, haciendo que John se sentara en el suelo y acariciara el lugar donde Pyhryus le golpeó.
—A la próxima te rompo el cráneo, además ¿cuándo vas a madurar? ¿acaso no entiendes que esa mujer quiere matar todo lo que esté a su alcance? Es mejor matarla ahora que esperar después.
John no respondió, se quedó mirando el suelo sin saber qué pensar.
Al ver la actitud de John, Pyhryus lo agarró por el cuello y lo levantó frente a él. Preparándose para golpearlo con su puño libre, Lucifer se interpuso en el camino de Pyhryus.
—Tranquilo.
Mike movió su silla de ruedas al lado de Lucifer y miró a Pyhryus.
—Por una parte te entiendo, pero debes comprender que no sabemos nada de sus habilidades, si vamos a por ella ahora es lo mismo que suicidarse.
—¿Suicidarse? ¿Entonces cómo llamas a la lucha que tuvimos con esa cosa? Yo no sabía nada de sus habilidades y pude aguantarle.
—Fue suerte, no tiene otro nombre. Si John no hubiera recibido esa espada de su otro yo, ahora estaríamos criando malvas.
Pyhryus no tuvo mas remedio que callarse ya que no podía discutir ese hecho, si John no hubiera tenido esa espada, no podría haber destrozado a Ouroboros y consecuentemente habrían muerto.
—Lo que debemos hacer ahora mismo es esperar a Uriel, cuando traiga a Liliana, ella responderá qué es la otra Guilea.
Pyhryus soltó a John mientras bufaba, quería enfrentarse contra esa mujer, la otra Guilea, ya que su instinto le decía que era peligrosa, casi tanto como Ouroboros.




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