Capítulo 05

John se despertó con cadenas en sus brazos y piernas que conectaban con dos pilares. Frente a él había un pequeño altar con una caja plateada y una katana morada que descansaba a su lado.
Alguien detrás de John rompió su camiseta antes de prender fuego al suelo, formándose un círculo con las llamas cubriendo el altar y a John. La persona detrás de John puso en las llamas algo, y tras unos segundos, lo puso en la espalda de John, haciéndolo llorar mientras se olía carne quemada y se escuchaba el sonido del hierro enfriándose.
Por mas que quisiera John gritar, algo evitaba que pudiera hablar. Se debía a que tenía un casco que ocultaba su rostro, el interior del casco era compacto y estaba pegado a su rostro a la perfección.
El hombre retiró de la espalda de John el hierro, y con una daga comenzó a cortar la zona que había tocado con el hierro. Trozos de piel y carne cayeron al suelo con un golpe sordo, aunque John no lo escuchó, ya que su mente estaba lidiando con el dolor e intentando no desfallecer debido a ello.
Cuando terminó, John miró el charco de sangre a sus pies, viendo el casco que solo tenía aberturas para sus ojos y nariz, luego miró al hombre con túnica que se alejaba, en su mano izquierda estaba el hierro aún rojo con la forma del número ocho. Mientras, en el charco de sangre apareció la figura de un niño pequeño, aunque solo poseía una sonrisa en su rostro y todo su cuerpo era blanco, miraba a John regocijándose del dolor que sentía.

Mike salió del ascensor con un brazalete en su brazo derecho y una guadaña.
 —Llegas a tiempo Mike, acabamos de localizar a John.
Antes de que Mike pudiera decir algo, Liliana salió del espejo en el brazalete y Videth de la hoja de la guadaña.
 —No se puede enviar a nadie al interior de la secta.
Videth habló mirando con sus cuencas vacías la pantalla central.
 —¿Por qué? ¿Acaso no queríais cambiar la historia de éste universo?
Videth miró a Edward, a lo que respondió simplemente negando con su calavera.
Caminando a una pared, Videth la tocó con los huesos negros que formaban su mano y asintió.
 —Liliana y yo queremos cambiar la historia de éste universo, ya que es el original, pero hay ciertas cosas que no debemos tocar. John salió del interior de la secta por sus propios medios por así decirlo. Los tres gobernadores lo enviaron a un lugar en el que ni los dioses se atreven a entrar, aprendiendo a utilizar su asimilación mientras perdía el miedo que tiene al resto del mundo. No se debe cambiar ese hecho.
Videth formó un círculo con su hueso anular en la pared y miró a Edward.
 —Lo que debemos hacer nosotros mientras tanto es hacer una cosa un tanto complicada.
Videth miraba la pared y calculaba su longitud. Cuando Liliana vio a Videth medir la pared con los huesos de sus pies, se adelantó a su lado.
 —¿Estás pensando en hacer esa puerta aquí?
 —No, prácticamente es imposible crearla incluso con mi poder. Esa puerta es algo irrepetible.
Liliana negó y explicó lo que Videth insinuaba que haría.
 —Mike, ¿te acuerdas del otro John, el que mató a Fenrir?
Mike asintió y Liliana, que se había alejado de Videth, miró la grieta que aparecía en la pared.
 —El otro John, no sé si era el original antes de que ocurriera el Día Oscuro o después, pero viajó a través de una "puerta" que conecta con todos los John alternos.
Mike estaba por preguntar de que se trataba esa "puerta", aunque antes de que lo lograra, Videth formó una grieta en la pared desde el suelo hasta el techo, haciendo que Edward mirara a Videth con el rostro congelado.
 —Pero no es una puerta, es una grieta en el tejido del tiempo conectada al alma de John.
 —Hermano mayor, se te olvida algo.
Videth miró a Liliana y ladeó su calavera, sin saber a lo que se refería.
 —John consiguió crear una fractura en el tiempo, o una grieta como tu has dicho, cuando peleó contra uno de los Tres Gobernadores. Pero antes de eso bebió del Santo Grial, otorgándole una regeneración mayor.
La mandíbula inferior de Videth cayó, obviamente se había olvidado por completo de lo que ocurrió.
 —Mike una pregunta. ¿Puedes contener una grieta así en una puerta?
Mike miró la grieta de arriba a abajo rascándose la cabeza, necesitaría muchas cosas para contener algo de ese tamaño, pero también necesitaría saber cómo el John original pudo contener una grieta temporal.
 —¿Cómo hizo el John original para contenerlo? Más exactamente, ¿qué usó?
 —Utilizó una aleación de titanio, diamante, oricalco y mitrilo.
Mike y Edward miraron a Liliana, ambos sin creer sus palabras.
 —El oricalco lo consiguió tras buscar por medio año en el fondo del océano Atlántico las montañas de la Atlántida, el mitrilo lo consiguió tras hacer su primer viaje entre universos en el que tuvo que salvar a un clan enano que lo recompensaron con una veta de mitrilo.
Mike acarició sus sienes, aunque había estado presente cuando el universo fue devorado por Ouroboros, había perdido sus piernas, y había experimentado el viaje a otro universo, las palabras de Liliana le parecían irreales.
 —¿Y cómo hizo el John original para guardarlo hasta que lo contuvo en una puerta?
 —Lo dejó tirado en una cueva de la montaña, aunque después se formó un criadero de monstruos.
Mike suspiró de alivio, aunque Liliana añadió algo a sus palabras.
 —Entre los monstruos que aparecieron estaban trolls, quimeras, ogros, goblins, kobolds... Justo cuando fue a recogerlo tuvo un encuentro con un dragón rojo.
El alivio que sintió Mike se borró al instante, sin contar a todos los monstruos que Liliana nombró, con solo la aparición de un único goblin sería suficiente para que se convirtiera en una plaga si llegara a la ciudad.
Aunque por otra parte, Mike tuvo una idea. Podrían dejar la grieta en la montaña y a su vez, dejar vigilantes a cargo de que no salieran monstruos.
Videth hizo desaparecer la grieta mientras miraba a Liliana. Ambos habían sentido la aparición repentina de Ouroboros en alguna parte.