Inmarcesible

01

El día laboral está a punto de acabar, las juntas de trabajo y los trámites del divorcio me tienen muy estresado, tanto que lo único que quiero hacer es llegar a mi casa a dormir. Afortunadamente en la empresa han subido las ventas en estos últimos meses, lo que significa que así como las ventas suben, el trabajo también. Desde que murió mi padre yo fui el que se quedó a cargo de la empresa, y no me quejo, amo hacer mi trabajo, pero a veces es demasiado estresante.

—Vamos, Nick, ya se fueron todos —entra Lenny a mi oficina.

—Ve tú, yo aún tengo que terminar con este informe —respondo sin mirarlo.

—Lo puedes acabar mañana, lo inversionistas llegan hasta el jueves, si sigues así te vas a volver viejo —llega a mi lado y apaga mi computadora —levanta tu lindo trasero de ahí y ven aquí.

Me levanto de mi asiento a regañadientes y apago la luz de mi oficina para luego salir detrás de mi amigo. Me percaté que no eramos los únicos en el lugar, también estaban unos cuantos empleados ahí, para ser exactos hay cinco personas además de Lenny y yo.

—¿No que ya se habían ido todos? —pregunto confundido.

Él duda un poco antes de responder.

—Sí, es que yo quería preguntarte algo —asiento en su dirección para que siga hablando —vamos a ir a un pequeño club ¿quieres ir?

—No tengo tiempo para eso, y estoy muy estresado.

—Por eso mismo tienes que ir, allá hay unas mujeres que parecen diosas y te harán olvidar todo —sigue insistiendo.

—Estoy muy cansado, además tengo esposa —levanto mi mano izquierda con el anillo de bodas en el dedo anular.

—Una esposa con la cual te estás divorciando, y tampoco es como que te vayas a acostar con una, solo la verás bailar.

—Otro día será, ya me voy. Que te diviertas —salgo de la empresa dejándolo hablando.

Subo a mi coche y manejo hasta mi casa.

Al llegar me recibe Gisselle con un gran abrazo. La cargo en mis brazos.

No veo a Sarah por ningún lado, todo estaba en absoluto silencio y al llegar no la vi cerca de Giss.

—Oye ¿Sabes dónde está mamá, linda? —pregunto a mi hija.

—Me dijo que me quedara con Luz, porque ella iba a hacer una llamada importante.

Paso a la cocina en donde estaba Luz cocinando y dejo a Giss con ella mientras iba a la recamara para cambiar mi ropa a una más cómoda, pero antes de abrir la puerta de la habitación escucho voces provenir de el interior de ésta.

—Nos vemos el viernes a las ocho ahí —dice Sarah —no, por Gisselle no te preocupes, ella dormirá con su abuela ese día, y a esa hora ya estará con mi mamá —se escucha un breve silencio —sabes que no podría irme contigo antes del juicio final, eso sería abandono de hogar y él ganaría la custodia de Gisselle, espera las tres semanas que faltan para el juicio y ya seré toda tuya David.

Después de eso último Sarah deja de hablar para permitirle a David responder, para después dar la despedida. Si ella quisiera irse con él no habría ningún problema, ella seguiría teniendo la custodia y no es porque yo no la quisiera, sino que ella podría cuidar mejor de la pequeña, yo trabajo muchas horas al día y no estaría pendiente de ella como es debido, esa es una de la principal razón por la que Gisselle vivirá con su madre, si ella no se va con él es por que no quiere.

Sabía que ella tenía un "amante", desde hace mucho tiempo estaba enterado por ella misma, pero simplemente no le tomé importancia a que me fuese infiel, desde antes de casarnos sabíamos que entre los dos no había ni una pizca de amor, pero aun así decidimos que seríamos fieles, al parecer ambos cumplimos en los primeros dos años de matrimonio, luego ella conoció a David y desde hace más de cinco meses dejó de cumplir, Giss varias veces a salido con ambos, obviamente primero conocí a  David, y dentro de lo que cabe es un buen hombre, aunque sé que si no lo fuera Sarah nunca dejaría que le pasara nada a nuestra hija, eso lo tengo claro.

Toco la puerta y paso después de que ella me diera su permiso.

—Hola, Sarah —saludo en cuanto entro, ella responde mi saludo de la misma forma —solo vengo por ropa para ponerme más cómodo.

Ella y yo ya no dormimos en la misma habitación, sin embargo seguimos compartiendo armario, fue una decisión de los dos, sería mas fácil sólo pasar mis cosas a la otra casa. Prácticamente ya está todo decidido, Sarah y Giss se quedarán en ésta casa, ya que ella tendrá la custodia, pero yo podré ver a la niña todo el tiempo que deseé, así como también le daré manutención para mi hija, que no está nada mal, tengo que aclarar, lo único que hace falta es firmar los papeles y eso es dentro de tres semanas, justamente como lo dijo mi futura exesposa anteriormente.

Creo que ella y yo no seremos como las demás parejas que terminan muy mal, los dos somos personas lo suficientemente maduras como para perdonar y no hablarle mal del otro a nuestra hija, lo mas probable es que sigamos en una especie de amistad, si se le puede llamar así, aunque la verdad no estoy seguro que hayamos tenido algo más que eso en el pasado.

Ella y yo ya hablamos del divorcio con Gisselle, creo que es demasiado pequeña aún como para comprender  todo a la perfección, pero es demasiado inteligente y comprende el porqué del divorcio.

Llego a mi reciente habitación, me despojo de mi ropa y me meto al cuarto de baño para darme una ducha, salgo en cinco minutos y me coloco prendas limpias y cómodas.

Bajo al salón principal en donde juega Giss con unos muñecos de juguete, me siento en la alfombra a su lado.

—¿A qué juegas, princesa? —le pregunto viendo sus movimiento con atención.

—A la damisela en apuros ¿quieres jugar? —me pregunta con una sonrisa en la cara.

—Claro que sí ¿qué es lo que tengo que hacer?

Gisselle me explicó lo que haría, yo sería el héroe que rescataría a la damisela en apuros, o sea ella, que había sido raptada por unos malhechores.

—¡Ayuda!¡Ayuda! —decía Giss simulando la voz de la damisela.




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