Inmarcesible

Capítulo(14)

<<Zack>>

 

El camino a casa fue bastante incómodo, Ana me había vuelto a mirar desde que entro al coche, y yo estaba como una mierda de incomodo, no dejaba de mover las piernas y mirar asía la ventana.

 

La verdad es que no me arrepiento de absolutamente nada, no, nunca me arrepentiré de a ver besado esos labios que por tanto tiempo espere para besar y si el jodido hombre no hubiera llegado, iba a poder sentirla mejor, quería sentir su lengua en mi boca, quería saborearla mejor.

 

Vamos, un poco de dignidad.

 

Ja, eso creo que no lo tengo.

 

Pero por otro lado no se lo que ella está pensando justo ahora, no quiero que piense que me aproveche de ella porque estaba llorando por esos idiotas.

 

Otra cosa de loa un no me arrepiento es de haberle roto la cara dos veces al idiota de Alex, algo que me sorprendió fue la forma en la que Ana agarró a Kelly y la estampó contra la pared repetidas veces, joder, no había conocido su lado oscuro.

 

Y confieso Quino estaría nada mal conocer su lado oscuro haciendo otras actividades.

 

Je,je

 

En fin... verla llorar hizo que me sienta como una mierda, algo que siempre eh pensado es que nunca nadie debe llorar por quien la hizo sufrir y quien no vale la pena pero verla a ella... joder, eso no me gusto para nada, aunque no puedo negar que me gusta ver la cara que se le pone cuando esta llorando, se hermosa y esos labios... joder...

 

No es por ser agua fiestas pero esos labios serán tu perdición.

 

Bueno, al menos pude probarlos.

 

¿De que sirve privarlos si no pudiste saborearlos?

 

De nada sirve...

 

Que sabio eres

 

Desvíe mi mirada al reloj que llevo en la muñeca y me doy cuenta de que a penes son las  dies de la mañana, ya estaba desviando el carro para llegar a la entrada donde queda la casa de Sofía pero Ana hablo antes.

 

– No quiero ir a casa– dijo en voz baja y un poco ronca por aber llorada, yo no hablé solo asentí.

 

Pensé que me iba a decir a donde quería ir pero no dijo nada así sino que se limitó a mirar por la ventana. Nunca eh entendido porque hace eso (quedarse viendo la calle y los autos pasar) pero recuerdo que siempre que salíamos con Sofía y mamá ella siempre asía lo mismo y nunca se quedaba dormida a excepción de mi que siempre me tenían que despertar cuando llegábamos a la casa. Pero algo que no negaré es que, si, me gusta verla mirando por la ventana ya que me recuerda a cuando éramos niños.

 

Y pues como no me dijo donde quería ir pues yo si sabía donde la quería llevar.

 

Solo duramos unos treinta minutos al llegar al lugar ya que no estaba tan lejos y cuando se dio cuenta de donde estábamos se giró asía mi.

 

– ¿La playa?– preguntó enarcando una ceja.

 

– Si– dije un poco dudoso de si su expresión es buena o mala– ¿No te gusta la playa?

 

– Eh... claro que si, es solo que no pensé que vendríamos aquí–dijo mirándome– no recuerdo la última vez que estaba aquí.

 

– Bueno, ya estás aquí.

 

Ella asintió y me dedicó una sonrisa que borro toda tristeza que había en su rostro o eso creo, yo abrí la puerta y ella no espero a que yo haga lo mismo con la de ella, solo salió y se dedicó a caminar dejándome atrás, yo me metí las manos en los bolsillos y la seguí.

 

A decir verdad, les mentiría si dijera que le gusta la playa por que si le gusta pues no me acuerdo si veníamos a la playa pero al ver como sus ojos la admiran puedo notar que si le gusta.

 

Al llegar a la orilla ella se agacha y se quita las zapatillas deportivas y las coge en las manos y une sus pies en la arena sonriendo.

 

– ¿Tu no te los quitarás?– pregunta

 

– No, así estoy bien– le digo y le dedicó una sonrisa.

 

Ella vuelve la vista a delante pero frunce el ceño cuando se da cuenta de que varias personas se an metido a esta y an tapado la vista de ver solo el agua y no a las personas.

 

– Venga– digo extendiendo mi mano para que la tome.

 

– Que?– pregunta confusa.

 

– Se donde el agua se ve perfectamente y sin personas adentro– dijo y ella sonríe y me agarra la mano.

 

Je,je

 

Que pequeña es dentro de la mía, en si, ella entera es pequeña.

 

Ella me sigue en silencio mientras yo camino asía donde está una piedra alta, ella me mira incrédula cuando ve que hay que subir lo cual está un poco alto para ella.

 

– ¿En serio?– pregunta.

 

– ¿Que? ¿Le tienes miedo a las alturas?

 

– No, pero está claro que tu si puedes subir pero yo no– dijo señalando la piedra.

 

– Claro que puedes subir, espera– dije poniendo el pie en una piedra que estaba más para abajo que la otra grande donde nos vamos a sentar– ¿Ves? Ya estoy aquí arriba.

 

– Si.. pero– dijo y se puso a escanear la piedra como buscando algún defecto– Bueno.

 

– Venga, te ayudaré– deje mientras ella ponía un pie en la misma piedra que yo pero al ver que ella no llegaba bien a alcanzar la parte de arriba de la más grande la agarre por los brazos y la subí de una vez.

 

– Gracias– dijo ella mirando la playa– Mierda– escuché que dijo– se be hermoso.

 

Si, demasiado, desde aquí se ve completamente hermoso, y al nosotros estar en lo alto se ve aún más y permite que veamos a las otras personas pero solo si girábamos la cabeza a la derecha.

 

– ¿Como es que sabes que esto estaba aquí?– pregunto.

 

– Eh venido aquí varias veces– dije uranio al frente.

 

– Pero si no tienes mucho desde que llegaste.



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En el texto hay: misterio, reencuentro, amor

Editado: 23.06.2023

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