La furia del rey
- ¿A dónde rayos se fue? – Grita histérico el rey al enterarse que su muy amada pero irresponsable hija, salió del castillo desde hace unos días en los que no se sabe absolutamente nada de ella, algo que es normal, pues Lyra desde muy joven ha tenido libertad para ir y venir, pero en ese momento cuando la fecha de la boda es inminente claramente su padre no está para nada feliz con la noticia.
- Su majestad, me disculpo por mi negligencia. – Comenta Amelia mientras hace una reverencia. – Pero usted mejor nadie conoce el carácter de la princesa, una vez tomo una decisión fue imposible detenerla. – Explica la mujer con preocupación, la princesa ya lleva más de una semana fuera y aunque ella ha enviado guardias a buscarla aún no hay noticias.
- Amelia se que no es tu culpa, esa jovencita me va a escuchar cuando la encuentre. – Asegura el rey. - ¿A dónde fue? – Cuestiona nuevamente, pues sabe que si bien Amelia no la pudo detener. Al menos debe saber a dónde iba. En lo cual tenía razón, pero jamás se imaginó escuchar lo que la mujer estaba por decir.
- Al reino de Vylonia. – Responde en voz baja Amelia, ella sabe perfectamente lo que significa lo que está diciendo, pero no es como si su niña Lyra no lo supiera también solo que ella parece no temerle a nada, quizás porque hasta ahora realmente ha tenido demasiada buena suerte y ha salido bien librada de cada uno de los problemas en los que se mete en sus aventuras. – Mas específicamente se dirigía al archiducado Darkhunter, tenía la intención de conocer al archiduque. – Añade rápidamente mientras cada vez su voz pierde más impulso, nada mas de ver como la expresión del rey se va desfigurando un poco más con cada palabra que sale de su boca.
- ¡¿A dónde?! – Grita el rey incrédulo, ahora si está seguro que su hija está loca, bueno eso ya se lo temía, pero ahora está seguro, no puede creer que una princesa pueda ser tan irresponsable, como para viajar sin permiso a otro reino y no conforme con eso dirigirse hacia el territorio del archiduque que es bien sabido que se trata de territorio militar, si la capturan no tiene ninguna forma de validar su identidad, la pueden asesinar sin preguntar. – Esa mocosa es una irresponsable. – Sigue el rey mientras camina de un lado para otro.
- Su majestad por favor cálmese, enojarse así no le hace bien a su salud. – Aconseja su mayordomo con cautela.
- Philip, explícame, ¿Cómo quieres que me calme cuando la princesa heredera de Mystara es una completa irresponsable que se pone en peligro sin medir las consecuencias? – Cuestiona el rey elevando en cada palabra su tono de voz, está totalmente furioso. – Llamen ahora mismo a Gideon.
- Si su majestad. – Obedece rápidamente Philip siendo tan eficiente como siempre, pues antes de que el rey pudiera terminar de salirse de control, ingreso al salón del trono acompañado de un joven alto, corpulento, completamente vestido con armadura, el cual una vez estuvo frente al rey se incoó haciendo una reverencia para saludarlo.
- Buenos días su majestad el rey, me acaban de notificar que me necesita. – Expreso respetuosamente Gideon este es el general de la guardia imperial de Mystara, el hijo del primer ministro del reino y el hombre de mayor confianza del rey.
- Gideon necesito que te dirijas a Vylonia en misión encubierta, tu objetivo encontrar a la princesa heredera y traerla de regreso. – Ordena el rey. – Sin importar el método. – Añade sabiendo que su hija es tan capaz de ponerle las cosas difíciles a Gideon y que este por respeto a ella no se atrevería a llevarle la contraria, claro a menos que fuera por una orden directa del rey como en este caso.
- Entiendo su majestad, partiré de inmediato. – Acepta la misión el general. – ¿Hay algún lugar en particular a donde se dirigiera la princesa? – Consulta Gideon.
- El archiducado Darkhunter. – Responde el rey con pesar, sorprendiendo a Gideon, como todos, él sabe perfectamente que los forasteros no se acercan allí a menos que tengan familia o sean comerciantes, pues al ser territorio militar, los controles son muy estrictos. – Lleva contigo tu placa y si tienes algún problema entrega esta carta, el archiduque entenderá. – Indica el rey, entregándole un sobre que ya tenía preparado, solo espera que no tenga ningún problema y que encuentre pronto a la princesa para traerla de regreso sana y salva.
Mientras tanto Lyra en compañía de la joven que había rescatado estaban de pie ante el hombre que las había rescatado, pero que en ese momento solo las observaba sobre a todo a ella como si quisiera determinar qué cosas le pasaban por la cabeza para enfrentarse sola a esos hombres aun sabiendo que podría terminar muy mal.
- ¿Cuál es tu nombre? – Pregunto el archiduque mirando fijamente a la intrigante mujer que seguía de pie delante de el sin mostrar ninguna clase de temor lo que no le sorprende después de la escena que presencio, aun así puede ver que se mantiene atenta y un tanto tensa, pero responde.
- Lyra. – Dice, no le preocupa mucho decir su nombre ya que, muy pocos la relacionarían con la princesa heredera de Mystara, de hecho, ni su prometido ya que este no sabe su nombre.
- ¿Qué haces sola en un lugar como este? – Cuestiona Kieran seriamente, se ha podido dar cuenta de que ella está sola, lo cual le parece además de absurdo muy peligroso.
- Mi Lord agradezco mucho la ayuda prestada por su parte hace un momento, sin embargo, no creo que eso le dé derecho a preguntar cosas que no son de su incumbencia. – Respondió Lyra respetuosa pero tajante sorprendiendo al archiduque y a Eamon que estaba allí también, quien sin poder creer lo grosera que era esa joven, la quiso reprender por su falta de respeto ante el archiduque Darkhunter, pero este con una sola mirada lo detuvo, por dos razones, primero no quería revelar su identidad y segundo sentía que no Valia la pena discutir con esa joven ignorante.
- Tienes razón. – Confirma el archiduque. – Bien, pueden irse. – Indica con gesto desinteresado, pues como la chica dijo sus asuntos no le incumben en absoluto, él está allí con una misión importante, lo que pase con esas jóvenes no le interesa.
- Muchas gracias mi lord. – Hacen una reverencia las chicas para salir de allí, pues, aunque no saben de quien se trata, por su ropa y su postura es claro de que se trata de alguien importante quizás un noble de alto rango.
- ¿Cómo te llamas? – Le pregunta Lyra a la chica una vez salen de la habitación donde habían sido llevadas después del incidente.
- Mi nombre es Eira. – Responde con timidez la chica. – Señorita muchas gracias por ayudarme hace un momento. – Agradece con una sonrisa dulce, se nota que es una buena chica por lo que Lyra siente pesar por ella, pues después de lo sucedido la despidieron.
- Eira, ¿tienes a dónde ir? – Cuestiona Lyra al temer que esa joven no tiene un lugar, lo que confirmo al ver la expresión de Eira.
- ¿Dónde están tus padres? – Siguió preguntando.
- Soy huérfana. – Explico ella con pesar, sus padres habían muerto hacía ya bastante tiempo.
- Ya veo. – Respondió Lyra en comprensión. – Bien entonces iras conmigo. – Sonrió con seguridad, estaba segura de que en el castillo iba a poder tener un lugar para ella.
- ¿Puedo? – Pregunto con emoción Eira, a lo que la princesa asintió tomándola de la mano.
- No te preocupes a donde vamos no te faltara techo y comida. – Expreso con seguridad y como Eira en realidad ya no tenía nada que perder acepto, de todas formas, esa joven la había defendido aun cuando era una desconocida.