Ataque
La princesa Lyra en compañía de la dulce Eira habían tomado su camino hacia Kelvax este es el pueblo que se encuentra en la frontera con el bosque de Avalon, el mismo lugar donde Lyra escucho por primera vez sobre las leyendas en cuanto salió del bosque.
- Hoy nos quedaremos en Kelvax y mañana tomaremos camino hacia Mystara. – Le informa Lyra a su acompañante con una sonrisa, está segura de que una vez lleguen a su reino, Eira va a cambiar de opinión sobre la gente que habita el lugar.
- Está bien. – Respondió ella con algo de duda, pues no es que aun estuviera muy convencida de su destino, aun así, ya había decidido seguir a Lyra.
Su camino había sido tranquilo sin ningún problema, por lo que iban felices, esto hasta que unos metros después de que salieran de la aldea y se internaran en uno de los caminos reales sintieran como poco a poco eran rodeadas por varios hombres, y es que sin que ellas se dieran cuenta habían sido seguidas por estos desde la posada.
Pues aquellos hombres habían ido muy temprano en busca de ellas por órdenes del hombre que había sido golpeado el día anterior por culpa de esas mujeres, la orden era clara asesinarlas a ambas, eso sí provocando el mayor sufrimiento posible.
Para los hombres que eran unos bandidos reconocidos de la zona eso fue dinero fácil, pues les pagaron muy bien y solo debían deshacerse de dos frágiles mujeres, nada complicado, pensaban atacarlas en cuanto las vieron, pero al escuchar su conversación decidieron detenerse, pues si era cierto lo que la mujer decía y ella poseía un sello para entrar ingresar al bosque de Avalon sin que esto representara un peligro para ellos, entonces ganarían el doble, por un lado el dinero que les dio el hombre por deshacerse de ellas y por otro lado se harían a ese sello y podrían entrar al bosque para buscar el objeto mágico del que todos hablaban sin peligro de encontrarse con los seres extraños que habitan el bosque o el cruel ser que lo custodia, la horrible bruja.
- Pero miren nada más que tenemos aquí. – Comenta con burla el líder de los bandidos, en cuento rodean a las chicas, dejándoles saber que estaban en serios problemas. – ¿Cómo es que dos jovencitas tan frágiles se metieron con quien no debían? – Cuestiona sabiendo que enojaron al hombre que los envió por ellas.
Aunque no sabían que había sucedido exactamente, la condición del hombre no era buena cuando los llamo, de hecho, tenía más de un hueso roto y no podía levantarse de la cama.
- ¿Qué es lo que quieren? – Cuestiono Lyra con tono firme mostrándose valiente, aunque en realidad estuviera un tanto asustada, deduce por las palabras del hombre que fueron enviados por el tipo de la noche anterior y ella sabe perfectamente que no es rival para esos hombres, aun cuando sabe algo de defensa personal, no podría con ellos, así que está realmente preocupada, aunque no lo demuestra.
- Que valiente. – Se divierte uno de los hombres mientras saca su espada para acercarse amenazante, logrando que Lyra retroceda un paso. – Jajajajajaj – Se burla el hombre al ver que la chica no era tan valiente como pretendía.
- Poe favor no nos hagan daño, nosotras no hemos hecho nada. – Suplica Eira con lágrimas en los ojos, está realmente asustada de lo que esos hombres les puedan hacer.
- Está bien, está bien. – Interviene el líder. – Es verdad que nos enviaron para cobrar una deuda, pero tomando en cuenta que son unas chicas lindas, ¿Por qué no hacemos un trato? – Habla nuevamente el líder, mientras observa a la chica que se encuentra en posición defensiva dispuesta a luchar, aun sabiendo que no tiene oportunidad de ganar, lo que le parece una acción valiente pero estúpida.
- ¿Qué trato? – Pregunta Lyra, mientras evalúa sus posibilidades para escapar, pero son pocas, aunque pudiera correr, ella es muy rápida, pero, ¿Eira?, además están rodeadas, por lo que esa no parece una posibilidad, así que lo único que le queda es seguirle la cuerda al hombre.
- Me conto un pajarito, que tienes en tu poder un pase para ingresar al bosque de Avalon, uno que también te puede guiar en el bosque para llegar a Mystara. – Comenta el hombre percatándose en la expresión de la chica, la cual le confirma que es verdad lo que escucho. – ¿Así que es verdad? – Sonríe encantado.
- ¿Qué pasa si es verdad? – Cuestiona Lyra sabiendo la respuesta.
- Entrégalo y las dejaremos ir. – Promete el hombre.
- Entreguémoselo. – Sugiere Eira con esperanza, de todas formas, no es como que ella deseara de verdad ir a ese lugar, así que le parece una gran solución, salvan sus vidas y de paso buscan otro destino, pero Lyra sabe que ese hombre está mintiendo, aun si ella lo entrega lo más seguro es que de igual forma las asesinen.
- ¿Qué pasa si me niego? – Pregunta fingiendo calma.
- Entonces primero las mato y luego tomo el pase. – Sonríe con malicia el hombre.
Lyra no sabía que hacer, al parecer estaban sin salidas, pero como por arte de magia o por simple obra del destino pronto una pequeña caravana apareció en el camino lo que hizo que tanto Eira como Lyra tuvieran esperanza.
Esto hasta que vieron de quien se trataba, siendo esta la del hombre que las había ayudado el día anterior, mismo con el que justamente ella no es que haya sido muy agradecida que digamos. Loque la hizo maldecir, peor aun cuando escucho lo siguiente
Pues pronto la atención de los bandidos se había centrado en los nuevos llegados, viendo que se trataba de hombres bien armados que podrías significar un problema, por lo que ante la situación el líder decidió hablar primero.
- Señores, buenos días. – Saluda cordial. – Creo que aquí no hay nada que les interese, así que los invito a seguir su camino sin problemas. – Comento levantando su escapa para repasar su filo como una clara amenaza.