Inmortalidad y una corona. El poder de la bruja

Peligro inminente

Una hora antes.

  • Lyra, ¿Por qué te detienes? – Cuestiona Eira al ver como su compañera detiene sus pasos de pronto.
  • Es un presentimiento. – Dice llevando su mano al pecho un poco confundida, sabe que algo malo está a punto de suceder, pero, ¿a quién?, se pregunta, pues aun cuando para ella es bastante sensible a los acontecimientos futuros, normalmente sucede cuando es un asunto de gravedad que la puede afectar a ella, a su padre, a alguien muy cercano, o al mismo reino. La última vez fue durante la guerra entre Vylonia y Nefaria de allí que ellos prestaran su ayuda lo que derivó en el compromiso que hoy tiene con el archiduque.
  • ¿Un presentimiento? – Cuestiona Eira confundida. ¿Qué quería decir con eso? Se preguntaba en su mente.
  • Si. – Responde Lyra desviando su mirada hacia una dirección, la sensación de preocupación aumentando en su corazón, obligándola a tomar una decisión, así que sin pensarlo mucho anuncia. – Vamos a desviarnos un poco, si todo está bien, retomaremos el camino. – Eira no está muy convencida que digamos, si de por si ha estado asustada todo el camino, la idea de desviarse le parece aún peor, pero como ve que Lyra está realmente preocupada decide aceptar.
  • Está bien. – Dice al fin y sigue a Lyra que parece ser guiada por algo, aunque Eira no puede ver nada.

Presente.

El archiduque y sus hombres han sacado sus espadas, pero lo que ven no es nada alentador, son serpientes, muchas, cientos de ellas que se deslizan hacia ellos, pero no parecen ser normales, son de colores y parecen danzar en perfecta coordinación, como si alguien las estuviera guiando y así era, aun cuando ellos no pueden oírla, una pequeña flauta sonaba muy cerca de allí, era Elysia quien tocaba guiando a sus bellas mascotas hacia sus víctimas.

  • ¿Qué hacemos señor? – Pregunta Eamon manteniendo la calma y su tono firme.
  • Son demasiadas. – Dice uno de los soldados, controlando el temblor de sus manos, pues lo que ven es aterrador, las serpientes que cada vez están más cerca parecen tener un brillo rojo en sus ojos.
  • En posición. – Ordena Kieran, ya sabía que el bosque podría ser peligroso, pero lo que ve escapa un poco de lo que él esperaba, la verdad es que no estaba preparado para un ataque de cientos de espantosas serpientes.

En un segundo la escena se volvió aterradora cuando las serpientes se detuvieron observado, con ojos rojos, pero quietas, como esperando una sola orden para atacar.

  • Alguien las maneja. – Anuncia Helio con seguridad.
  • Asia parece. – Comenta Kieran sin despegar los ojos de los animales, que está seguro los atacaran en cualquier momento.
  • ¿La bruja? – Cuestiona uno de los soldados.

Al archiduque le encantaría decir que no, que es imposible, pero la escena que está viendo con sus propios ojos también parecería imposible y no lo es.

Solo segundos bastaron para lo que pareció ser la orden, en perfecta coordinación las serpientes atacaron, a lo que kieran y sus hombres se defendían con sus espadas, pero no era suficiente, estás atacaban con la intensión de morder, sabiendo que con una sola mordedura acabarían muertos.

Las espadas se blandían, pero no eran suficientes, además de algún lugar más serpientes salían.

  • Mi señor intentaremos detenerlas, salga de aquí. – Gritaba Eamon. Pero Kieran sigue luchando, el jamás dejaría sus hombres atrás, menos en medio de una batalla, siempre supo que moriría en el campo de batalla, aunque no se imaginó que en uno así.
  • No te distraigas. – Le dijo matando a uno de los animales que casi muerde a Eamon.

La lucha seguía, pero era obvia la desventaja para los hombres, pronto terminarían con ellos, eso era seguro, pero de pronto una gran luz brillo, haciendo que tuvieran que cerrar los ojos por la fuerza de esta, unos segundos después del gran esplendor, Kieran y los demás empezaron a abrir sus ojos lentamente para encontrarse con que las serpientes habían desaparecido y en su lugar solo vieron la imagen de una mujer allí de pie, por un segundo no la pudieron reconocer, no fue hasta que el brillo desapareció por completo de que se percataron que esta era la misma joven de antes, Lyra.

  • ¿Qué haces aquí? – Cuestiono Helio entre preocupado e intrigado, por la repentina aparición de la chica, pero no solo eso, sino con lo que acababa de pasar, ella apareció y las serpientes se fueron, ¿Cómo lo había hecho?, se preguntaba, y ese gran esplendor, ¿Qué fue?
  • ¿Quién eres? – Cuestiono Kieran con más seriedad, después de lo acababa de pasar estaba más alerta que nunca y la llegada de Lyra despertó aún más sus preocupaciones.
  • Si, por nada. – Respondió Lyra rodando los ojos con todo el sarcasmo del que era capaz, definitivamente ella y sus presentimientos se auto regañaba, pero después de todo ellos la habían salvado dos veces, así que era justo devolver la bondad.
  • Gracias. – Dijo Eamon, manteniendo su tono serio, pero aun así expresando su gratitud, esto para que su señor también bajara un poco sus defensas, pues sin importar porque ella los acababa de salvar.

Kieran al escuchar sus palabras observo a Eamon que sin palabras le explico, que después de todo ella los salvo.

  • Te lo agradezco. – Dijo después de un momento.
  • Lyra, ¿estas bien? – Cuestiona Eira que llega al lugar corriendo. – En un momento saliste corriendo y no te pude alcanzar, ¿todo bien? – Dice intentando regular su respiración que aun esta errática después de correr tan rápido como pudo para alcanzarla y sorprenderse al darse cuenta de que nuevamente estaban con los hombres que las habían ayudado.
  • Si Eira, todo está bien. – Dice Lyra con una sonrisa tranquilizadora, en su corazón agradece que Eira no vio las serpientes, de lo contrario está segura que se habría traumatizado.
  • ¿Cómo hiciste para espantarlas? – Cuestiona Helio después de agradecer por su ayuda y que los demás soldados también lo hicieran.
  • El sello. – Explica Lyra con calma. – Justo esa es una de sus funciones. – Sonríe, pero de pronto algo cruza su mente, haciendo que mirara a los lados como en busca de algo o de alguien, está segura que cuando llego escuchó una melodía y por lo que vio las serpientes se movían en son de la misma.
  • ¿Pasa algo? – Pregunta Eira al ver la expresión y los movimientos de Lyra.
  • Hay alguien cerca. – Explica intentando descubrir en qué dirección podría estar, pero al parecer ya no hay nadie. – Les aconsejo que abandonen el bosque, algo está pasando, no es seguro quedarse aquí. – Dice Lyra adoptando una postura seria, ahora está más preocupada que antes, pues por lo que ve en definitiva algo muy raro está sucediendo en el bosque, ella lo puede sentir, es normal que ellos no, pues son humanos y ellos no tienen tan desarrollados los sentidos.
  • ¿Cómo lo sabes? – Pregunta Kieran con sospecha, mientras observa detalladamente a la delgada y frágil chica frente a él.
  • Solo lo se. – Responde ella, pero no puede decir más.




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