¿Divorcio?

• No te preocupes Isela, oficialmente aun no me han dado el título de archiduquesa, así que no estas equivocada al no llamarme así aún. – Explica Lyra una vez se ha terminado de despertar, mientras Isela y Eira le ayudan a cambiarse para tomar un baño, ya que la noche anterior se había metido a la cama con vestido y todo, lo que no pasó desapercibido para sus doncellas, sin embargo, prudentemente ninguna de las dos comentó nada al respecto.

Después de que se ducho, Isela la ayudaba a peinarse mientras Eira servía el desayuno.

• Alteza en verdad estaba preocupada por usted, por todas partes se conoce la fama del archiduque, durante toda la noche estuve pendiente, por si debíamos huir en medio de la noche. – Comenta Isela con gran preocupación. – Aunque me mantenía tranquila pensar que Iris esta por algún rincón cuidándola.

Lo cual era así Iris estaba muy cerca solo que su presencia es muy poco vista, ni siquiera Lyra sabe exactamente donde se encuentra siempre, pero está segura que está muy cerca, tanto que el cualquier momento en que este en el más mínimo peligro ella estará allí para salvarla, siempre ha sido así, es por ello que en sus viajes siempre estuvo segura.

También la razón por la que la última vez se metió en más problemas, ya que para cuando ella decidió ir en busca de conocer a su futuro esposo, Iris había sido enviada a una misión diferente, de la cual Lyra no sabe nada, pues fueron órdenes directas del rey, que claramente jamás se imaginó que su amada hija hiciera semejante locura, aunque no sabe de qué se sorprende si su hija siempre se supera a sí misma.

• No tienes de que preocuparte Isela, ahora soy la esposa del archiduque él no me hará ningún daño. – Expone con seguridad Lyra pues en el fondo ella logro conocer un poco de la personalidad del archiduque durante el tiempo que compartieron en la frontera, así que sabe que honrara la promesa que le hizo a su padre de cuidarla.

• Alteza, yo recuerdo que el conde del condado donde vivía, es un hombre que hace un buen trabajo por el lugar, pero se sabía que golpeaba a la condesa aun cuando ella era su esposa. – Comenta Eira con gran preocupación, haciendo que Isela pusiera cara de terror, solo de imaginar que el archiduque pueda golpear a la princesa.

• Eso no sucederá Eira, el archiduque ante todo es un caballero, jamás haría un acto tan ruin. – Asegura Lyra, por muy enojada que este con el archiduque saber perfectamente que él no es ese tipo de hombre.

• Menos mal, de todas formas, hay salidas, aunque la condesa se quedó sin el titulo y sin dinero se divorció. – Sonríe Eira recordando lo valiente que fue esa mujer.

• No sé qué es peor. – Dice Isela angustiada, pues sabe perfectamente que una mujer divorciada difícilmente podría volver a casarse, además es una deshonra para su familia, ella no quiere pensar en que la princesa se viera obligada a hacer algo así, pues para ella seria aún peor tomando en cuenta que es una princesa y que su esposo es el segundo hombre más importante del reino de Vylonia.

• Isela, en el caso de la condesa ella tomo la mejor decisión, por miedo a las críticas no podía vivir en un infierno donde se viera siendo humillada de esa forma. – Le explica Lyra. – En su caso, el divorcio no es una mala opción. – Fue lo último que dijo antes de escuchar como la puerta era cerrada de un solo golpe, lo bastante fuerte como para sobresaltarlas a las 3 que se giraron inmediatamente encontrándose con un furioso Kieran al que se le podían ver los puños cerrados y los ojos rojos que se mezclaban con su color verde original acentuándolo más lo que lo hacía ver realmente aterrador.

Claro el solo escucho la última frase, por lo que interpreto que la princesa no llevaba ni 24 horas de matrimonio y ya estaba pensando en el divorcio, lo que lo molestaba terriblemente, no solo porque sabe que ambos son plenamente conscientes de las razones de su matrimonio, sino además porque aunque jamás lo admitirá en voz alta, se sentía bastante ofendido por el desprecio de la princesa, era claramente un golpe al ego de un hombre que su esposa se quisiera divorciar antes siquiera de haber llegado al día de matrimonio.

• Podemos hablar un momento. – Dijo Kieran, pero el tono de su voz era contenido se notaba que estaba intentando controlarse.

Isela y Eira estaban bastante asustadas, solo miraban a la princesa como preguntándole con los ojos, si no acababa de decir que el archiduque era un caballero que no haría actos tan viles, pues por la postura que esté tenia, la verdad es que si pareciera con ganas de golpear a alguien pensaban al igual que la princesa, pero confiando en sus instintos, les pidió a sus doncellas que los dejaran.

• Salgan un momento. – Ordeno.

Ninguna de las dos la querían dejar a solas con el archiduque, pero no es como que pudieran desobedecer una orden, así que aun casi temblando salieron de allí dejándolos solos.

Lyra se giró hacia su desayuno y mientras tranquilamente tomaba sus cubiertos dijo.

• ¿Qué necesita excelencia? – Pronuncio con calma, aunque la verdad es que su actitud de hace un momento si la había asustado un poco, no por eso iba a doblegarse, como tampoco olvidaría su enojo, claro que no, eso jamás se dijo así misma.

• Solo venia para recordarte que en una hora tenemos la audiencia ante su majestad, donde van a estar los ministros y los nobles de rango más alto para presenciar tu posesión como archiduquesa. – Declaro seriamente, esperando nada más a que ella le dijera algo sobre divorciarse, para entonces si explicarle claramente a esa tonta mujer lo que significa haberse casado con él y convertirse en su esposa.

Pero contrario a lo que ya se estaba esperando, Lyra solo lo miro por un segundo y luego volviendo hacia su desayuno hablo nuevamente diciendo.

• Está bien, comeré rápido, para que Isela y Eira me ayuden a vestirme apropiadamente, espero que el archiduque me tenga un poco de paciencia, después de todo no soy el tipo de noble que esperaba como esposa. – Dejo caer, era obvio que no lo olvidaría.