Inmortalidad y una corona. El poder de la bruja

La Declaración de la Archiduquesa

Esto mientras los demás ministros murmuraban aprobando sus palabras y confirmando estar de acuerdo con ellas, algo que casi hace que Lyra se ría por la conveniente declaración, cosa que por el contrario no le causaba ni un poco de gracia a Kieran, que estaba a punto de poner en su lugar a todos los ministros.

Mientras que Lyra solo se mantuvo de pie allí seria, sin mostrar mayor expresión, solo esperando como se iba a desarrollar esa escena, empezando a planear su próximo paso, aunque debía admitir que estaba sorprendida por la reacción del archiduque, que en verdad se podía sentir extremadamente molesto por la propuesta de los ministros.

  • Entonces. – Interviene el rey con calma, poniéndose de pie, mirando hacia los ministros y haciendo una pequeña seña hacia su primo, pues él pudo ver el momento exacto en que Kieran estaba a punto de salirse de control y mínimo golpear al primer ministro y todos los que estaban asintiendo a sus palabras – Los ministros proponen que aun cuando la archiduquesa aun no lleva ni un día completa de casada, incluso ni siquiera una hora con su nuevo cargo, ¿se le asigne una nueva esposa al archiduque? – Pregunta asentando poco a poco sus palabras para que ellos mismos puedan entender lo ridículo de la situación.

Pero contrario a lo que el rey pretendía, el primer ministro que ya estaba preparado para la intervención del rey, pues sabía perfectamente que el archiduque cuenta con todo su apoyo, sin contar que no es desconocido para nadie que Kieran detesta que lo obliguen a hacer algo que no quiere y si acepto su matrimonio con la princesa fue por la estabilidad del reino y porque era un pedido directo del ex archiduque, padre de Kieran. Así que deja salir su respuesta calmada.

  • Su majestad lo está haciendo sonar mal. – Inicia el duque respetuosamente, después de todo está hablando con el rey. – Como ministros solo queremos lo mejor para el reino incluyendo a sus pilares, en los cuales ya está incluida la archiduquesa. – Continúa para así justificar sus argumentos. – Pero creo que tomando en cuenta que la más involucrada en este asunto es la archiduquesa deberíamos preguntarle su opinión. – Afirma girándose hacia Lyra que seguía de pie al lado de Kieran manteniéndose tranquila, prestando atención, pero sin mostrar ninguna emoción.
  • ¿Qué opina archiduquesa?, ¿no le parece correcto que el archiduque tenga una segunda esposa?, esto claro con el fin de que esta la pueda ayudar con todo el trabajo que conlleva su nuevo puesto, sin contar con que el equilibrio del reino se fortalecería lo que usted como miembro de la realeza estoy seguro entiende perfectamente. – Sonrió con educación.

Esta estrategia del primer ministro tomo por al rey hasta al mismo Kieran que cada vez estaba más seguro de verse en la obligación de enseñarle al primer ministro porque es que sus enemigos se piensan dos veces antes de meterse con el directamente, eso de la mediación y la política jamás fue el fuerte del archiduque, es por ello que Cassius determina que debe solucionar el asunto rápidamente o todo se puede salir de control.

El rey entendía perfectamente la acción del duque, la princesa después de todo hace parte de la familia real, ella mejor que nadie sabe que debe considerar la mejor opción para mantener la paz con la corte real, además al ser la princesa debería estar más que acostumbrada a las segundas esposas y concubinas, sin contar con que obviamente su matrimonio no era por amor. Así que el primer ministro estaba seguro que a ella aceptaría, es por ello que, finalizo su declaración diciendo.

  • Es claro que la archiduquesa no es una mujer intransigente que no entienda los protocolos y las reglas, estamos seguros que es una mujer magnánima que actuara en beneficio del reino. – Dejo caer sus palabras con total intención.

Ya con esas palabras, si la princesa por alguna razón se hubiera querido negar, ante sus declaraciones se vería completamente presionada, no podía dejarse ver como una mujer berrinchuda que no entiende las normas.

Eso sin mencionar a que el duque Bloodfist contaba con el hecho de que la princesa es muy joven y no tenía ningún apoyo allí mismo. Por lo que lógicamente ella aceptaría sin ninguna otra opción.

Lyra había leído muy bien entre líneas lo que el primer ministro estaba intentando, sabía que lo que dijera de ahora en adelante marcaria su relación con la corte real, además de su posición como archiduquesa, que al no haber una reina la convierte en la mujer más importante e influyente del reino

Kieran entendiendo las intenciones del primer ministro de manipular a su esposa inmediatamente quiso dar un paso hacia este, haciendo que el salón se helara y algunos incluso temblaran, ya de por si un aura completamente amenazante lo había rodeado desde el mismo momento en que habían iniciado a dar su propuesta, así que eso ya fue la gota que derramo el vaso, en ese punto hasta el rey sabía que no podía hacer nada, el duque había sellado su destino, solo le quedaba empezar a pensar en cómo contrarrestar lo que estaba a punto de hacer su primo.

Sin embargo, antes de que él se moviera, sintió como un pequeño brazo se enlazaba con el suyo, esta no era otra que Lyra, su esposa, quien con una expresión triste lo sostuvo ganándose su atención mientras hablaba en un tono de voz tranquilo pero que dejaba entrever su pena.

  • Claro que entiendo perfectamente. – Dijo con calma, haciendo sonreír al duque y sorprendiendo al rey y a Kieran, que sintieron que ella había caído en la trampa del duque. – Mi mente lo entiende, pero mi corazón no.




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