Inmortalidad y una corona. El poder de la bruja

¿Accidente?

​​​​​​Mientras tanto Lyra inocente de todo lo que justo en ese momento sucedía en la sala del palacio, donde Kieran estaba a punto de asesinar a alguien solo que no sabía muy bien a quien, ella disfrutaba de un maravilloso paseo por la capital, la gente era muy amable y ella iba comprando pequeñas cositas por el mercado, estaba realmente emocionada con cada cosa nueva que veía, pues nunca había estado en una ciudad tan grande como lo era la capital de Vylonia y es que ella ha estado viajando por distintos lugares, Mystara no es tan grande.

  • Es hermoso. – Sonreía mientras caminaba por las hermosas calles, donde podía ver gran comercio y lugares decorados con flores frescas.
  • En verdad lo es, mi señora. – Dijo Isela con sus ojos brillando de emoción, ella había pasado prácticamente toda su vida dentro del palacio, así que estaba mas que emocionada de estar en un lugar tan grande, con tanta gente alrededor.
  • Isela mientras estemos aquí, dime Lyra, no quiero que nadie sepa que pertenezco a la nobleza. – Le dijo en voz baja. – Tu igual. – Le susurro a Eira quien iba a su lado, a lo que ella solo asintió distraídamente, pues ella se encontraba mas que inmersa en la energía que irradiaban todo allí, se sentía como en otro mundo, pues del que ella conocía lugares como ese no existían.

Lyra lo entendió así que no dijo nada mas solo dejo que ella también disfrutara de su pequeño paseo.

  • Deberíamos ir a comer allí. – Señalo Lyra un pequeño puesto de comida sonde todo se veía delicioso y había mucha gente alrededor.
  • Si. – Respondieron sus doncellas al unisonó, ellas también se antojaron de toda la deliciosa comida que se veía allí.

*******

  • ¿Qué alguien me explique como es que la archiduquesa salió del palacio son que nadie se diera cuenta? – Cuestiono el rey con calma, mientras veía como Kieran caminaba de un lado para el otro alterándose un poco más con cada paso que daba.
  • Su majestad, lo que sucede es que fue la doncella de la archiduquesa quien solicito el carruaje, pero ella transmitió la orden especifica de que fuera un carruaje de servicio. – Inicio. – Fue por ello que cuando las otras doncellas salieron para unirse a la primera e indicaron que no era necesario la escolta, nosotros no insistimos. – Explico con voz cada vez mas baja. Hasta convertirla casi en un susurro pues Kieran había puesto toda su atención en él y estaba a punto de explotar.

Pero antes de que lo hiciera Helio también se explicó

  • Respondiendo a su majestad, pido mil disculpas por lo sucedido fue nuestro descuido, la verdad es que mis hombres y yo, estábamos esperando a que saliera el carruaje de la archiduquesa, pero solo vimos salir uno de servicio y ya que no fuimos informados de la salida de su excelencia, nos quedamos esperando en la puerta. – Expuso respetuosamente, aunque sabia que debieron ser más precavidos y preguntar.

Kieran solo escuchaba mientras se enojaba cada vez más con cada palabra, pero de pronto cayo en cuenta de algo de lo que dijo el guardia de la puerta, por lo que rápidamente pregunto para cerciorarse, aunque ya se hacía una idea de lo que su adorable esposa había hecho.

  • ¿Cuántas doncellas salieron? – Pregunto con tono contenido.
  • Tres, excelencia. – Respondió el guardia rápidamente.

Kieran solo cerro los ojos tratando de controlar sus instintos asesinos. Para pasar a lo urgente que es ese momento era resolver la situación y encontrar a su esposa en el menor tiempo posible.

  • Helio. – Llamo el archiduque. – Ahora mismo ve con tu escuadrón a buscar el carruaje que salió del palacio y a sus ocupantes, quiero que regresen de inmediato. – Ordeno. – Se discreto. – Agregó después de un momento pues definitivamente no es buena idea llamar la atención, menos si la situación es como sospecha y su esposa salió de incognito.
  • Si señor, de inmediato. – Dijo Helio para hacer una reverencia ante el rey y ante Kieran para marcharse lo más rápido posible a cumplir la orden.

El guardia de la puerta seguía allí de pie sintiendo que en cualquier momento perdería la vida, pues si la archiduquesa no está en el palacio, eso solo significaba una cosa y es que ella había salido sin que ellos no notaran, pero, ¿Cómo?, se preguntó.

Entonces una idea muy loca paso por su mente y es que alguna de las mujeres que salieron, de las que el dijo que eran doncellas fuera la archiduquesa, pero eso no podía ser posible, ¿o sí?

  • Regresa a tu puesto. – Ordeno el rey, antes de que Kieran decidiera que necesitaba a alguien con quien desquitarse y el pobre saliera sacrificado.

Cassius sabe que al final todo es culpa suya, pues el ordeno que todas las solicitudes de la archiduquesa fueran aceptadas.

  • Gracias su majestad. – Dijo el hombre con profunda gratitud, el rey acababa de salvarle la vida, está seguro.
  • ¿Esa es la seguridad del palacio? – cuestionó Kieran muy enojado una vez salieron los guardias.
  • La seguridad es buena, es solo que no estaban preparados para alguien con la personalidad de tu esposa. – Bromeo el rey con la intensión de aliviar un poco la tensión del ambiente, pero por la mirada que le lanzo Kieran sucedió todo lo contrario.
  • Te dije que era de cuidado. – Acuso el archiduque.

El tiempo había pasado y no había ninguna noticia por lo que Kieran decidió que debía actuar personalmente, había decidido no ir el mismo a buscar a su esposa porque no quería exponer su identidad, pero al ver la situación ya no podía esperar más.

  • ¿A dónde vas? – Pregunto el rey al verlo dirigirse a la puerta después de haber estado maldiciendo todo el rato.
  • A traerla de regreso yo mismo. – Sentencio.

Pero antes de que pudiera salir, Arin ingreso sin tocar ya que era una emergencia.

  • La archiduquesa tuvo un accidente.




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