Viaje
- Entonces. – Murmuro el rey después de escuchar a su primo. – ¿Ahora tienes un ahijado? – Cuestiono en tono burlón.
- No. – Respondió de inmediato Kieran. – Ella tiene un ahijado, no yo. – Aclaro con seriedad.
- Pero ella es tu esposa. – Le recordó el rey. – Lo que convierte al niño en tu ahijado también. – Determino, ganándose una mirada molesta de Kieran, a él los niños en particular no le gustaban mucho, eran pequeños llorones y molestos a su parecer.
- Ella dijo que asumiría toda la responsabilidad. – Sentencio Kieran.
Sin embargo, el rey conocía demasiado bien a su primo y en el pasado si él no hubiera querido hacerlo jamás habría aceptado, por lo que Cassius determino que al parecer su primo ahora tiene a alguien a quien escuchar.
*************
- Vaya parece que nuestra querida princesa está haciendo más enemigos. – Sonrió el hombre a través del espejo, ante las noticias que le daba Elysia.
- De hecho, mi señor, la mujer en cuestión es la hija del primer ministro, por ende, la que no logro convertirse en archiduquesa por culpa de la princesa. – Informo sabiendo que esa situación podría ser muy favorecedora para ambos.
- Vaya tal parece que el destino nos ayuda. – Determino. – ¿Cómo va lo de nuestro hombre? – Pregunto interesado.
- Hoy debe estar llegando a su destino. – Respondió Elysya tan eficiente como siempre.
- Muy bien, mantenme informado.
Un nuevo día llegaba en Vylonia, en el palacio real el movimiento era agitado desde temprano, pues los soldados del archiducado de preparaban mientras los sirvientes terminaban de preparar los carruajes, ese día los archiduques regresaban a su territorio lo que indicaba unos días de viaje, por lo que debían preparar todo para que la archiduquesa viajara cómoda.
- Su majestad estoy muy agradecida por su recibimiento y amabilidad. – Sonrió con dulzura y verdadero agradecimiento Lyra, en verdad estaba muy conmovida por la aceptación y amistad que le brindo.
- Para nada archiduquesa, como ya se lo dije somos familia, si necesita cualquier cosa hágamelo saber, hare todo lo posible por ayudarla. – Dijo Cassius con total sinceridad, la esposa de su primo le agrada mucho en verdad, no solo porque es muy dulce, sino que también descubrió que es una fuerza de la naturaleza muy divertida, ahora está más que seguro que su primo tendrá una vida muy ida muy entretenida.
- Muy bien, vamos o se nos hará tarde. – Intervino Kieran sabiendo que si los deja seguir alagándose el uno al otro podrían pasar horas allí.
- Hasta pronto su majestad. – Se despidió Lyra haciendo una pequeña reverencia.
- Buen viaje. – Correspondió Cassius.
- Su majestad. – Dijo Kieran haciendo una reverencia también como despedida, a lo que Cassius solo asintió y le regalo una sonrisa burlona que el entendió muy bien.
Ahora era un hombre casado lo que le causaba mucha gracias a Cassius, pues ya no podía actuar como antes e ir y venir sin ningún tipo de arreglo, pues ahora ante toda situación debía considerar a su esposa.
- Capitán, ¿ya ha visto en persona a la archiduquesa? – Pregunto uno de los soldados del archiduque.
- No, aún no he tenido la oportunidad. – Respondió Helio pensativo, aún estaba bastante apenado por la situación del día anterior, todavía no conoce a la archiduquesa y está ya salió lastimada, aunque técnicamente la culpa no era suya si siente que debió estar más al pendiente.
- Pero todo parece indicar que es muy problemática. – Opino uno de los allí presente.
- Bueno es una princesa después de todo, así que debe estar acostumbrada a hacer lo que quiera. – Sugirió otro. – Creo que vamos a sufrir para cumplir sus caprichos.
- Guarden silencio. – Ordeno Eamon quien justamente llegaba al lugar, el debió quedarse un tiempo más en la frontera con un equipo antes de regresar. – No olviden que se trata de la archiduquesa, más allá de si es una princesa o no, le debemos respeto y lealtad al igual que al archiduque. – Regaño. - ¿Entendido? – Grito.
- Si general. – Respondieron al unisonó.
- Ya vienen. – Aviso uno de los soldados poniéndose todos en formación para recibir al archiduque que salía en compañía de Lyra, sus doncellas e Isidro que venía con ellas.
Presencia que llamo la atención de los soldados que aún no habían tenido la oportunidad de ver al niño.
- Saludos archiduque. – Saludaron haciendo una reverencia.
- De pie. – Ordeno Kieran. – Saluden a la princesa heredera de Mystara Lyra Faerwyn Darkhunter, a partir de ahora la archiduquesa Darkhunter y espero que le sirvan con la misma lealtad y diligencia que lo han hecho conmigo, pues desde ahora sus palabras son las mías. – Anuncio Kieran sorprendiendo a sus hombres y no solo a ellos, sino que a Lyra también.
Según ella su relación era muy mala, pero ahí estaba el dándole autoridad sobre sus hombres.
Después de decir eso, se hizo a un lado para darle paso y que se presentara ante sus hombres.
- Buenos días para todos. – Saludo con su característica alegría. – Me alegra verlos de nuevo. – Agrego y con ello hizo que todos levantaran sus cabezas que aún estaban mirando hacia el piso respetuosamente.
Pero al escuchar sintieron que ya la conocían de antes y por supuesto que sí, por eso cuando la vieron la impresión fue global, más de uno pensaba que estaba viendo visiones, Helio no pudo evitar mostrar su claro desconcoerto, mientras que Eamon aunque estaba igual de sorpendido que los demás, debió dar ejemplo y saludar.
- Saludos archiduquesa. – Dijo con calma. – Le presento mis saludos y le prometo mi lealtad incondicional mi señora. – Agrego solemne, haciendo que los demás reaccionaran también repitiendo las palabras de Eamon y su promesa.
- Les agradezco mucho. – Sonrió Lyra satisfecha.
- En marcha. – Ordeno Kieran, mientras veía como sus hombres aun miraban de reojo a su esposa sin poder entender muy bien que estaba sucediendo y el los entendía claro que sí, pues aún no estaba muy seguro de cómo fue que todo salió así.