Inocencia Robada

1 ¿Que Sucedió Ayer?

   ADELE PHOENIX

Mierda.

Me duele todo el cuerpo: la cabeza, la espalda, la cintura, las nalgas, la vagina... hasta mi cabello me duele.
Momento. ¿La vagina? ¿Qué demonios...? 

Al mirar mi entorno me doy cuenta de que estoy en mi habitación, ¿cómo llegué a casa? También veo asombrada que tengo puesto un albornoz muy cómodo y calentito con las letras FM bordadas en la solapa derecha. ¿Por qué estoy cubierta con un albornoz?
Me levanto y me duelen las piernas también, las siento pesadas y hasta torcidas. Me voy al espejo que tengo en mi habitación y se abre el albornoz...

¡Estoy desnuda! 

¿Qué carajo pasó? 

Me mareo al instante y decido que tengo que darme un merecido baño. No. Será mejor una ducha. 

Me meto bajo la alcachofa y abro la llave del agua fría. Mientras cae el agua me vienen a la cabeza vagos recuerdos de unas manos tocando todo mi cuerpo.

¿Quién tocó mi cuerpo?¿Mike? ¿Acaso tuve sexo con Mike?

Ay Dios, no recuerdo, pero lo más seguro es que estuve con Mike. Hace tres meses que estamos juntos, y yo me había negado a tener intimidad con el... No quiero culpar a Jared por mi desconfianza, pero él la última vez prácticamente me forzó... Obviamente se disculpó, aún así me dejó un mal sabor de boca.

Me olvido de Jared, porque si estuve con Mike, sería estúpido pensar en mi exnovio.

Me aseo rápidamente y me lavo los dientes. No recuerdo bien que sucedió y Kathy es la única persona en quien confío y que me puede decir que hice durante la fiesta. 

Me visto rápido con unas leggins y una camiseta holgada de la Universidad de Chicago; me levanto el cabello y lo peino en una coleta floja y terminando salgo disparada a la cocina a buscar ibuprofeno y mucha agua. Tengo muchísima sed y un horrendo dolor de cabeza.
 
Al entrar a la cocina y buscar las pastillas veo por el rabillo del ojo que la cafetera está puesta y que Kathy va hacia la puerta acompañando a un chico alto, rubio y que está desaliñado. Los ignoro y encuentro en un cajón de la encimera el neceser de las medicinas. 

—Nos vemos, nena— le murmura el chico a Katy. 

Gemidos... 

¡Por Dios! Están en la puerta del departamento y están haciendo sus cochinadas. ¡Yo estoy aquí, un poco de decencia por favor!

A los dos segundos aparece Kathy con una sonrisa que amenaza con partirle la cara en dos. Me ve y suspira. Hace un mes lo ví de igual forma: suspirando por un guapo chico, a la semana siguiente ni lo recordaba.

—¡Ay Adie! No sabía que había hombres tan bien dotados, guapos, inteligentes y con dinero... ¡Es el hombre perfecto!— me dice suspirando. 

¿Dónde quedaron tus modales Katherina Mills?

—¿Bien dotados?— balbuceo confundida.

Genial, yo le sigo el juego. 

—Si... su pene es enooooorme— me dice con un brillo en la mirada. 

¡Demasiada información!

—¡Joder! No tenía por que saber sobre las características íntimas de tus ligues en turno— Yo y mi maldita curiosidad.
 
—Perdón... es que es perfecto. Y, ¿sabes? También sabe cocinar. Preparó el desayuno y le quedó exquisito— me presume. 

A mí nunca un hombre me ha preparado el desayuno.

—No me digas que lo hicieron en la cocina. ¡Qué asco!— me quejo y me tomo las dos pastillas con un enorme vaso de agua con hielos. 

—El café te va a ayudar más— me dice y entra para servir una taza. 

—Sabes que no me gusta el café— le replico. 

—Pero te ves fatal. Créeme, te sentará mejor que el té— me insiste y yo le recibo la taza. 

¡Quema! Está muy caliente y muy fuerte. Y le falta azúcar. ¡Wákala!

—¡Me duele tooooodooooo!— exclamó quejumbrosa y me tomo la cabeza con ambas manos. 

—No me sorprende. Ni aguantas nada. Dos tragos de whisky y ya estabas ebria y retozando con un chico, me recordó a "En la cama con Madonna". 

—¿Dos tragos de whisky? ¿yo retozando? Pero si yo no bebo alcohol.

—Si. Estabas con un sexy tipo muy abrazada y tomando whisky Jack Daniel's. 

—¡Por Dios! Pues, ¡¿qué demonios hice?!— le pregunto cada vez más confundida. 

—No sé bien, pero por lo que vi, te la pasaste muy bien después de que fuiste a ver a Mike.

—¿Qué? No comprendo, Katy— le murmuró y voy a tumbarme en el sofá.
 
—Bueno, ¿recuerdas qué Jared fue a decirte que escuchó a Mike follando con otra en su habitación?

De repente me viene el recuerdo cuando Jared me fue a buscar para enseñarme cómo Michael me estaba siendo infiel.

—Si.

—Pues ya no supe que pasó porque me llamó Steve, que ya no había hielos, pero al rato de eso apareciste frente a mi abrazada de un tipo que conoce a mi conquista de ayer, escuché que es policía, se llama Christopher, y cuando te vi ya estabas muy entonada y me pediste una habitación...

—Ay madre... 

No es cierto.

—Si, obvio, pregunté que que había pasado y tú me respondiste que le ibas a mostrar a Mike que el que ríe al último ríe mejor. Josh y yo los llevamos a una habitación para invitados, por que ni de chiste ibas a follar en mi cama. 

—¡Cielos...!— Literalmente estoy asombrada. No me reconozco.

—En la madrugada llamaron mis padres avisando que volverían antes de París y fui a buscarte a la habitación, —Se detiene y toma un sorbo de su café—cuando entramos encontramos en el suelo varios condones, tu ropa, la de Christopher y tú y él tumbados en la cama. 

—¡Mierdaaaaaaa! ¡No puede ser...!— grito olvidando la resaca. 

¡Me vieron desnuda!

—Josh no te vio. Se salió de inmediato en lo que te cubría con un albornoz y ya fue cuando entró de nuevo para ayudarme. Primero te sacamos a ti, después a Christopher que también tenía bastantes copas encima y le balbuceaba a Josh que a ver si lo dejaba de joder con eso de que a ver si deja a una tipa llamada Amanda que es una víbora y que te folló como todo un semental y ni se acordó de la tipa esa. Y no lo dudo. Christopher se quedó dormido en la casa de mis padres mientras te trajimos de vuelta hasta tu habitación para que durmieras la mona— me dice mi mejor amiga tratando de calmarme. 




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