Inocencia Robada

2. ¡YO NO FUÍ!... ¿O SI?

ADELE PHOENIX 
 
Es increíble como la vida cambia en un minuto, Michael está muerto y yo estoy en una habitación con una reja en la ventana, con sólo una mesa, cuatro sillas, la puerta que no tiene cerradura y un vidrio opaco que apuesto pueden ver todo de afuera a adentro. No las veo, pero estoy segura que tiene camaras y micrófonos. 
Estoy sentada en una de esas sillas y apenas me he permitido decir una palabra. Estoy temblando, siento mucho frío, me cala hasta los huesos. Estoy asustada, he reprimido mis lágrimas porque no entiendo porque me interrogan a mi.
Sobre la mesa hay regadas un montón de fotos de la mansión Mills, todas ellas de los jardines. En ellas se ven vasos vacíos sobre el césped, en otra se ve mi bolso sobre una tumbona, arrojado al azar y en otras más el contenido de éste y la alberca, con el cuerpo de Michael envuelto en un hule y muchas más de la alberca drenada y con más detalles del hallazgo. 
Yo no me puedo creer como es que Michael está muerto. Aun no lo comprendo ¿Cómo sucedio todo esto? Quisiera llorar, Michael ha muerto. Y lo que me frustra más es que no recuerdo nada de lo ocurrido después de lo que me dijo Jared. 
Por más que intento recordar, todo es borroso. Cierro los ojos y lo que veo en el interior son una serie de imágenes incoherentes y sin orden. No vuelvo beber nunca más.

—¿Señorita Phoenix?— me sacan de mi ensimismamiento. 
Miro al frente y está ahí uno de los hombres que fueron por Kathy y por mi al departamento. 
—Necesito que me repita que fue lo que sucedió anoche. Evite omitir detalles, por favor. 
—¿Detective Neill?— pregunto para no errar al dirigirme al sujeto. 
El asiente y levanta las fotos al notar mi estremecimiento. 
—Bien. Llegamos a la mansión Kathy y yo a las 21:30. Yo esperaba ver a Michael en dicha reunión por que éramos novios y hacían varios días que no nos veíamos. No lo encontré al llegar. Y permanecí con Kate. No sé hasta que hora, pero uno de mis amigos, se llama Jared Rivers, llegó y me dijo cosas...— me detengo al recordar con amargura lo que me dijo Jared que escuchó. 
—Continue, señorita— me pide el detective al notar que demoró demasiado en hablar. 
Trago saliva y agitó la cabeza para evitar llorar. 
—Me dijo Jared: Michael está follando con una mujer en una de las habitaciones y le oí decir que eras una estúpida y que no le servias más que como adorno, por que de mujer eres un asco. 
—¿Qué fue lo que hizo usted?— me pregunta Neill con un gesto que me parece morboso. 
—Yo me puse muy ansiosa y nerviosa. No comprendía que estaba pasando y Kathy al ser su hermana me aconsejó que fuera a averiguar que sucedía. Ya no recuerdo nada más hasta esta mañana. 
—¿Qué fue lo que le dijo la señorita Mills?
—"Escucha Phoenix, yo conozco a mi hermano, así que te sugiero que lo sigas..." Esas fueron las palabras de Katy. 
El detective en cada pausa que hago toma nota de cada palabra que digo y observa mi lenguaje corporal, pero no creo decir con mi cuerpo otra cosa más que la confusión y tristeza de cómo una fiesta improvisada terminó en esto. 
—Señorita, necesito que usted haga un esfuerzo. Trate de recordar lo que sucedió después— me pide el detective Neill. 
Yo cierro los ojos y respiro profundamente para tratar de calmarme y recordar. 

"El que ríe al último ríe mejor..."
"Eres preciosa, nena..."
"Tus ojos azules son hermosos..." 
"Quiero que lo hagas. No estoy tan yuppie como para no acordarme después..."
"Estas tan estrecha... se siente riquísimo..."
"¿Te gusta? Por que a mi me encanta estar dentro de ti." 
"Tu novio es un estúpido; y yo también... pero admito que me encantas y yo ni loco te dejaba ir." 
"Semental de ojos azules, me encantas pero ya no puedo más..."

¡¡¡MIERDA!!! 

¡¿Cómo es que estoy recordando esto en una situación así?! 
Suspiro y trato de serenarme. ¡No le voy a decir esto al detective! 
Tomo un sorbo de té y trato de calmarme pensando en flores y ponis; pero no abandonan mi mente unos hermosos ojos azules y esa serie de frases gritadas entre un desconocido y yo. ¿Qué demonios hice anoche?

—Yo no sé si sea importante...

—Todo lo que usted y los involucrados hayan hecho ayer es muy importante— me susurra con voz penetrante el detective Neill. 

—Yo no sé si de verdad pasó o fue un sueño, pero anoche durante la fiesta creo que tuve relaciones sexuales con alguien en la fiesta. Estuve con uno de los invitados de esa fiesta durante casi toda la velada...— murmuro avergonzada, y probablemente sonrojada porque siento arder mis mejillas.

El detective Neill no se sorprende al escucharme decir esto. Después de tomar nota me pide que espere un instante y sale de la habitación. 

—Señorita Phoenix, usted afirma que durante la velada tuvo un escarceo sexual con un invitado de la fiesta; pero también dice no recordar claramente lo sucedido. La llevaremos a un hospital para que se practique los exámenes toxicologicos de rigor y un examen vaginal para anexar al expediente ya que aún no es muy sólida su coartada.

—¿Examen vaginal? ¿Pruebas toxicologicas? ¿COARTADA?— pregunto cada vez más espantada. 

— Si, y es mejor que coopere.

No entiendo ¿Por qué tengo que hacerme un examen vaginal?

¡Es humillante ésta situación!

Al salir de la estancia veo a la familia Mills reunida frente al escritorio de algún agente. La señora Miranda Mills estaba terrible. No paraba de llorar; el señor Demian sólo miraba al frente estoicamente y tomaba del hombro a su mujer y Kathy lloraba en silencio tomando a su madre de la mano. 

—¿Kathy? — Susurro

—¡No te me acerques! ¡Alejate de mi... Asesina!— me grita furiosa. 

—Kathy, no comprendo... yo... ¿Por qué me estás diciendo asesina?— Creo que estoy en shock

—Jared dijo que te escuchó decir que si era cierto lo que Jared dijo lo matarías... ¡no te creí capaz! 




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