Inolvidables

Capítulo 1: Un Encuentro Inolvidable

El café de la esquina hervía de actividad. Las máquinas de espresso silbaban, las tazas chocaban unas con otras y las risas de los clientes llenaban el aire. Jacki estaba sentada junto a la ventana, rodeada de sus libros y un cuaderno lleno de garabatos. Era su refugio favorito, un rincón donde el bullicio de la ciudad se sentía lejano, casi irreal. Tenía el cabello recogido en un moño desordenado y los lentes descansando sobre la punta de su nariz mientras subrayaba frenéticamente un texto de literatura clásica.

Lion entró al café buscando refugio de la lluvia inesperada. Sacudió su chaqueta de cuero y echó un vistazo rápido al lugar, buscando una mesa libre. Fue entonces cuando la vio. No porque estuviera tratando de llamar la atención, sino porque parecía perdida en su propio mundo. Había algo en ella, algo en la forma en que mordía distraídamente el extremo de su bolígrafo mientras fruncía el ceño, que lo hizo detenerse.

—Disculpa, ¿te importa si me siento aquí? —preguntó Lion, señalando la silla frente a ella.

Jacki levantó la vista, algo desconcertada por la interrupción. Frente a ella estaba un chico de mirada intensa, cabello despeinado y una sonrisa ladeada que no dejaba lugar a dudas: sabía que era encantador.

—Oh, claro, no hay problema —respondía mientras apartaba sus cosas para hacer espacio.

—Gracias. Odio la lluvia, pero supongo que a veces nos lleva a los lugares correctos —dijo él, sentándose y quitándose la chaqueta con un movimiento despreocupado.

Jacki asintó, sin saber muy bien qué responder. Retomó su lectura, pero sentía la mirada de él sobre ella, como si tratara de descifrar algo.

—¿Eres estudiante? —preguntó él, rompiendo el silencio.

—Sí, literatura. ¿Tú? —contestó, tratando de sonar más segura de lo que realmente estaba.

—Música —respondió él con una sonrisa. —Bueno, algo así. Estoy en una banda.

—¡Oh, interesante! ¿Qué tipo de música tocan?

—Un poco de todo, pero me encanta escribir canciones. Siempre he pensado que las letras son como poemas que se cuelan en el corazón con melodía. ¿Y tú? ¿Escribes?

Jacki se sonrojó ligeramente.

—A veces. Pero nada tan impresionante como eso.

Lion negó con la cabeza, inclinándose hacia adelante como si quisiera captar mejor cada palabra que ella decía.

—Apuesto a que es más impresionante de lo que crees. Hay algo en ti… algo que no se ve todos los días.

Jacki lo miró, sorprendida por la intensidad de su tono. Era como si realmente creyera lo que decía, y por un momento, ella también quiso creerlo.

Pasaron las siguientes dos horas hablando de libros, música y sueños que parecían tan lejanos como cercanos. La conexión entre ellos fue instantánea, casi mágica. Cuando Lion se levantó para irse, le ofreció una sonrisa que Jacki sabía que no podría olvidar.

—Espero que volvamos a coincidir, Jacki. Sería una pena que este fuera el único capítulo de nuestra historia.

Y con esas palabras, salió del café, dejando a Jacki con el corazón latiendo rápido y una sensación extraña de que algo importante acababa de comenzar.




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