Insanos

Capítulo 1

Atenea

Ha pasado un mes desde lo sucedido, estos últimos días mi cabeza me a torturado, con pensamientos sobre mi padre. El por qué hizo lo que hizo con nosotros. No sé que efectos tengan de aquí a unos años, los experimentos que nos hizo.

Mis hermanos y yo, juntos hemos sobrepasado todo tipo de cosas. Está no se quedará fuera. Aunque nos cueste, tenemos que seguir con nuestras vidas, como alguien normal . Por fin comenzar a vivir como un joven de nuestra edad lo haría.

No tuve en mi infancia una figura femenina, una madre. Que me enseñará las cosas básicas que se deben hacer en un hogar. Por consecuencia lo que comemos estos últimos días es comida a domicilio, la pagamos con los ahorros de nuestro padre.

Ya llegó la comida.—Me comenta mi hermano Alexander poniendo las bolsas encima de la mesa del comedor.

Me levanto del sofá, apagando mis pensamientos y, me dirijo arriba a avisar a mis otros dos hermanos y, a Lucas de la cena.

Di dos toques en la puerta de la habitación que compartían Exen y Aarón.—Chicos la cena está lista.—Murmure tras la puerta.

Ya vamos.—Responde Exen.

Camino más hasta llegar al final del pasillo, dónde duerme Lucas. donde dormimos. Está casa solo tiene tres habitaciones, por ello las compartimos. Alex con su novia Ana, Exen con Aarón y,  yo con Lucas.

La puerta estaba abierta así que entre. Lucas se encontraba totalmente dormido encima de mi cama. No podía molestarme más que lo hiciera, cuando se levanta termina echa una tormenta.

Comprendo que su cama no sea la más cómoda, pero el también debe comprender que me molesta que desordenen mis cosas.

Irritada me acerque.—¡Ey rubio!, Despierta¡.—Rechiste.

Dió vueltas en la cama quejándose de mis recientes gritos.—¿Quieres aprender a gritar menos?.—Replica.

Cuando aprendas a acostarte en tu propia cama.—Proteste.

En verdad desde que somos niños pasa esto. Han Sido tantas veces, que ya me he terminado acostumbrando. Pero de igual manera mi orgullo no me permite dejarlo pasar.

Se puso de pie encontrá de su voluntad fulminandome con sus ojos verde perla y, yo se la devolví desafiante.

Lucas a menudo tenía encontronazos conmigo. Siempre terminamos bien, y olvidando los desastres que nos decimos minutos atrás.

No volvió a fijar sus ojos en mi y, salió por la puerta.

Organice nuevamente mi cama, recogí nuestra pequeña habitación. En verdad no había mucho que organizar, solo teníamos un armario compartido, dos camas y, un baño justo al lado de la puerta.

Salí cerré la puerta tras de  mi, y baje las escaleras. Mis hermanos ya se encontraban en la mesa del comedor comiéndose sus respectivas hamburguesas, yo espero con ansias que Alex me haya pedido mis espaguetis. Se han convertido en mi obsesión desde que tengo quince años.

Indague por toda la mesa, en busca del mismo. Pero no tuve éxito, y la desesperación comenzó a amenazar con aparecer.

Está en el fondo de la bolsa Ati.—Me indico Alex cuando se percató que estaba en busca de mi plato.

Alexander siempre sabía lo que yo quería y, no quería. Amaba que tuviera esos gestos conmigo.

No pude evitar la emoción y, le tire una sonrisa de agradecimiento a mi hermano.—¿Con extra queso?.—Consulte dedicandole una mirada de refilon, anhelando que si tuviera extra queso.

Si.—Farfullo con una sonrisa, asintiendo con la cabeza.

Lo cogí al final de las bolsa, y tome asiento.

¿ Exen Mañana retomamos los entrenos de boxeo?.—Pregunta Aarón  apagando el silencio en la mesa.

Si. Hablé esta mañana con Gerard, está disponible mañana a las cinco de la tarde.—Le responde en seco sin apartar la vista de su plato.

Aarón simplemente lo observa con sorpresa ante su comportamiento, y decide no hablar más, durante los últimos minutos.

Exen desde que es un niño, asiste a entrenos de boxeo, como defensa personal.  Se lo a recomendado Miles de veces a los chicos, hasta que mucho tiempo después aceptaron ir y, desde ese momento no han abandona su pasión por el boxeo.

He querido durante un tiempo asistir a los entrenos, para poder defenderme ya que estamos solos. Aprender a dar buenos golpes no me vendría mal. Pero cada ves que tocaba el tema, Exen ponía la excusa de que porque soy una chica no me irá bien. Me molesta que diga eso.

Voy a comenzar los entrenos también.—Comente enfrentando mis ojos a los suyos, los cuales estaban perplejos ante lo que dije.

Estoy cansada de que me diga, lo que debo y no debo de hacer. Es mi hermano mayor, pero eso no quiere decir que tenga mando sobre mis decisiones, cada uno de ellos hace lo que quiere. Yo haré lo mismo.

Agitó su mano libre.—¿Quien tú? Ni pensándolo.—Arrugo su cara con negación.

Iré. Ni tú ni nadie me dice lo que tengo o no tengo que hacer.—Reproche mirándolo con frialdad.

Todos en la mesa se me quedaron mirando, ecepto Aarón manteniendo su cara inexpresiva de siempre.

Rió en tono de burla.—Mejor calla. ¿Vale?.—Nego con la cabeza frustrado.

Si irá.—Espeto Lucas levantándose de la mesa.

Me estremecí por sus repentinas palabras. Esto desataría una discusión que yo he causado, no estamos en tiempos de litigios.

¿Eres su padre ahora?.— Rechista Exen inexpresivo.

¡Basta ya de tus estupideces todos los días!.—Proteste sin poder contener mi molestia.—No estamos en tiempos de disuciones por tonterías, mañana a las cinco voy a entrenar y, nada pasara.—Le advertí.

Antes de que pudiera responderme salto Alexander.—¿Sintieron ese estruendo?.—Pregunta estremecido.

Escuchamos tras la puerta varios pasos fuertes. Con fuerza abren la puerta, entrando unos hombres con trajes negros, armados.

Alex a mi lado apretando la mandíbula, me pide que me esconda en cualquier lugar.

¿Quien carajo son ustedes?—les pregunta Exen asustado.

Me escondi detrás de un mueble junto a la pared, escuchando los estruendos. Asome mi cabeza y, ví a mis hermanos dando y recibiendo golpes. Hasta que no pudieron más, pusieron un trapo blanco en su cara dejándolos desmayados.




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