Insanos

Capítulo 2

Atenea

La ira, el odio, la fuerza, la melancolía. Emociones que nunca en mi vida se habían presentado con tanta intensidad como lo hacen ahora.

¿A qué se refiere ese hombre con que no pueden conmigo sola? Yo no soy un monstruo, o tal vez si lo sea.

Antes de volver a sumergirme en esos pensamientos. Limpie mis lágrimas y, busque la manera de esconderme. Pero ya era muy tarde.—¡Alto ahí!.—Exige el hombre tras mío apuntando con el arma.

Me paralice y, me fui dando la vuelta poco a poco.

Detrás de el vinieron cuatro más. Parecen oficiales, pero no como los que estoy adaptada a ver, sus trajes son completamente negros de la misma tela de la enfermera, tienen a un costado un símbolo, que me parece conocido.

Curiosa pregunté.—Conozco ese símbolo. ¿Quienes son ustedes?

¡No camines más!.—Amenaza levantando más el arma.

Estremecida di pasos más atrás.

Un tipo a su derecha toca su oído, lleva un auricular. Se le acerca al que me apunta y, le susurra algo, el Asiente y de un momento a otro sin esperarmelo, me dispara la pierna.

¡Ah!.—Grite descontrolada por el dolor.—¡Por favor no me hagan daño!.—No quie.. Quiero morir.—Balbucee.

Se me acerca el de su derecha y, agarra mi brazo de manera tosca, produciendo un quejido por mi parte.—¡Calla!.—Espeta en mi oído.

Estás personas parecen tenerme odio. Trato de averiguar el por qué de todo esto. No tiene sentido.

Comienzo a sentir el mismo ardor de antes en todo el cuerpo. Estoy emitiendo un color rojo intenso, no como el de la sangre, más bien una luz. Aterrorizada alzo mis brazos y, lo que veo me deja confusa. Veo el adentro de mi mano, las venas inchadas y resaltadas.

Cerré mis ojos para calmarme. Esto significa algo. Lo que hice con la chica me genero culpa, pero esta ves no va a ser así.

Sujete con ferozidad su brazo, aparte la vista del piso, para guiar mis ojos a los suyos emenando furia. Con mi mano libre lo sostuve por el cuello y, lo extrangule.

Lo miro con repugnancia y, me giro a los otros cuatro que me quedan. Avanzo en su dirección sin importarme que disparen. Mi cuerpo pide adrenalina, me está llevando a hacer las cosas sin control, aún así queriendo. Mi consciencia me dice ¿Que haces?.

Estoy cometiendo una locura acercándome a ellos, pero me aferre a destruirlos, es lo que el cuerpo me pide. Que destruya.

¡Atenea!.—Aarón grita a mi lado captando mi atención.

Están todos despiertos viéndome como una bestia. Sus caras me dicen que están más confundidos que yo.

No respondí, en el momento que me giré en dirección al tipo. Con la parte baja de su arma me golpea en la sien dejándome aturdida. Toco mi cabeza, para saber si no tengo ninguna herida.  Recobre la compostura y, lanzo una bala a mi hombro sacudiéndome.

Apoye mi cuerpo a una pared sollozando, y tocando mi herida.

Lucas y, mis hermanos desesperados por ayudar se ponen de pie. Antes de que fuera tarde, los empuje con la mano hacia atrás, dejándolos tirados en el suelo.— Lo siento.—Susurre sin fuerzas.

Ellos no tienen como defenderse, estos hombres vienen armados. Yo soy la única que puede ayudarnos a salir de este puto lugar.

Jadeando por el dolor encamine mi cuerpo. A mi lado capto una silla, la tomo y, a todo velocidad y fuerza se la lanzo en el rostro al que me disparó, quedó inconsciente en el suelo. Aún tambaleandome me acerque. Tiraron más tiros pero esquivé todas las balas.

El enfado que tengo en este momento es grande, muy grande.

En el momento que menos se esperaron apure mi paso, cogeando con la pierna derecha. Al primero que ví lo cogí por el uniforme, lo mire y, me eche a reír con sarcasmo en su cara, siento como otro se acerca y, lo lance contra la pared derrumbandola encima de el. El que tengo agarrado me está suplicando que no le haga nada. Lo solté, dejándolo caer al suelo, tomó aire. Con mi mano haciendo movimientos lo tire contra la mesa rompiendose la columna.

El que me falta está reprochando su vida en este momento, sin darme la oportunidad a mi misma de echarme atrás y, percatarme de lo que estoy haciendo.

Di pasos hacia atrás con lentitud sin quitar mi mirada de el. Alcé mi mano y, lo moví hacia mi.

¡Eres un monstruo!.—Escupe.

Que mal, yo no te iba a hacer nada.— Mentí con sarcasmo.

Le di un golpe en su nariz desmayandolo.

Caigo en el suelo sin más fuerzas.

Corre Alex hacia mi.—Vamos.—Me carga.

Me dolía el cuerpo entero, la cabeza me dolía aún más por el golpe en la sien. Y la herida me estaba fastidiando demasiado.

¿Y los demás?.—le pregunté confusa sin poder decir una palabra más.

Estamos aquí tranquila.—Responde Lucas acariciando mi espalda.

Debemos salir de este lugar lo antes posible, se está desangrando.—Comenta Alex frustrado.

Por ahí.—Indica Aarón.

Todos corriendo y, Alex con sus últimas fuerzas cargandome. Me siento mal por hacerle pasar este trabajo.—Puedo caminar sola, tranquilo.—Balbucee.

—Ni loco te suelto.

Es un centro inmenso, por todos lados está el logo que ví en el traje de uno de los tipos. Salimos por una puerta de cristal que daba a la calle.

El aire frío de la noche golpeó mi cara calmandome.

¿Vieron el símbolo que está por todos lados?—Pregunta Exen incrédulo.

Si.—Asiente Alex.—Esto es muy raro.—Me mira con expresión preocupada.

Ati. Siéntate en el banco, para que puedas estar más Comoda.—Me indica compasivo Lucas.

Asiento adolorida.

Tomó aire una y, otra ves. Cierro los ojos poco a poco sin control.

Que bien.—Habla una voz femenina en una emisora proviniente del centro.

Estupefactos miramos con desconfianza a dónde provenia el sonido.

Que carajos.—Rechista Aarón.

Esto no es más que una prueba para ustedes, una de las tantas que tendrán.— Hizo una pausa.—Atenea, me temo que tú y todos conocimos quien eres en realidad. Lo digo por la manera en que destruiste a esos guardias, no quise mandarte más porque acabarias con mis hombres. —Insinua riendo.




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