Treinta días, 12hs y 7mns. Ese tiempo había transcurrido desde que pactaron encontrar el apellido que escondía la letra “K”. Aún no habían llegado a ninguna parte.
Los últimos días fueron un caos, todos corriendo desorientados y cansados, ¿Se avecinaba el fin del mundo?, No. Pero parecido a ello, la palabra correcta para describir tanto caos, “parciales”. Todos se la pasaban estudiando en grupos de ves en cuando y cuando les daba la oportunidad seguían buscando a Cris.
Eran las seis de la tarde. Victoria y Albert se encontraban estudiando en la biblioteca ñ. Derecho una de las materias favoritas del moreno.
Vicky se encontraba muy metida en un texto tratando de entender una ley bastante confusa e injusta para su gusto, cuando el irrumpió atmosfera silenciosa que se abría creado.
– Tu crees que lo encontraremos? – Vicky elevó la vista del libro, frunció el seño y el pareció entender que ella no se daba cuenta de a qué se refería – hablo de Cristian, ¿Tu crees que existe?.
– Claro que lo creo- respondió con total firmeza – no me preguntes por qué . Pero así lo siento – Al le prestaba suma atención a cada una de sus palabras- los escritos son.. intensos, profundos, es como si ella fuera su persona favorita… como su lugar favorito en el mundo el cual no pudo volver a contemplar – perdió si mirada en uno de los pasillos. Un chico venía caminando por en medio con varios libros . Volvió a concentrar su mirada en Albert y agrego – nadie puede fingir amar de esa manera.
– De esa manera lo amaste ¿Verdad? – su pregunta la tomo desprevenida – tuviste que haberlo hecho como para saber que se siente así . – victoria se encogió de hombro y todo los ojos mientras comenzó a recoger los libros.
– Cuando el llego a mí vida no la estaba pasando bien – se sincero por primera ves – llevaba un año lidiando con la muerte de mí padre, estuve encerrada en mí misma demasiado tiempo cuestionándome por que seguía con vida- el e Tomo la mano, observo su acción pero no la retiro.
– Cómo cuando llegaste aquí?- cuestiono. Ella asintió en respuesta.
– Alex siempre estaba allí. – inspiro ondo tratando de buscar tranquilidad para hablar- el fue calma en mí pequeño infierno, fue mí lugar seguro, mí lugar favorito en el mundo – su voz se quebró e inevitablemente una lágrima escapó de sus ojos, la cual Albert quito con suavidad – pero creo que solo fui yo quien am en esta Historia.
– El fue un imbécil – dijo atrayéndola hacía el. Vicky se dejó llevar y se entregó a su abrasó entero el rostro en su pecho perdiéndose en su aroma. Albert acariciaba suavemente su espalda de arriba abajo, mientras recargaba la mejilla en su cabeza.
Victoria cerro los ojos disfrutando del momento, se sentía bien en calma. Le resultaba tan fácil hablar con Albert, en poco tiempo se abría convertido en su dosis diaria de serenidad. De un momento a otro se sintió extraña. Abrió los ojos y localizo el motivo de su incomodidad. El desconocido ahora se encontraba en una mesa frente a ellos observando los atentamente.
– ¿Estás bien?- susurro Al y ella se alejo de sus brazos con suavidad, rompiendo el contacto visual con el extraño y sentando su mirada en el.
– Si… gracias por tu amistad!! – dijo acariciándole la mejilla , el puso su mano sobre la suya y apretó más la mano de Vicky contra su rostro. Cerrando los ojos apreciando cada segundo de su toqué. Asintió en respuesta- no se que haría sin ti y los chicos – de verdad se sentía agradecida por su amistad, no podía imaginar un solo día sin ellos. Ya no.
– Estarías perdida – dijo riéndose de manera escandalosa – imagínate buscando a extraños sin nosotros – le contagio la risa. Por acto reflejo giro hacia donde se había topado con aquella mirada pero ya no se encontraba ahí – vamos con los demás así puedes darle un poco de “amor”- está última palabra la resaltó en comillas y de manera burlona.
(…)
Otro mes paso. Luego otro y otro. Cuatro meses, no había nada, no habían encontrar nada con respecto al enigma que representaba “Cristian K”.
El quinteto se encontraba muy desanimado, las ideas se les agotaban al igual que las esperanzas. Cómo último recurso intentaron pedir información en alumnado, pero no podían darles ayuda sin nombre completo. Se encontraban exhaustos, no sabían hacia donde ir, cuando creían encontrar algo perdían la pista y regresaban al comienzo. Lo bueno era que lograron leer todas y cada una de las cartas.
Cristian en muchas de ellas recordaba miles de hermosos momentos, el trascender de su amistad, como con celeridad sus sentimientos por Kim se hacían intensos. El recuerdo que más le gustó a victoria fue el del lago de boque, en esa carta Cristian relataba como bajo el crepúsculo la consoló Aquella primera vez que peleó con su novio Matt. Cómo anhelaba su compañía, motivo por el cual durante años esperando verla aunque sea desde lejos, con es esperanza regresaba a ese lugar, su lugar secreto en el bosque, pero ella nunca volvió. En muchas otras cartas se ahogaba en su angustia, la añoraba, solo encontraba consuelo en el hecho de que ella se encontraba feliz, mientras el vivía en zozobra.
En uno de sus descargos Cristian relato haber tenido una relación amorosa con una compañera de curso, ALI era su nombre, una mujer amorosa, atenta, buena persona, pero lastimosamente no había funcionado la había querido muchísimo, pero ,no podía darle lo que le pertenecía a otra persona, no creyó justo que ella amará por ambos y termino la relación. Fue un hermosos gesto de su parte. Este hombre agradaba cada ves más a victoria.
Las ansias por saber de el crecían y el miedo también. Los cinco muy en el fondo tenían que no siguiera con vida, qué tal vez haya sido demasiado. Una pregunta se instaló en la cabeza de Vicky, si fue capas de renunciar a Kim por amor, ¿Hubiera sido capas de enunciar a la vida a causa de el?, Era tonto solo pensarlo pero también era una posibilidad, era posible amar de esa manera y ella lo sabía.
(…)
Era la hora del receso. Albert, khall, Anna y victoria se encontraban en la cafetería repasando apuntes.
– Esto me cuesta un poco más entenderlo, pero creo que puedo con ello- aseguro khall mientras Anna lo miraba con cara de “si puedes con ello ¿Por qué me pides ayuda?.
Albert y Vicky discutían un tema referido a una de las materias que compartían, en fin se ayudaban entre ellos, cuando alguien callo… literalmente cayó al llevarse por delante una silla. Pronto se dieron cuenta de quién se trataba, se levantó sin importarle nada y volvió a correr rumbo a su mesa.
–Peter!! ¿Te encuentras bien?- se veía entre nervioso, cansado y .. ¿Feliz?.
– Keller..- murmuró casi sin aire, su pecho subía y bajaba bruscamente - Keller- volvió a susurrar, todos se pusieron de pie, algo no cuadraba normal con Peter y el oxígeno le faltaba.
– Ya hombre siéntate, nos estás asustando- Albert estaba realmente preocupado intento hacer que se sentará, pero este se negó.
– NO, CHICOS ESCUCHEN!!- grito asiendo que todos se sobresaltan, luego muy lentamente dijo- Cristian … K, es.. Cristian KELLER- todos pensaron que no podía ser posible- lo encontramos-.
La campana sonó. El receso había terminado.