Cada uno de los recuerdos empezó a borbotear en mi mente como si fueran destellos de luz, tomando forma y un orden. Las lagunas y baches dejaban de existir y lo único existente eran mis profundas ganas de vomitar.
Y eso hice.
Arcada tras arcada todo el contenido de mi última comida comenzó a salir de la manera menos agradable posible mientras intentaba asimilar todas las imágenes que pasaban por mi mente.
No es como en las novelas o en los libros que se arrodillan frente al retrete y alli vuelcan todo. No.
Mi vestido estaba hecho un asco a causa del vómito que cayó sobre el y mi cabello hubiese sufrido de la misma suerte de no ser porque estaba atado en un moño alto.
Mi garganta ardía como el infierno y mi cuerpo temblaba.
-¿Estás bien? - preguntó después de un momento.
Lo miré a los ojos intentando saber la razón por la que se encontraba tan temprano en mi casa y lo único que pude haber visto eran aquellos ojos brillantes llenos de algún tipo de esperanza.
En su mente, sin embargo, no encontré nada más que caos.
No le respondí. No porque no quisiera, sino que mi garganta no era capaz de emitir ningún sonido a causa de la quemazon que estaba experimentando en ese momento.
Sencillamente terminé de abrir la puerta y lo invité a pasar y aunque al principio se mostró algo sorprendido terminó por aceptar.
Por desgracia las cosas no eran como las creía. Al menos no cómo las pintaba mi aún inmadura mente.
-¿Descubriste algo?
Su rostro seguía siendo un lienzo en blanco y su mente aún no estaba en un estado decente.
-Simone, esto está pasando desde hace casi seis meses, deberías tomar un descanso- dijo de manera seria-, tienes que tomar en cuenta tu estado.
-Lo se, te hice una pregunta.
-Antes que nada eres mi hermana haría lo que fuera por ti, pero...
- ¡Pero nada! -comenzaba a alterarme- No tienes ni la mas remota idea de lo que es amar a alguien tanto.
-¡Por el amor a Dios! Simone, si no supiera que es amar no estaría aqui, contigo y alimentando la furia de nuestro padre...
No quise seguir escuchando más. La única razón por la que aún me relacionaba con el era debido a que, mejor que nadie conocía a su padre y era una especie de carta a favor de nuestra parte.
-Sólo no dejes de buscarlo- le dije.
Esta situación acabaría por volverme loca. Cada vez que le veia la cara a Andrea nuevos recuerdos llegaban a mi mente. No estaba presente en la gran mayoría, pero aún así podía sentir el dolor de cuando experimentaban con él.
Aún habiéndome deshecho de la ropa sucia, mi cuerpo se sentía pegajoso y sudoroso. No podía evitar querer ir a por un baño.
Así como no pude evitar que al pasar frente al espejo principal imaginar a Sean de pie, detrás de mi acariciando mi vientre con dulzura.
La nostalgia invadió mi mente nuevamente y las lagrimas inundaron mis ojos.
-Volviste a pelear con Andrea, ¿cierto?
Durante las primeras ocasiones su manera de acercarse casi mata de un infarto a mas de uno, por fortuna ya estábamos acostumbrados. O eso es lo que queríamos creer.
>>Sé cuanto lo amas, pero todos a tu alrededor merecemos saber hasta cuando será esto. Ninguno de ellos ha querido decirlo pero tienes que seguir adelante, tenemos que hacerlo. No quiero ser la bruja y mucho menos quien rompa tu burbuja, pero sabemos que las posibilidades de encontrarlo son de...
-Suenas como Andrea, ¿acaso todos buscan aliarse contra mi?
-¡Simone! ¡Simone!
La voz de Derrick que provenía desde el sótano con un tono desesperado nos puso en alerta.
De inmediato alcance una de las tantas camisetas que se encontraban desperdigadas sobre los muebles y me la ceñi lo mas rápido que pude.
-¿Que sucede? ¿Encontraste algo?
-Espera un momemto- levantó su dedo índice sin dar la vuelta. Estaba sentado frente a al menos media docena de ordenadores mientras tecleaba con su mano "libre".
Su corazón latía frenético y sus pensamientos no tenían coherencia hasta que abruptamente se detuvo en una pantalla en específico y congeló el video, y al mismo tiempo, mi corazón se congeló.
-Es él- no lo dije yo, la declaración provini de los labios de Hazel quien estaba a mi lado.
-¿Cual es su posición?
-Espera, espera, espera... ¡Lo tengo! - dio un rápido aplauso antes de proseguir con su explicación- La imagen, o video en todo caso, fue tomado desde una cámara de seguridad en el puerto justo en la terminal de Smith Cave... Y se puede saber ¿que demonios es lo que estás haciendo Simone?
Ya había dado media vuelta y pretendía ir a la dirección en donde según él había sido grabado.
-Me voy a buscarlo, y no intentes detenerme.
Hacían ya un par de meses que no tomaba las llaves de mi auto y conducía a cualquier otro lugar que no fuera a la tienda de comestibles de la esquina.
Por alguna razón, siendo una hora en la que habitualmente el tráfico era fluido, en ese momento todo era un caos. Llevaba mas de media hora intentando no caer en el desespero, sin embargo, estar embarazada, en una camiseta que comenzaba a incomodarme y con los pies descalzos lo hacían sentir como un total calvario.
-¡¿En donde demonios estás?! -es lo primero que escucho al contestar el móvil- ¿acaso estas loca? ¿Y si es una trampa?
Lo cierto es que salí disparada de casa en cuanto confirmé la dirección en mi navegador. No analice riesgos ni probabilidades, sólo quería volver a ver a Sean sano y salvo.
Tras las incesantes negativas de parte de todos en casa y mi desespero por salir de en medio del tráfico pesado, lo único que pasó por mi mente fue ponerle fin a la llamada.
Mi corazón, por algún motivo estaba cada vez mas acelerado y mi mente a ir más y mas rápido. El caucho que cubría le volante comenzaba a congelarse y finalmente me vi obligada a detenerme y reflexionar por mi misma si realmente estaba haciendo lo correcto.
Editado: 05.09.2020