Instinto (saga Charmed #2)

Capítulo Seis


 


Ninguno de los dos esperaba que las cosas resultaran fácilmente, sin embargo, ni bien pusimos un pie dentro de la casa y se cerró la puerta tras nosotros sentí a alguien tomar mis brazos y apresarlos.

¿Mi primera reacción?

Resistirme e intentar liberarme. Más que nada fue por instinto nato, aunque también ver la expresión aterrada de Simone, pero finalmente no dio un solo paso en mi dirección. Sabía lo que significaba,  no debía hacer las cosas más difíciles para ambos así que decidí darme por vencido. Echando ambas rodillas al suelo y terminaron de reducirme.

Poco tiempo después estaba siendo arrastrado por dos personas a algo parecido a una celda de cristal con muchos agujeros pequeños. Dudaba que mis dedos pudieran pasar por allí. De todas maneras, si pudieran pasar el cristal era lo suficientemente fuerte como para no romperse con facilidad. Tampoco es que pretendiera darme a la fuga. Sin importar lo que pasara o cuánto tiempo pasara iba a quedarme en esa celda y por primera vez en todos mis años no iba a nadar contra corriente y resistirme.

Necesitaba la plena confianza de Simone y respuestas.

Quería saber más. Quería tener mis recuerdos de vuelta y poder volver a ser una persona medianamente normal. La constante sensación de vacío en mi mente quemaba. Era más que insoportable para mí.

Podía ver el daño que le causaba a Simone cuando intentaba tratarme con algo de familiaridad, pero siempre había algo que se lo impedía o le recordaba que no era más que el cascarón del hombre que alguna vez amó.

No pasó mucho tiempo desde que me habían dejado en la celda cuando vi a Simone asomarse por la puerta.

De alguna manera sabía que no iba a tardar mucho en venir a por mí. Sin embargo, aunque creí que vendría a verme por solo un momento me equivoqué.

Traía consigo una manta gruesa y estaba vestida con una camiseta enorme. Planeaba quedarse a dormir a mi lado. A decir verdad, se me hacía extraño esta especie de sótano, porque parecía más la habitación bien equipada de un hospital y lo único fuera de lugar era la celda en la que estaba metido.

Y eso me llevó a preguntarme ¿Qué estaba mal con ella?

¿Por qué necesitarían una habitación equipada?

No había desviado mi mirada de ella mientras intentaba acomodar de alguna manera la camilla lo más cerca posible de mi lugar. Era una completa locura. No iba a dejar que ella durmiera allí, ni loco. Estaba más que seguro que en su habitación había una cama lo suficientemente cómoda para que pudiera descansar por completo en su estado.

¡Dios mío! Aun no me lo podía creer.

¡Iba a ser padre! La prueba estaba allí, creciendo tranquilamente en el cuerpo de la mujer a la que no podía quitarle un ojo de encima.

—¿Qué haces? — pregunté en un susurro mientras la veía desabrochar los botones de la camisa que llevaba puesta de abajo hacia arriba deteniéndose justo en donde comenzaba la curva de su vientre dejando ver, pese al tamaño que era un rastro de tela azul cielo.

Mi boca se secó. Estaba muy seguro de que las embarazadas no estaban en mi lista de fetiches, pero tampoco iba a negar que quería... uhm, no podía dejarme llevar porque casi de inmediato noté que su olor era el que me estaba volviendo loco.

—No puedo dormir, es algo de todas las noches, lo siento.

Sin poder articular palabra alguna contemple la imagen que tenía frente a mi e intente capturar la esencia de su forma, su piel morena, sus ojos claros y ese rubor que se extiende por sus mejillas.

¡Carajo! Era bellísima. La mujer más hermosa que haya visto en toda mi vida y ¡oh! Esos rastros de tinta que se estiraban junto a su piel.

—¿No te es mejor dormir en tu habitación? Estoy totalmente seguro de que esta cama no le llega ni a los talones a la tuya—. Le externalicé mi inquietud.

—¿Acaso es un pecado querer dormir a tu lado, aunque sea de esta manera?

—Debería serlo. Deberías tener miedo y mantenerte alejada de mi hasta que las sospechas se disipen totalmente.

—Pero...

—Deberías pensar en tu cuerpo y en lo molido que va a sentirse el día de mañana.

Sin embargo, no me hizo caso.

Tumbó su cuerpo sobre la camilla y se cubrió con la manta que trajo naturalmente busqué con la mirada donde había dejado la mía y me dispuse a dormir. Tenía el vago presentimiento de que el día siguiente iba a ser realmente largo.

—Buenas noches Simone.

—Buenas noches Sean.

Pero lo cierto es que, no llegue a conciliar el sueño sino hasta poco antes de amanecer. La idea de que había embarazado a alguien me inquietaba, más aun sabiendo de que no era un solo bebe, sino tres viniendo a la vez.

Niña.

La idea de que fueran niñas casi hace que me dé un paro cardiaco. Pero la posibilidad no estaba del todo descartada. Había un 90% de probabilidades de que uno de mis cachorros fuera niña.

Cachorros... Ese fue mi último pensamiento que tuve antes de quedarme dormido.

El sonido de pasos agitados y respiraciones irregulares repentinamente me sacó de un sueño que sentía como si estaba empezando a conciliarlo, pero la sensación de molestia desapareció inmediatamente después de percatarme de que algo no estaba bien.

Simone estaba acostada en el mismo lugar, pero esta vez su cuerpo estaba lleno de sudor y tenía el rostro desfigurado a causa de lo que suponía era dolor. Mi cuerpo de inmediato reaccionó dando un salto olvidando la barrera casi invisible que nos separaba.

Oh Dios, ¿acaso ya era hora?

¿Qué iba a hacer?

Estaba tan malditamente perdido y desesperado. No sabía que más hacer además de gritar con desespero y pedir por ayuda.

Afortunadamente, poco tiempo después de haber entrado en pánico apareció por la puerta el chico más joven, Derrick, creo que ese era su nombre y se precipitó sobre ella.

Solo tocó su vientre e hizo la pregunta por la que me he estado muriendo de impotencia.

—¿Qué sucede preciosa? ¿Ya es hora?



#34504 en Novela romántica
#15618 en Fantasía
#3240 en Magia

En el texto hay: abandono, romance, drama

Editado: 05.09.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.