Chapter three:
Krista estaba sentada y su mejor amiga: Abby negaba constantemente, se la veía echar furia por sus oídos.
-- Es de lo peor, Krista. -dijo ella.
-- No lo es. Es algo normal, ¿No piensas así? -tratando de negar su propia realidad, su amiga le volvía los pies a la tierra.
-- No es de hombre lo que hizo. ¿Cómo cree que puede divulgar esas cosas así?
-- Oliver no lo hizo.
Una semana después del primer día de primavera, el rumor de que Krista fue rechazada se esparce por todo el colegio, sin embargo cualquiera que se ha acercado a hablar con ella, fue mandado a irse inmediatamente por parte de Abby y Reina.
-- Nadie más aparte de él sabe eso. Es su problema, me va a escuchar. -siguió diciendo Abby molesta, Krista negó.
-- No voy a preocuparme por eso. Aunque todos lo sepan, si utilizan eso para burlarse, adelante.
-- Krista... -dijo ante sus palabras.
Ella se levantó y se fue hacía el baño, no quería que eso le afectará, no debía ser así. Claro que le dolía, ser solo una pequeña burla en la vida de las personas, no era su idea añorada. Se vio así misma reflejada en el espejo, oyó sonar la campana pero ni se inmuto en salir.
-- Ahg, que mala suerte tengo. -dijo despeinando su cabello.
Vaya que no esperaba ni ser rechazada, menos avergonzada. Pero allí estaba, intentando que la tierra la trague. Sacó su celular del bolsillo, estaba segura de que ningún mensaje llegaría, no tuvo el valor para hablarle a August. No sabía ni donde vivía, ni que estudiaba, lo único era:
Nombre
Número
Ojos miel
¿Eso... Es todo? Sí lo era. No tenía más información que esa. Pero, no podía ilusionarse, una amistad nueva no sería sencilla. En parte era como ella pensaba, tenía miedo, avanzar no era fácil confiar tampoco.
Krista volvió a guardar el móvil, se detuvo frente a la puerta al ver la espalda de Oliver a unos dos pasos, él veía atento algo, podía ver sus manos formadas en puños y una tensión inevitable en el aíre.
-- ¡Eso es genial! -dijo una voz, era Katie.
-- Gracias a ti. -le contestó.
Krista estaba confusa, Katie era abrazada por un chico mientras Oliver observaba atentamente. Quizás, lo que no pudo notar y fue en ese segundo, que un corazón se partía.
No pudo quedarse callada, aunque tampoco estaba segura de lo que debía hacer. Sólo camino hacia el frente hasta quedar junto a Katie.
-- Katie, ya ha tocado la campana. -le dijo normal, fingiendo que no era a propósito.
El chico no tardó en mirarla mal. Katie se safo del agarre de su novio, y dándole un beso en la mejilla, tomó su mano y se fueron. Krista hizo eso, ya que no podía hacer más, el amor que Oliver también sentía, no era correspondido.
Aunque no fuese ayuda no verlos, tampoco valía el tiempo seguir de la misma forma.
-- ¿Qué hiciste? -escuchó a Oliver molesto detrás de ella.
-- ¿Qué hice preguntas? -se dio la vuelta para quedar frente a él-, sólo hice lo que debí hacer.
-- Te estas metiendo en donde no te llamaron.
-- Sólo hice lo que me dijeron, la profesora. -dijo mintiendo, pero él la interrumpió.
-- Lo hiciste por mí, ¿Crees que eso te convertirá en alguien especial o qué? -Oliver no estaba de buen humor, el combo de las situaciones hizo que suene realmente agresivo.
-- Sé que no soy especial -le gritó Krista-, pero ¿Qué tiene de malo que me preocupe por lo que te pasa? Eramos amigos, Oliver.
-- Yo no te lo he pedido. Ya no somos amigos, eso pasó hace un tiempo. Mi amistad sólo te confunde.
Krista quedó en blanco, apretó sus labios brevemente, agacho su rostro y dijo:
-- Me confunde la gente que no sabe diferenciar amistad o amor, bienvenido a este lado de la friendzone, porque también te han rechazado a ti. Prepárate para oír como voy a decírselo a todos.
Le dijo molesta, por supuesto Krista sólo quería ver su reacción. Oliver la tomó del brazo y la miró tan fijamente que le causó escalofríos.
-- ¿Tú harás algo? Déjame decirte que no debes meterte en mi vida de nuevo.
-- Suéltame. -le exclamó ella.
-- No fui yo él que habló sobre ti, intenté parar ese rumor también. -- He dicho que me sueltes. -él sin querer estaba apretándola con más fuerza.
Krista lo empujó con su otra mano y retrocedio.
-- ¿Acaso tu quieres que te agradezca por eso? -le dijo, Oliver la observo-, No voy a hablar, ya depende de ti continuar sufriendo. Idiota.
Salió corriendo. No lograba nada, nunca había llegado a ser importante. Quizás no fue la mejor forma de ayudar, pero es la única que encontró.
Oliver lo sabía, pero eso no negaba que se sintiera humillado, ella era consciente de cómo él seguro estaba enamorado de Katie.
***
Unos días más tarde, todos los rumores se habían calmado. Oliver no la miraba y menos pronunciaba su nombre, para ella era igual de esa forma. No podía buscar amistad en el de nuevo.
Había llegado antes al colegio, faltaba media hora para que suene el timbre. Se sentó en unos bancos en el patio, con su celular en mano, sólo vio la hora. Le faltaba valor.
Alguien la vio desde lejos, la contempló por medio minuto, aquel cabello largo le era familiar a excepción por su color. Él se acercó de a poco hasta llegar a Krista.
-- Disculpa. -Krista escuchó una voz. Se giró para verle.
-- Ojos miel -murmuró con el corazón a mil-. Ahg, digo ¿August?
Él sonrió, Krista también lo hizo.
-- No sabía que estudiabas aquí. -le dijo sorprendida.
-- Tampoco lo sabía hasta ahora. Quizás es porque eres un año mayor. Aunque sabía que había una chica nueva -él se sentó en el banco a un extremo-, ¿Sueles llegar temprano?
-- Si fuera por mí llegaría tarde. -dijo Krista nerviosa.
-- Supongo que la directora te habrá retado.
-- Solamente me dejó en claro el horario de entrada. -ellos rieron.
-- ... -hubo un silencio.