Intenta decir Adiós - 2019

Capítulo 07: Continuando con la mala suerte: Listo!

Chapter seven:

En medio de la oscuridad, unas gotas de agua cayeron sobre su cabello. Krista se sorprendió y maldijo en voz baja. Estaba en apuros, una tormenta no se haría esperar y ella no encontraba su pulsera.

Sin saber que hacer, se apoyó junto a un árbol para descansar.

 

                                       ...

Por otra parte, Oliver y Katie reían mientras ya estaban saliendo del bosque.

-- No puedo creer que te asustaras por eso. -dijo él burlándose. Katie sonrío tímidamente.

-- Era un bicho, ya sabes que los odio.

Marcos se detuvo por un segundo. Viéndolos a ambos sonriendo y yendo a la par, le daban celos. Celos por no poder diferenciar su relación con su novia.

Se sentía incómodo desde que Oliver llegó corriendo aparentemente preocupado por su novia. Katie no notaba su sonrisa forzada.

Katie y Oliver eran amigos, se repetía en su mente mientras sintió algo de celos al ver como caminaban al mismo paso y juntos. Se apuró a coger el brazo de su novia y sonreír, no iba a dejarse intimidar sólo por esa amistad que ambos tenían.

Oliver sintió celos al ver a la pareja acaramelada a su lado. Ya saliendo del bosque, se percató de unos pasos, girandose bruscamente vio a August junto a Abby que corrían.

 

-- August -dijo algo sorprendido. Sintió una extraña sensación en su pecho. Recordó a Krista en ese instante.

-- Que bueno que te encuentro aquí. -dijo él con una sonrisa aliviado. Sí Oliver estaba, seguro Krista también, pensó.

-- Oh, Reina. -Abby corrió hasta su amiga que estaba esperandoles.

-- Por fin llegan.

-- Nos equivocamos de camino al principio. -le dijo Abby.

 

El profesor apareció detrás de ellos.

 

-- Y este es el último grupo -dijo-. Bien, ahora vayan todos al comedor. Tendremos la cena de despedida, hay una barbacoa que espera ser comida. -dijo riendo mientras se iba.

 

Abby observó a Reina.

 

-- Hay que encontrarnos con Krista. -August vio de reojo a las dos.

-- Eh... Espera, ¿Por qué ella no está contigo? -preguntó Reina claramente nerviosa.

-- Ha venido con Oliver, era su pareja. -contestó tranquilamente.

-- No, esperen -Katie se acercó a ellas, escuchando su conversación. Volteó a ver a Oliver molesta-. ¿Donde está Krista?

-- Krista... -él no sabía donde meterse.

 

August le vio fijamente, no quería creerlo. Pero, tras ver como Oliver empezó a tartamudear.

 

-- Ella... Ya debe haber venido.

-- ¡Tu tienes el mapa y la linterna! ¡¿Por qué dejaste sola a Krista?! -Abby gritó furiosa mientras se acercó a él.

-- No me di cuenta... Ahg, ella debe haber llegado ya.

-- No -dijo Reina, recordando-, estuve aquí esperando desde que llegué. Los vi a ustedes tres llegar, dudo que se hayan encontrado con Krista por el camino. Ya debería...

-- Calmate, Reina. -dijo Katie culpable.

-- Ha dejado a Krista sola. ¿Cómo no notaste eso también?

 

August apretó sus puños y observó de reojo a Abby, la cuál entendió perfectamente lo que iba a hacer, le entregó la linterna de nuevo y asintió.

 

-- ¡Oye! -dijo Oliver- ¿Qué estas pensando hacer?

-- Eso no te importa a ti. Abby, encontraré a Krista y la traeré de inmediato.

-- Iré contigo.

 

August negó.

 

-- Ha comenzado a llover y -él dejó de hablar hasta que vio a Reina tomar los hombros de Abby, ella le asintió-, definitivamente la encontraré.

 

Oliver estaba confundido y en parte se sentía terriblemente culpable por lo que había pasado, así que sólo se quedó viendo como uno de sus mejores amigos corría de nuevo hacía el bosque.

Abby y Reina se mantuvieron unidas deseando que él no tardará en traerla de vuelta.

 

                                        ...

Minutos antes...

Las gotas de agua se hacían más presente, la lluvia comenzó a escurrirse por sus mejillas. Krista se levantó decidida...

 

-- Aunque no tenga idea a donde ir -dijo recordando el festival-, haré lo que sea para no rendirme.

 

Comenzó a correr, sin embargo sólo se estaba alejando más del camino, a pesar de que se sentía asustada no quería permanecer allí. Escuchó un gritó a la lejanía, se detuvo en el lugar, no volvió a oir nada.

El miedo la invadió, ¿Qué pasaría si hubiera cazadores? o ¿Alguna persona allí además de ella? Tragando saliva comenzó a correr pero esta vez, no se percató del suelo. De momento a otro, se encontró agarrada a una rama y apuntó de caer a un barranco, gracias a unas ramas sueltas había logrado sostenerse a tiempo.

 

-- Ahg, ¡No puedo creerlo! -dijo molesta.

 

Intentó impulsarse con sus pies hacía arriba, pero el agua estaba convirtiendo en barro aquella tierra. Se giró un poco para mirar hacía abajo, estaba bastante oscuro y no podía distinguir si iba a ser una gran caída. Mordió sus labios, su mano comenzó a temblar.

 

-- Ayu... -murmuró.

 

¿Quién podía oírla en medio de la nada? Pensó. Sintió su mano flaquear y con fuerza decidió hacerlo igual.

 

-- ¡Ayudenme! ¡Ayudenme!

 

Estuvo así un tiempo. Se aferró con su otra mano a unas hierbas pero no hacía más que arrancarlas.

 

-- A este paso... No quiero acabar aquí. -dijo sollozando.

 

Su mano comenzaba a doler, cerró sus ojos tratando de sujetarse. Mientras pedía ayuda, sin embargo, los abrió tras sentir que ya no dependía de aquella rama.

Y no... Nadie la sujetaba. Aunque apenas podía ver, notó como se alejaba de la rama y su cuerpo caía.



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En el texto hay: primeramor, amor y odio adolescente, romance escolar

Editado: 22.04.2019

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