Intentando Conquistarte

Prólogo

—Isa, ya solo dilo. Ya firmé el contrato. Dime, ¿qué tipo de chicos le gustan a Violet? —dije en un tono desesperado.

—La verdad, nunca hemos hablado de eso detalladamente con Violet —respondió, pensativa, mientras me observaba de arriba a abajo—. Pero he visto que le da like en Instagram a fotos de hombres tetones —añadió, mirándome esa zona—. Y tú... no cumples con ese requisito, querido, así que tendrás que esforzarte el doble. Es lo único que sé sobre su tipo de chico. ¿Qué te parece mejor si te digo las cosas que le disgustan para que no valgas madres después?

—Isa, ¿por qué hablas así? Nunca te había escuchado decir ese tipo de palabras. ¿Qué es 'valer madres'? —dije, algo confundido y sorprendido.
—Perdón, es que últimamente me estoy juntando mucho con Rodrigo y se me pega lo que él dice. Ah, y 'valer madres' significa que te estás yendo mal —me explicó.

—Pero no nos desviemos del tema principal —dijo, retomando la conversación—. Mira, André, hay algo muy pero muy importante que no debes hacer... y eso es no ser invasivo con ella. No le preguntes cosas personales a menos que ella saque el tema. Es el punto uno y es muy clave. Violet tiene límites muy bien marcados.  Si haces algo que no le gusta, te mandará a la chingada de inmediato. Punto número dos: para ella, la personalidad juega un papel muy importante, y déjame decirte que es muy observadora, especialmente con las personas que intentan acercarse a ella.

—Eso ya lo sé —interrumpí, recordando cómo había intentado impresionarla con historias de aventuras y había fracasado miserablemente.

—Y te fue mal, ¿verdad? —dijo, observándome con una media sonrisa.

—Sí —admití, cabizbajo—. Su instinto es muy agudo.

—Qué bueno que lo sepas. Sin embargo, ni se te ocurre cambiar de personalidad solo para llamar su atención. Ya has convivido con ella, así que ya te tiene bien checadito. Si de un día para otro te vuelves “interesante”, ella sospechará, y si se da cuenta de nuestro plan, los dos estaremos muertos —me advirtió, con los ojos entrecerrados y pasando su dedo sobre su cuello indicando que si se daba cuenta nos decapitaria a los dos.

—Como punto número tres —continuó—. A Violet le gustan mucho los libros de romance, así que sus expectativas están por las nubes. Piensa muy bien tus estrategias. Pero, un detalle importante: odia el romanticismo empalagoso. Nada de poemas bajo la luna ni serenatas cursis. Si intentas algo así, te aseguro que te mandará a la friendzone en tiempo récord. Espera, tú ni siquiera estás en la friendzone —dijo burlándose de mí—. Más bien estás en la officezone —añadió, riéndose a carcajadas.

—¡Ya deja de burlarte de mí! —exclamó enojado.
—Ya pues, ya. No te enojes. Uno en estos días ya no puede verse feliz porque intenta quitarte la sonrisa —dijo victimizándose.

-¡Isabel! Esto es serio, ya deja de decir tonterías —volví a exclamar, pero esta vez con un tono autoritario.

—Ya pues —dijo mientras hacía un gesto de desdén con los ojos.

—Entonces, ¿nada de cenas con velas y flores? —pregunté, intentando que ya dejara de humillarme.

—Exacto. Nada de eso. Prefiere algo más directo y menos teatral. ¿Qué tal una tarde de ver peliculas en casa o leer un rato? Algo que sea interesante pero no romántico a lo cursi. Ah, y un dato extra: Violet es hondureña, así que si aprendes un poco de su cultura, sería un plus. Y también le gusta el K-pop, como a mí, así que si aprendieras un poco de eso, también te serviría mucho —dijo al fin.

— ¿Qué más te puedo decir...? Ah, sí, casi lo olvido —dijo, como si recordara algo crucial—. No seas pesado con los cumplidos. A Violet le gusta que la traten con respeto y autenticidad, no como una princesita en una torre.

—Vaya, lo haces sonar tan fácil —dije, rodando los ojos—. Solo tengo que convertirme en el hombre perfecto.

—Básicamente, sí —respondió Isa, dándome una palmadita en el hombro—. Pero no te preocupes, André. Tienes buen corazón. Solo sé tú mismo, y si eso no funciona... siempre puedes ir al gimnasio.

La observé mientras se iba, procesando toda la información. Tener grandes pectorales, no ser invasivo, evitar el romanticismo meloso y aprender sobre Honduras y K-pop. Nada complicado, ¿verdad? Suspiré y me dirigí a mi habitacion, preparándome mentalmente para lo que estaba por venir. ¿Cómo iba a lograr todo esto sin parecer una idiota total? Bueno, al menos tendría muchas oportunidades para mejorar mi técnica.
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.