Capítulo 2: fracasos

 Ha pasado un mes desde que comencé en la empresa como el nuevo CEO de Moon Blue, y mi vida ha sido una mezcla de emociones y frustraciones. Desde el primer día, Violet, mi secretaria, ha sido un enigma que no he logrado descifrar. Mi curiosidad por ella ha crecido de manera exponencial, y cada intento por conocerla mejor ha sido un fracaso rotundo.

En estas semanas, he intentado iniciar conversaciones casuales con ella. Comentarios sobre el clima, preguntas sobre su fin de semana, cualquier cosa que pudiera romper el hielo. Pero nada. Violet siempre responde con cortesía y profesionalismo, pero con una frialdad que me deja congelado.

Recuerdo un intento particularmente doloroso:

—Buenos días, Violet. ¿Hiciste algo interesante el fin de semana? —pregunté, sonriendo.

—Buenos días, señor Torres. No, solo descansé en casa —respondió sin apartar la vista de su computadora.

No hubo más. No hubo un "¿Y tú?" ni un atisbo de interés. Solo silencio. Decidí entonces intentar algo diferente: ofrecer mi ayuda con proyectos complicados, esperar que esa camaradería laboral pudiera abrir alguna puerta.

—Violet, veo que tienes bastante trabajo con ese informe. Si necesitas ayuda, solo dímelo —sugerí un día, esperando ser útil.

—Gracias, señor Torres, pero estoy bien. Prefiero manejarlo yo misma —respondió con su habitual tono serio.

Cada intento fallido solo aumentaba mi curiosidad. ¿Por qué era tan reservada? ¿Qué había detrás de esa fachada impenetrable? Mis noches se llenaban de pensamientos sobre Violet, y me encontraba dando vueltas en la cama, incapaz de dormir.

Un día, mientras caminaba por los pasillos, escuché a un grupo de empleados murmurando a lo lejos.

—¿Sabías que el nuevo jefe estudió en una universidad prestigiosa? —decía uno de ellos.

—Sí, y se graduó con un índice sobresaliente. Es impresionante —añadió otro.

No pude evitar sonreír al escuchar sus comentarios. Pero luego, al doblar la esquina, escuché a un grupo de empleadas hablando entre ellas.

—¿Te has fijado en el nuevo CEO? Además de ser inteligente, es muy guapo —decía una, suspirando.

—Totalmente de acuerdo. ¿Quién diría que alguien así podría ser nuestro jefe? —respondió otra, riendo.

Mientras sus comentarios halagadores se desvanecían en el aire, mi mente volvía a centrarse en Violet. ¿Por qué no podía verla más que como un enigma impenetrable?

Esa tarde lluviosa, sin embargo, me dio una perspectiva completamente nueva sobre ella. Al salir de la oficina, me detuve en mi auto debido a la intensa lluvia. Observaba cómo Violet se apresuraba bajo el aguacero, quitándose los tacones y guardando el paraguas con rapidez. Sentí una punzada de preocupación al verla empapada y descalza corriendo hacia la tienda de la esquina.

Decidí seguirla, intrigado por su comportamiento y también Preocupado. Al entrar a la tienda me escondí entre los pasillos para no ser visto mientras la seguía. Observaba atentamente sus movimientos. "Al fin sabría por qué hizo eso aquel día", pensé, intentando descifrar sus acciones.

Me detuve en el pasillo de las golosinas, ya que ella se detuvo en el área de helados y escogió uno con una sonrisa en su rostro, aún empapada. Sentí el deseo de darle mi saco, pero si lo hacía, podría ser malinterpretado y etiquetado como acosador, así que decidí continuar observándola. "Así que era por un helado”. ¿Qué tan buenos serán?", me pregunté, curioso por sus elecciones. Me sorprendió gratamente verla interactuar de manera tan amigable y genuina con la señora de la tienda. Era una faceta de Violet que nunca había presenciado en la oficina: radiante y encantadora. Desde donde yo estaba, pude ver cómo se desarrollaba la conversación entre ellas, aunque no podía escuchar las palabras exactas.

Después de un rato, Violet salió de la tienda. La lluvia ya había cesado. Salí también y la vi seguir su camino, muy sonriente con su helado en la mano. Observándola desde la distancia, me di cuenta de que había mucho más en Violet de lo que mostraba en la oficina. Esta faceta de su personalidad me dejó aún más enganchado. ¿Cómo era realmente Violet? ¿Por qué escondía esa parte tan encantadora de sí misma?

La curiosidad seguía creciendo dentro de mí. Ahora no solo quería conocer a la profesional seria y eficiente, sino también a la mujer que sonreía y reía con tanta naturalidad. Sabía que no sería fácil, pero estaba decidido a descubrir más sobre ella, sin importar cuántos intentos fallidos tuviera que soportar.

Subí al auto con dirección a casa. Mañana intentaría saber más sobre esta Violet sonriente.

Violet:

Desde que André llegó como el nuevo CEO, mi vida laboral se volvió un poco más complicada. No porque él fuera un mal jefe, de hecho, era muy profesional y capaz, lo que respetaba mucho. Pero su insistencia en conocerme más allá de lo laboral me resultaba un tanto molesta. Intentaba mantenerme firme y cortante, pero siempre con un toque de cortesía profesional.

A pesar de que André es un buen líder y es evidente que tiene habilidades destacadas, su constante intento de romper la barrera profesional me incomodaba. No me gusta como se comporta conmigo, prefiero que se mantenga profesional. Para mí, André era un obstáculo que necesitaba manejar con firmeza y cortesía. Mi pasado me enseñó a ser cautelosa y reservada, y no iba a cambiar eso por nadie, especialmente por un jefe tan invasivo.

Actualmente en la empresa circulan un sinfín de rumores sobre él: que se graduó de una universidad prestigiosa con muy buenas notas y que todas andan tirándole el ojo. Especialmente Evon anda loquita por André; hasta lo estalkea en todas las redes sociales y no creo que sea la única.

Estos días siento que el trabajo se ha vuelto más pesado. Con todo lo que tengo que hacer, más soportar a mi jefe, termino muy cansada.

Me encontraba en mi escritorio, revisando los últimos correos del día. André ya se había ido, dejándome en paz por un rato. Mientras ordenaba los documentos y preparaba mi lista de pendientes para el día siguiente, miré el reloj de pared.