Invisible

CAPÍTULO 1: INVISIBLE

¿Conocéis a una chica que es invisible ante todos? Pues si la respuesta es no, bienvenidos estáis a conocer mi historia. Básicamente, como dice el título, soy invisible; soy una chica que recientemente ha cumplido 18 años y para mi mala suerte, mis padres murieron hace 1 año y yo me quedé a vivir con mis tíos. No estaba tan mal en esa casa, pero mi único primo era un poco creído y mis tíos siempre estaban trabajando. Mi único sueño nunca se ha podido cumplir, o eso pensaba yo hasta que conocí a alguien que aparecerá en capítulos mucho más adelante y os preguntaréis ¿cuál es su sueño que es tan imposible de cumplir? Bueno, pues ese sueño es ser escritora. Puede parecer estúpido o algunos no entenderán el porqué es tan difícil. La respuesta es fácil, nunca he tenido el coraje de escribir un libro además de que para todos soy invisible y no les importa lo que haga, entonces es un poco estúpido para mí poder escribir un libro. Pero gracias a una persona lo pude lograr. Perdón, no me he presentado, qué descortés de mi parte. Mi nombre es Emily Evans y espero que disfrutéis mi historia, ahora sí va a empezar.

Todo empezó cuando fue mi primer día de instituto y me tocó presentarme frente a toda la clase. Se les ocurrió preguntarme la única pregunta que hacen todos: ¿qué quieres ser de mayor? Y para rematar, toda la clase se estaba riendo de mi ropa, mi pelo, y yo sólo era una niña de 12 años que quería hacer amigos. Al principio estaba sola en el instituto y era difícil para mí adaptarme, ya que una chica me agredía con su grupo de amigas; desgraciadamente, era la chica popular del instituto, cuyo nombre es Lizbeth, ella era un año mayor que yo. Pensaba que todo estaba perdido para mí hasta que mi tía se dio cuenta de que siempre llegaba mal del instituto y fui sincera con ella. Al principio, todo tipo de burlas se acabó, pero cuando se olvidaron de eso, los profesores se volvieron a meter conmigo y yo siempre fingía una sonrisa al llegar a casa porque también tenía que aguantar a Asher, que es mi primo, pero me ponía los auriculares, me ponía en la cama y leía todo tipo de libros; supongo que por eso mi sueño frustrado era ser escritora, pero al fin y al cabo, nunca se me ha dado nada bien, menos un deporte que es el patinaje sobre hielo, pero, esto fue cuando tenía unos 5 años, lo dejé a los 7 años porque mis padres entraron en bancarrota ya que les quitaron todos las cosas que tenían en la empresa que ellos manejaban. Mis padres trabajaban en una empresa de ropa que ellos creaban para todo tipo de personas y eran bastante famosos en la ciudad, pero claro, mientras más fama tengas, más posibilidades hay de caer y eso les pasó a mis padres, pero no se rindieron, volvieron a reponer y crear la tienda de ropa poco a poco y ahora esa tienda está cerrada ya que mis padres murieron hace un año y yo no tengo el coraje de reabrir la tienda aunque me enseñaron y no se me da mal, pero con la fama que tengo no creo poder abrir la tienda por mi cuenta ya que cuando mis padres estaban, todo el mundo me hacía caso y me alababan por tener unos padres así. Soy consciente de que mis padres no tienen la culpa de haber muerto ya que murieron en un accidente de tráfico por culpa de un desgraciado que estaba borracho y ellos tampoco tienen la culpa de que ahora el mundo me insulte y humillen por el simple hecho de que mis padres hayan fallecido. Al contrario, ellos me enseñaron lo que es la empatía y cómo tratar a las personas, pero como soy muy cobarde, nunca me he podido defender por mi cuenta. Entonces se me ocurrió la mejor idea de los tiempos que era escribir mis sentimientos y mi día a día en el ordenador y en libretas para luego con eso crear un libro de fantasía para que las personas no se sientan más solas como yo lo sigo haciendo. Al fin y al cabo, todas estas penas se acabaron cuando conocí a una chica de intercambio que venía desde Nueva Zelanda hasta Australia, se llamaba Stacy y era muy guapa y un poco más alta de lo normal, parecía modelo de revista, tenía el pelo negro oscuro con sombras azules y ojos marrones avellana y ella se quiso sentar a mi lado y en los patios siempre hablábamos, pero yo no le contaba muchas cosas mías y ella sí, hasta que pasaron como 2 o 3 meses y en ese entonces le decía lo que había comido y todo. Siempre nos reíamos juntas y me defendía de todos los que me hicieran daño y le agradecí a Stacy por querer ser mi amiga. Desgraciadamente, esto empezó en el segundo año de instituto y terminó cuando empezábamos la universidad, nos graduamos juntas y lloré mucho el día que ella se fue ya que se iba a una universidad prestigiosa y no quería romper sus sueños. Pero nos hicimos una promesa que nunca olvidaré: "me dijo Stacy que prometiese que nunca más me sentiré invisible pase lo que pase y que cumpliré mis sueños a toda costa".



#2540 en Otros
#638 en Relatos cortos
#1909 en Fantasía

En el texto hay: adolescente, romance, amor

Editado: 22.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.