Emily
Era él, pero me resulta completamente imposible ya que hace unos pocos segundos se encontraba jugueteando en la morgue, y ahora estaba aquí a mi lado sosteniendo con fuerza mi brazo. Un sonido agudo se hace presente, era muy horrendo pero él parecía no oír nada de lo que yo estaba oyendo en este momento, muevo mi brazo con fuerza para que me suelte y lo logro.
Él me mira a los ojos sin comprender lo que me estaba sucediendo ya que había sido muy brusca y ese no era mi estilo, menos con él que sé que podría matarme en un abrir y cerrar de ojos.
— ¿Qué tienes? —Me preguntó mientras comenzábamos a caminar hacia uno de los grandes sofás de descanso.
—Todo el día he escuchado este sonido… un sonido agudo, que me explota la cabeza es horrible —Lo miro a los ojos mientras niego varias veces— Desde que me puse a investigar sobre el tubo de sangre que mi padre me dio ese sonido me destroza.
— ¿Qué crees que sea? —Preguntó él.
—No lo sé, pero tengo miedo…
—Has tenido razón siempre que ha pasado algo como esto, así que no empieces a dudar de ti misma.
— ¿Qué es lo que escuchas con claridad? —Preguntó con temor en ese momento.
—Balas, destrucción… el fin del mundo —Lo miro a los ojos.
Alerta roja.
Las luces del lugar se volvieron completamente rojas, se oían gritos, cartuchos de armas cayendo en el suelo, abrí mis ojos y lo mire.
—Acaba de comenzar…