Itzitery (borrador)

Capítulo veintitrés: Alerta roja

 

Emily

 

Cerré mis ojos sintiendo el abrazo que me estaba brindando Shawn, me pareció bastante difícil de creer que me estaba abrazando en estos momentos, pero no dije nada porque podía disfrutar de aquel abrazo un poco más. Hace mucho tiempo no sentía algo tan cálido como esto, ya estaba olvidando la sensación tan hermosa y reconfortante que se sentía en esos momentos tan lindos que duran tan poco, pero que podemos atesorar dentro de nuestros recuerdos y corazones.

 

Me separe lentamente de él para poder observar esos ojos que en algún momento de mi vida los había visto marrones cuando en realidad eran de un hermoso y cálido color verdoso oscuro, sonrío levemente sin dejar de verlo ya que me parecía imposible cortar el contacto visual que estábamos manteniendo, pude sentir que a él también le costaba tal cosa ya que ninguno de los dos lograba apartar la vista del otro. Él se inclinó lentamente hacia mí ladeando su cabeza de una forma bastante sospechosa. Comencé a tener miedo ya que no podía imaginarme nada, mi mente sólo estaba pensando tonterías en este momento y no podía hacer nada.

 

— ¿Qué haces? —Pregunté rompiendo el silencio y la situación de una vez por todas.

 

Él no dijo nada, me soltó con fuerza y luego bajo su rostro que se encontraba completamente sonrojado. Pude notarlo ya que sus mejillas, cuello y orejas se encontraban como un tomate. Trate de no reír y se alejó rápidamente. No me imaginaba que esas cosas raras también le pasaban a él. Era tan frío y tan raro que jamás pensé que se llegara a avergonzar de una situación como la anterior.

 

— ¿Qué está pasando en la organización? —Alcé una ceja esperando que él cambiara su actitud de chico normal.

 

—La alerta roja se activó, por lo tanto alguien de otra organización habrá entrado… pero al parecer no sobrevivió porque ya está todo en orden —Me informo con tranquilidad, pude notar que ya no estaba sonrojado y que toda esa extraña situación había acabado junto con su sonrojo tierno.

 

—Bien… déjame mostrarte lo que sé. Lo que estuve investigando con el laboratorio, es mucha información que procesar pero créeme cuando te digo que todo va a cambiar para bien y nada de los viajes al futuro, presente o pasado van a cambiar —Lo mire a los ojos con una pequeña sonrisa en mi rostro—. Para cambiar esas cosas hemos creado una nueva sustancia con mis compañeros de laboratorio, pero ahora eso no importa. Lo importante es algo que no te conté y creo que ahora que sé lo que es puedo contarte y confiar en ti.

 

— ¿De qué hablas? —Preguntó él con el ceño fruncido.

 

Me di cuenta que lo que le había dicho no había sido de su agrado ya que su ceño se encontraba fruncido y eso era algo muy típico en él cuando se molestaba por una tontería como la que yo había hecho hace unos segundos atrás.

 

—No importa de que hablo, pero te lo mostrare y ahora que contare todo lo que no me has comprendido.

 

Me acerco a él y tomo su brazo con fuerza para comenzar a caminar con rapidez hacia el laboratorio donde yo trabajaba, al llegar me empuja con fuerza y lo observo con el ceño fruncido negando levemente con la cabeza. Este sujeto me estaba cansando más rápido de lo que me habría imaginado, aunque jamás hubiera imaginado nada de esto.

 

— ¿Y? —Preguntó él.

 

Una carcajada se escapó de mis labios al oír lo que salió de los suyos, había olvidado que sus labios tenían algo que le producía el olor a sandía y aquí había un químico que los chicos estaban investigando que se activaba mediante ella y al parecer cuando Shawn hablo la sustancia se activó largando un extraño humo de color azul oscuro sobre nosotros.

 

— ¿Q-Qué fue lo que dijeeee? —Comenzó a reír del mismo modo que yo.

 

No podía dejar de reír, ninguno de los dos podía. Aquella sustancia nos estaba afectando demasiado, yo sabía con claridad los efectos que producía por eso no me preocupaba para nada, pero también sabía que él se enojaría aún más conmigo por ellos. Las cosas que ambos estábamos a punto de escuchar nos destrozarían mutuamente, esto sería para él lo más difícil que iba a enfrentar el resto de su vida.

 

Lo mire directamente a los ojos sintiendo miles de cosas dentro de mi cabeza, todo lo que sabía quería escaparse de mis labios y seguramente que él sentía exactamente lo mismo. Este era el segundo efecto en aquella sustancia.

 

—Tú y tu maldita sandía, mira todo lo que has causado. Eres un verdadero idiota que no sabe cuándo mantener la maldita boca cerrada —No pude contener nada de lo que salió de mis labios, fue tan complicado que esperaba que no le haya afectado demasiado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.