Shawn
Miré sus ojos apagados y sin brillo, sentí como mi alma se fue apagando lentamente junto con ella.
No puedo ni creer que aquella mujer ya no estaba en mi vida.
Sentí como mi corazón caía directamente a mis pies de una manera que jamás había sentido, ya había perdido a muchas personas, ya había perdido todo lo que una vez pude llegar a amar. Pero esta vez será diferente yo no podría verla partir, eso no sucederá. Encontraré la manera de que regrese a mí.
Cerré sus hermosos ojos con la yema de mis dedos y la abracé con fuerza para no olvidar su fragancia, para no olvidarla y que quede dentro de mí su perfecto olor. Esa menta que poseía en su piel.
No podría vivir sin ella, debía encontrar la manera de revivirla. Necesitaba que ella estuviera aquí. La necesitaba más que a nadie en esta vida.
Ella era todo lo que necesitaba en esta vida para poder ser feliz, sólo la necesitaba a ella y así podría ser feliz y la haría feliz a ella.
Jamás pude decirle que la amaba, nunca pude expresar todos mis sentimientos a esa hermosa mujer que me aceptaba tal y como era, ella era la única persona que me comprendía y me aceptaba sin importar mis defectos. Sé que no soy un hombre que expresa lo que siente, sé que no puedo hacerlo como ella. Pero dentro de mi corazón sabía que yo la amaba, sabía que yo encontraría la manera de volverla a tener en mis brazos y encontrar la manera de que jamás pueda escapar de mí.
—Creí que tendríamos más tiempo… no quería perderla de este modo —Susurré mirando a los chicos que estaban a mi lado viendo el cadáver de su propia familia.
—Sabes que así será… ella volverá —Dijo uno de ellos y se acercó a mi dándome un pequeño tubito entre sus manos—. Ya sabes qué hacer con él.
Asentí con la cabeza tan solo una vez.
Recosté a Emily en la camilla del laboratorio y le inyecté aquella sustancia.
Sus ojos se abrieron inmediatamente.