𝑺𝒆𝒐𝒌𝒋𝒊𝒏
Me encuentro caminando en lo que reconozco al instante como el backstage de algún lugar, ya que solo veo a gente corriendo de un lado a otro. Observo un poco la escena y caigo en cuenta en mi. El atuendo que visto es un conjunto de saco largo adornado con pequeñas flores color pastel y pantalón color negro con camisa blanca.
Se a la perfección que estoy por dar alguna presentación o algo por el estilo ya que un chico del staff se aproxima a mí diciendo que salgo en diez y que tengo que prepararme, lo cual me toma completamente por sorpresa.
Un miedo desconocido comienza a inundarme al instante, ya que a mi mente llegan muchas interrogantes que no comprendo: ¿Por qué me encuentro aquí? ¿Realmente voy a subir al escenario sin saber lo que tengo que hacer? Y la peor de todas ¿En dónde rayos me encuentro?
Un temblor surge en mis manos, y en la parte trasera de mi cuello un sudor frío baja poco a poco.
"No, esto no me puede estar pasando. Jin tienes qué recordar que haces aquí"
Trato de que mi cerebro funcione, pero es como si tuviese una enorme laguna mental negra y profunda... ¡No recuerdo absolutamente nada! Mi desesperación aumenta con cada latido de corazón y el tiempo se me agota.
<<¿Como se supone que suba a escena sin saber que tengo que hacer?>>
—¡Tres minutos! Vamos, ya casi te toca —El chico del staff me toma del brazo y me hala a la plataforma por donde se supone tengo que aparecer en el escenario.
<<¡Maldita sea! Terminaré haciendo el ridículo si continúo así>>
Miro a mí alrededor para encontrar a alguno de los chicos pero no alcanzo a vislumbrar a ninguno.
Está más que claro, es mi fin; pero como si de un ángel se tratara, un rostro conocido aparece corriendo de entre las personas que van y vienen de un lado a otro. Su mirada se mantiene centrada en mi cara y esa pequeña acción me trae un poco de consuelo.
No tarda mucho en llegar a mí y noto que su respiración es entrecortada.
—¿Estás preparado? ¿Te sientes bien? —La preocupación que emana Alex es sincera, haciendo que esboce una sonrisa tonta de mi boca la cual desaparece al instante. En el poco tiempo que he entablado conversación con ella jamás ha dado signo alguno de que le interese nadie más, salvo su propia persona, así que este gran cambio me abruma.
¿Cómo se supone que deba responder?
—La verdad no, me siento demasiado nervioso y no tengo la más mínima idea de lo que tengo que hacer —Suelto lo que tengo atravesado en mi garganta. Derrotado, agacho la mirada.
—Jinnie, lo vas a hacer bien —La sorpresa de sus palabras es acompañada con su mano al momento de tomar mi mejilla y hacerme levantar mi rostro para que mis ojos se encuentren con los suyos. Mis orejas comienzan a sentirse calientes —Haz trabajado realmente duro por este momento, así que deja de ser pesimista y sube a ese escenario —Su forma de hablar... de verme... e inclusive el cómo toma mi mejilla... Todo es realmente extraño.
Aun no me cabe en la cabeza cómo surgió el cambio de actitud hacia mi persona; sin embargo, el miedo continúa perenne.
—N... No estoy seguro de lo que tengo que hacer Alex. Yo... hoy no me siento como si fuese yo —Hasta cierto punto mis palabras dejan de tener sentido. Estoy a punto de soltarme a llorar como un niño por lo frustrado que me siento, cuando nuevamente una ola de calor invade mi ser. Es tan corto el espacio que existe entre nuestros rostros, que a ella no le cuesta mucho trabajo el estirar un poco el cuello para darme un beso rápido en los labios.
—Confío en ti —Al alejarse, su sonrisa no tarda en aparecer. ¡Maldición! ¿Qué es lo que acaba de suceder? Todo a mi alrededor comienza a dar vueltas y me recuerdo a mí mismo que debo de respirar nuevamente —Te veo más tarde, supuestamente no debo estar aquí —Y antes de siquiera responderle ella se marchaba por el mismo lugar por donde antes había llegado corriendo.
Mi corazón palpita como potro desbocado y mis manos sudan más de lo normal. Alex me ha besado, ha juntado sus labios con los míos y yo... yo sigo sin asimilarlo. La sensación de cosquilleo permanece en mi estómago pero no a causa de los nervios, ahora es causado por las mariposas de felicidad.
Muchas veces he imaginado que la beso, pero ni mi escasa imaginación se compara en nada a la realidad. Besar a esa hermosa mujer no tiene comparación alguna.
La plataforma donde estoy parado comienza a moverse y esa es la señal que indica que es turno de subir al escenario y, como si fuese magia, me paro de manera firme y segura.
A pesar de no saber qué hago aquí, a pesar de no saber qué es lo que tengo que cantar y a pesar de saber que mi carrera puede irse en un segundo a la borda, nada de eso me importa en estos instantes. La chica de mis sueños confía plenamente en mí y eso es más que suficiente.
Sin pensarlo mucho aparezco frente a un enorme escenario atestado de fans...
—¡Hyung! ¡Jin Hyung! —Una voz que conozco bastante bien hace que mi consciente reaccione — ¡Hyung despierta, ya llegamos a la agencia! —Mis ojos tratan de abrirse ante la poca luz que emana de las ventanas de la camioneta. Esa tonta risita me irrita al segundo —Parece que no pudiste dormir bien anoche ehh Hyung.
Al abrir por completo los ojos me topo con Nam escaneando mi persona de lado, con rostro que expresa picardía por donde sea que los mirases. Al notar mi silencio vuelve a tomar él la palabra.
—Vaya, sí que estás hecho polvo y por lo que se ve llegaste sumamente tarde anoche, ¿No es así? —A este hombre no se le pasa nada.
—Nam, por favor no hablemos de eso —Me limito a sentarme bien en el asiento. Ya tengo bastante con la dichosa cena de anoche como para agregarle el estúpido sueño que acabo de tener. Todo esto es más de lo que puedo soportar.