Introducción.

Anzel y Henry.

Henry besó a su novio frente a la puerta, un beso cálido antes de ir a estudiar era lo que Anzel deseaba, era reconfortante para él, y una excelente medicina para soportar las horas de estudios que tenía regularmente.

Con el objetivo de alcanzar los labios de su novio, Anzel se puso de puntillas, y sintió un roce suave y amortiguador, fue suficiente. Cerró los ojos, abrió los labios ligeramente, esperando. Henry sonrió y volvió a dejar un beso en sus labios, un beso corto que ocasionó que Anzel los abriera nuevamente.

Vio a Henry sonriendo de lado—¿Solo eso? —cuestionó. Era suficiente, pero no lo que quería, Anzel soltó palabras llenas de avaricia.

—Se hace tarde deberías entrar —respondió Henry, mientras rodeaba la cintura de su novio.

Anzel desplazó las manos de Henry hacia mucho más abajo.

—Hoy tendré cálculo avanzado —demandó, cruzando los brazos— Sabes que necesito más que eso. ¿Un beso así? Por favor. ¿Cuántos años crees que tengo? ¿Eso es para ti suficiente? ¿Con eso soportar mi ausencia?

—Estamos en la universidad —Henry apartó las manos de Anzel, ocasionando un puchero en sus labios.

El rostro de Anzel se volvió completamente rojo, enojado. Solo Henry, quien había sido su novio desde hace dos años, sabía lo que se aproximaba:—Como si no hubieras besado mi p…

De pronto, creyó que era mejor callarlo. Henry tomó las mejillas pálidas de Anzel de ambos lados, y lo acercó ferozmente hacia él. Esta vez, de una forma más escandalosa, ambos buscaron sus caricias.

Anzel rodeó el cuello de Henry, uniendo mucho más su cuerpo. Su respiración pesada no parecía tener final, tenía los ojos brillosos, mientras que el fulgor se apoderó de sus caderas.

Como si nunca se hubieran tocado. Henry lo tomó de la cintura apoyándolo contra la pared, y ahí mantuvo ocupada todas sus manos, no hubo piel en Anzel que no fuera testigo de una caricia gentil, la palidez fue corrompida por un rojo muy colorido.

Anzel apenas pudo entender lo que estaba sucediendo, era un jodido demonio, de esos que aparecen durante tus sueños.

“Incubo sexual” pensó. Mientras que sus ojos giraban.

Luego de sacar esa conclusión, sus pupilas volvieron a su posición, apartó a Henry desde sus hombros, dudando si ese realmente era su hombre y aquella escena no era producto de sus sueños, ya que, en realidad, acostumbraba tenerlos, pero no estaba lo suficientemente orgulloso como para admitirlo. Observó los ojos nostálgicos de Henry, una mirada llena de tristeza que no logró entender, pero no pudo preguntar, estaba tratando de recuperar la respiración. Henry había absorbido cada parte de él, ¿de dónde había aprendido eso?

Pudo sentir como sus labios palpitaban.

—¿Qué fue…? —quiso preguntar, pero solo balbuceó, la alarma que tenía programada según su horario comenzó a sonar.

Henry se acercó a él nuevamente, atrayendo su completa atención. Esta vez, el que reclamaba amor hace un momento, retrocedió un paso, un poco asustado por lo que estaba empezando a sentir.

—Buena suerte —dijo Henry, dando un paso hacia adelante, planeando dar el segundo si era necesario, rozó la frente de Anzel en una caricia, observó sus ojos grises una vez más, y se alejó, sin soltar su mano, hasta llegar a la punta de los dedos.

Anzel mantuvo esa posición unos instantes, su pecho comenzó a latir frenéticamente. ¿Era ese sentimiento enamorarse por segunda vez?

Porque sintió no haber conocido esa parte de Henry, nunca.

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¡Hola! Espero que este pequeño capítulo introductorio te haya gustado.

El primer capítulo se publicará en algunos días. Puedes guardar la historia mientras tanto. :)