Jane Hodak [resubiendo]

Prólogo

Abril 14, 2020

-Tú desarrollaste un síndrome llamado Estocolmo. -El psicólogo que estaba frente a mí me miro aún más serio de lo que lo hacía hace unas sesiones atrás. –
-Usted se está refiriendo a un síndrome complicado, se está refiriendo a un síndrome que tiene una historia detrás. -Su mirada fue lo que me hizo ver que estaba dudando y mirando hacia el espejo que había detrás de la sala adaptada. – Este síndrome provoca que el secuestrado o victimario se enamore o provoque un sentimiento de empatía o se sienta identificado con el captor o agresor.

-Sabes mucho del tema Jane. -Mi mirada en él era una constante evaluación hacia su persona. –

-Sé mucho del tema, ya que durante toda esta investigación y posterior liberación de las chicas secuestradas mi amigo fue la lectura, más libros de psicología y pensamiento humano. -Es una especie de emoción en él lo que hace que dude si preguntar o no. – Usted, sus reacciones cuando me referí a las chicas secuestradas, su apellido me hace acordarme a una chica. -Y es en ese momento donde su mirada, su atención y sus emociones me golpearon. – 

-Esta conversación no se trata de mi señorita Hodak. -Y su mirada cambio nuevamente. –

-Alana. -Las emociones en su cara nuevamente, un golpe se escuchó en la puerta que fue abierta y entro otro detective, el cual se paró detrás de mí, la puerta fue cerrada nuevamente. – Alana Costa, fue una chica sobreviviente del segundo golpe que hicimos en Italia, la casa de subasta se movía entre diferentes países, ella fue una de las chicas que más me conmovió por la similitud de su caso con el mío.

-Señorita Hodak, necesito que esta sesión sea sobre usted, no sobre un caso dentro del suyo. 

-Señor Costa, esta chica fue secuestrada de una disco, donde la llevaron a Alemania luego a Francia y después a Italia, pero dentro de la casa no corrió la misma suerte que yo, tuvo que llegar a Italia para poder ser salvada, los horrores que sufrió dentro de esa casa fueron los que la llevaron a pegarse a mí. -Sus ojos iban del espejo, al detective y a mí, en ellos había tristeza. – 

-Como es que sabes tanto. – Tuve la intención de responder, pero mi reloj emitió el sonido de que la hora de sesión había terminado, me levante arregle mi chaqueta y observe al psicólogo quien me miraba atónito. –

 -Le responderé en la siguiente sesión, pero si le diré que no poseo el síndrome de Estocolmo, no me enamore de mi captor, él solo me protegió durante todo este caso que se mantuvo en silencio hasta encontrar a la persona en jefe de las casas de apuesta, él es la única persona que en algún momento me tendió la mano, fue quien me salvo de caer en peores manos, mi historia con André comenzó después de 1 año de estar con él, cuando el caso estaba saliendo a la luz, cuando aún teníamos a la mitad de los mafiosos involucrados pisando nuestros talones, cuando mi familia fue atacada, Irina fue secuestrada y me tuve que entregar fue la gota que derramo el vaso y Ramsen, bueno esa es otra historia. Pero si puedo decirle que su hermana está bien.

-Señorita Hodak.

-Próxima sesión doc, ahora tengo un evento al que llegar.




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