Jason Y Las Bestizas, La Gema Oscura

Capítulo 1

Iluminadas bajo la luz de una vela algo gastada, se escuchaba la dulce voz de una pequeña niña preguntar a su madre:

—¡Mami!, ¿dónde vivimos?

La madre se levantó, abrió un viejo cofre, tomó un pequeño mapa y lo colocó sobre el colchón de heno donde dormía la pequeña. Enseguida se sentó frente a su hija y ubicó el mapa justo en medio de las dos y lo abrió.

El mapa era pobremente iluminado por la luz de la vela; sin embargo, era suficiente para que la madre pudiera mostrar a la pequeña el lugar donde vivían, mientras le explicaba todo sobre aquella ciudad.

—Hija mía —dice la madre—, vivimos en Land Castle. Estas tierras libres están gobernadas por varios reinos. ¿Me puedes decir cuáles son? —preguntó la madre con dulzura, pero la pequeña ternurita movió su cabecita indicándole a su madre no saber.

—Hija mía, presta mucha atención —dijo la madre mientras se acomodaba para explicarle el mapa, pero pronto el momento se vio interrumpido por una voz juvenil:

—¡Ay, no! ¿Aquí vamos de nuevo? ¡Mamá, esta es como la quinta vez en la semana que Emma pregunta lo mismo!

La madre y la niña solo lo miraron con seriedad durante algunos segundos y continuaron con su animada conversación.

—Land Castle —pronunció con un tono muy poético la madre, mientras ignoraba por completo las quejas de su hijo mayor y se sonría con la pequeña al pellizcarle con suavidad la mejilla— está dividido en tres reinos.

El primer lugar en ser señalado son las imponentes montañas nevadas que se elevaban a través del centro del mapa, en las cuales resalta el nombre: Blue Mountain Lake. Sobre la cima del pico más alto se encuentra la impresionante ciudad de Iyargia, construida con enormes bloques de hielo dentro de un glaciar. Del centro de la ciudad se levanta el imponente castillo Rubí, edificado con un raro tipo de hielo rojo vino, que solo se puede encontrar en lo profundo de los glaciares que protegen la ciudad.

—Ver ese castillo era presenciar una fortaleza majestuosa, me contaba tu padre. Verlo allí parado tan elegante en el medio de la ciudad, modelando en toda la entrada el escudo de los Dot era espectacular.

—¿Emblema, mamá? —interrumpió la pequeña Emma mientras su hermano se hacía el desinteresado.

—Sí, hija mía, un escudo de guerra. Cada reino porta el suyo que representa la familia real y su reino. Por ejemplo, Iyargia tiene uno formado por una cabeza de un feroz oso blanco, sobre un escudo de color rojo vino y dos espadas que le cruzan detrás de la figura. Esto debe tener algún tipo de significado para ellos, que la verdad desconozco.

Luego de esta breve explicación, la madre retomó la historia del reino de Iyargia.

—Como les venía contando, este hermoso castillo es el lugar donde vive Ullar Dot, rey de Iyargia, quien fue uno de los feroces generales que ganaron las guerras de Valstar. Una vez escuché que toda la ciudad está construida sobre el Blue Lake.

—Mamá, ¿qué es el Blue Lake? —preguntó la pequeña.

—Es un lago a lo alto de la montaña que lleva millones de años congelado. Nunca

lo he visto, pero tu padre me contaba que, si te paras en el lugar y en el momento adecuado, la luna te mostrará las colosales bestias prehistóricas congeladas bajo el lago como si aún estuvieran en movimiento.

—Aburrido —se escuchaba la voz al fondo del cuarto al hermano mayor, pero una vez más las dos ignoraron sus comentarios sarcásticos.

Un «¡wow!» escapaba suave de entre los labios de la pequeña Emma, sorprendida por la bellísima descripción de la ciudad de Iyargia.

—Del lado izquierdo del mapa tenemos el reino de Ubet —continuó explicando la madre—. Se dice que sus pobladores son muy buenos cazadores, carpinteros, herreros y comerciantes; es una romántica ciudad muy cerca del mar, con altos edificios hechos de ladrillos, ubicada frente al puerto más importante para todo Land Castle. El Puerto Bello, donde se encuentra el enorme y desordenado mercado de Bantuk, en el que se desarrolla todo el comercio de la ciudad.

—¿Has estado ahí antes, mamá? —interrogaba la pequeña.

—No, jamás, jamás he estado en ese lugar tan espantoso. Tu papá lo describía como un lugar caótico, rodeado de suciedad y que la única manera de salir con vida era entrar con un guía local, porque era como estar en un laberinto repleto de muchas personas de mal vivir y comerciantes avaros que te venderían como esclavo al mejor postor.

—¡Mamá, suena como un lugar muy peligroso!

—¡Así parece, pequeña de mi corazón! Te cuento algo más, este reino está dominado por la mujer más poderosa de todo Land Castle, la reina Galastia.

—¿También era una general feroz? —interrumpió la niña.

—La mejor de los tres generales —dijo la madre con un claro tono de orgullo—. Tu padre me contó que una vez la vio durante una batalla, mucho antes de que se convirtiera en reina, y que era una mujer muy atemorizante, no había hombre que igualara su valor en el campo de batalla. ¡Era una loca! —afirmaba la madre entre risas de picardía—. No era fácil perderla de vista debido a su tamaño, unos espantosos cuernos dorados sobresalían de su casco y la cantidad de cuerpos que dejaba tras los cortes de su espada durante las batallas y su galopar sobre un colosal caballo de raza Shire, decorado con crines trenzadas, hacían que no pasara desapercibida.



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En el texto hay: aventura, suspenso

Editado: 06.08.2024

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