Jason Y Las Bestizas, La Gema Oscura

Capítulo 16

Seis horas después…

El sol del mediodía se ubicaba justo sobre el centro del cielo. Hacía mucho calor y el piso de la parte externa del puerto, construido en su totalidad con ladrillos, se empezó a calentar, incomodando a Ubaba, quien aún dormía como un bebé sobre el suelo áspero.

Ubaba soñaba que era un feliz rinoceronte verde hecho de vegetación, que corría con alegría y libertad por unas sabanas rodeado de otros animales como cebras y leones, todos cantaban y bailaban emocionados una letra sobre lo hermoso que sería volar, hasta que, por alguna razón, en el sueño, sintió ganas de ir al baño, así que sueña que se sale de la fiesta para buscar un lugar donde orinar y cuando esto hacía en el sueño, despertó:

—¡Maldición, me oriné! —exclamó Ubaba al despertar, pero un fuerte dolor de cabeza le hizo recordar parte de lo que acababa de pasar y pensó: «Debo buscar a los chicos».

Ubaba se levantó, ayudándose con las manos, y se limpió un poco el sucio que tenía pegado al costado del cuerpo. Se dio tres nalgadas tan fuertes que las hizo rebotar que le sacó el polvo del piso que se le había quedado pegado, para entonces comenzar a caminar en busca de sus amigos.

—¡Carajo, estoy desnudo! —dijo Ubaba—. Ahora que volví a ser un humano, debo vestir como tal.

Pero al ver las condiciones en las que se encontraba el lugar donde despertó, recordó que pudo ver algo de lo que pasó al final del evento.

Los movimientos de Dragma al tratar de salvarlo cuando cargaba con él, le hicieron despertar algo mareado durante ese episodio de destrucción.

—Recuerdo que Jason se encabronó, volviendo mierda todo este lugar.

Pero un resplandor llamó su atención y lo hizo voltear. Cerca de unas cajas maltrechas flotaban bocarriba un par de soldados del Death Frost, que vestían las armaduras, sobre unos charcos de agua que el sol aún no lograba evaporar.

Ubaba se acercó a los soldados para ver cuál era su condición de salud.

—Espero que no estén muertos —dijo Ubaba mirando hacia cielo y juntando las palmas de sus manos.

Así tomó a uno de los hombres y lo observó por unos minutos y descubrió que su pecho se movía.

Ubaba suspiró, se notaba el alivio en su rostro, porque, así como su madre, él no era partidario de la violencia. Después sonrió y agradeció al soldado inconsciente por lo que estaba a punto de hacer.

Luego de algunos minutos, el soldado del Death Frost continuaba inconsciente sobre el piso, pero ahora solo llevaba puesta su ropa interior, hecha de una sola pieza de tela que lo cubría hasta la cintura.

En cambio, Ubaba vestía un traje negro que le cubría el cuerpo desde los pies hasta el cuello, en una sola pieza de ropa, sobre la cual se colocó algunas piezas metálicas de la armadura del Death Frost.

—Si voy a seguir con estos chicos, tengo que protegerme mejor…

Pero una voz interrumpió su soliloquio, era una voz juvenil que gritaba su nombre.

—¡Te queda bien! —escuchó Ubaba, comentario que le hizo sonreír, ya él sabía quién le hablaba.

—¡Jason, eres tú! —exclamó Ubaba con emoción, no te veo.

—Ubaba, ayúdame, estoy entre cajas.

Ubaba no demoró en comenzar a mover las cajas en busca de su amigo, hasta que lo encontró.

—¿Jason, estás bien? —preguntó Ubaba.

—Sí, estoy bien. Solo ayúdame a levantarme. Me duele todo, no me acuerdo con claridad de lo que pasó. ¿Tú sí? —preguntó el joven, mientras se limpiaba el pijama de rallas ya bastante maltrecho, justo después de que su amigo le ayudó a levantar.

Pero Ubaba aún no se sentía muy cómodo para hablar del tema, debido a que, en varias ocasiones, Jason cegado por él odio estuvo a punto de matarlos, así que Ubaba atinó a decir:

—Debemos buscar a Dragma.

Eludiendo, de esta manera, la pregunta de Jason, a quien le pareció atípica la manera en la que Ubaba reaccionó.

Pasados unos segundos se seguía notando la incomodidad en el comportamiento de Ubaba, quien volteaba su mirada para buscar señales de Dragma sobre las ruinas del destruido lugar y evitar la mirada de Jason, quien tan solo trataba de entender lo sucedido, pero Ubaba no quería hablar del tema y fue algo que Jason entendió, al observar con claridad cómo el cuerpo de su amigo se arqueó con los hombros caídos, revelándole su malestar con la conversación.

Así que ambos se adentraron entre los escombros en búsqueda de Dragma, pero después de unos minutos Jason recordó que Dragma lo quería como un rehén y se detuvo con brusquedad.

—Ubaba, sé que Dragma me salvó la vida varias veces en el Black Wood y aprecio lo que hizo, pero no voy a ser su rehén, así que me iré antes de que me encuentre.

—Jason… —dijo Ubaba.

Al tiempo que observaba el paisaje que los rodeaba. Un lugar que estaba por completo devastado, pues no quedaba edificación alguna sobre el puerto, era como si estuvieran parados sobre un piso frente al mar, pero con escombros del puerto esparcidos por todo el lugar. La brisa del mar llegó para refrescar el calor del sol del mediodía, despeinando con sutileza las trenzas de Ubaba, trayéndolo de vuelta a la conversación:



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En el texto hay: aventura, suspenso

Editado: 06.08.2024

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