Jen|| Si Te Atreves

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Porfa, leer la nota al final del cap.

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TWISTER

JUST DANCE – LADY GAGA

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Puede que tuviese algún tipo de importancia el hecho de que el mismo que me estuvo ignorando por tantas semanas ahora me insista por hablar, pero en estos momentos es relevante.

Me puede interesar menos, cuando me es imposibles dejar de admirar lo que está pasando frente a mis ojos.

El espectáculo de golpes brutales que me tienen sin poder parpadear.

De milagro la boca no la tengo abierta por la sorpresa, y solo bebo experimentando un subidón de adrenalina, mientras los gritos y las apuestas ruedan a mi alrededor.

Todo se encuentra muy parejo, empezando por los golpes.

Son un par de animales que lo único que buscan es la preservación de su reputación.

Porque bien que la tienen.

No son unos simples principiantes niños pijos con ínfulas de querer demostrar algo que no poseen.

He tenido el placer de ver luchar de cerca a veneno.

Mas que eso, pero pretendo olvidarlo cada segundo por mi paz mental, pese a que es imposible eliminarlo del todo.

Lo importantes es que es un hueso duro de roer, y da golpes contundentes con el ánimo de dañar.

No le teme a lesionar de manera definitiva.

No es amistoso, ni mucho menos alguien compasivo.

Es un hijo deputa con letras mayúsculas, y agradezco que no mire más allá de su trasero.

Que no piense mientras pelea, y extinga su alrededor, porque estaría en grandes problemas, y aunque me encanta meterme en la boca del lobo, no es buena idea convertirme en la presa de ese imbécil.

En el caso de Leviatán, es la primera vez que deja de ser un mito.

Por lo menos para mí.

Cuando dejé de venir a estos sitios, no iba a los lugares que frecuentábamos, y por eso me sorprendí antes de saber quién era, cuando me choqué con él en la pista.

Diego no tuvo la delicadeza de comentarme ese pequeño detalle, pero es mucho más de lo que he oído.

Es fuerza metal, en vez de convertir sus puños en el cerebro.

Es metódico, mide a su oponente de manera calculadora.

No ataca más de lo indispensable, y por eso es el mejor de su zona, y de todos lo que tienen tratos con Hughes, y sus contrincantes.

Lo está demostrando en estos momentos, cuando esquiva el brutal golpe que le lanza el barbado directamente en la cara, para después conectarle uno en el estómago que lo deja sin aire, pero con la ira a tope.

El hijo de puta tiene de combustible su genio del demonio.

Lo he visto hacer cosas detestables estando de buen humor, pero ahora con los abucheos está más cabreado de lo normal, y tira a matar tratando de ahorcarlo, pero Leviatán logra soltarse y sin siquiera recuperar el aliento se agacha para tumbarlo barriéndole las piernas.

Con cada movimiento hace que sus tatuajes se vuelvan más hipnóticos.

Como si tuviesen vida propia.

Trago grueso, para acto seguido relamerme los labios cuando veo como lo embiste el toro rabioso arrojándolo al suelo, provocando un sonido sordo que nos deja a todos sin aliento.

Está acabado.

Esa es la especialidad de veneno.

Tiende a su presa en el suelo, y no la suelta hasta que no está inconsciente o le obligan a hacerlo por lo menos cuatro hombres musculosos, no sin antes llevarse un par de golpes de esa montaña de músculos.

Reprimo un jadeo cuando se cierne sobre su víctima.

Lo quiere matar, todo su cuerpo grita odio.

Algo oscuro que me llena de pánico.

Comienzo a mover las piernas de manera frenética.

Las manos me pican, el corazón me late con fuerza.

Joder.

Aprieto los parpados tratando de que los abucheos no me sobrecarguen el cerebro.

Necesito controlar mi respiración.

La sangre me bombea con mucha fuerza, mientras transpiro como si estuviese dándola toda en la pista de baile.

Mierda.

—¿Cómo van las apuestas? —alzo la voz preguntándole al barman, que hasta el momento pasa de mi existencia, pero no duda en responderme.

—Sesenta, cuarenta a favor de veneno —eso me hace abrir los ojos de golpe, parándome encima de la barra para reponer los segundos preciados de la pelea que me he perdido.

Segundos importantes en los que Tristán al parecer le dio un cabezazo a veneno que le sacó sangre por boca y nariz, consiguiendo que se pusiese en pie agitado limpiándose con el dorso de la mano el hilo de sangre que le llega a la barbilla.




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