Jinetes del Apocalipsis

Conociendo

—Las cosas no son lo que parece humana— dijo ella con un tono seco y frío, me dio un escalofrío.
—A que... te refieres—dije nerviosa—todo lo que creemos está mal? —
Silencio.... Solo había silencio en la habitación, supongo que estaba ordenando sus pensamientos y analizando las palabras que diría, hasta que sonrió, esa sonrisa me dio un escalofrío y un poco de miedo.
—Si y no, más o menos, es correcto, pero también está mal, es lo que parece, pero también está mal su creencia — mantuvo la sonrisa, ¿pero me miró— pero que te preocupa humana? Al fin y al cabo, la vida solo es una prueba más, la vida es solo una dulce mentira y yo una triste realidad—
—Solo me dejaste más confundida—
—esa es la intención, además si analizas las palabras, te darás cuenta de las repuestas, acaso no sabes analizar humana? El que no te tenga en mi lista no significa que tienes privilegios   humana—
— Ya te dije que no me gusta que me llames humana—dije ya molesta —mi nombre es so... —me interrumpió—
—Sofía Alexandra Contreras Martínez, nacionalidad mexicana, pero por cuestiones de trabajo tus padres vinieron a Estados Unidos buscando "el sueño americano", sufres de trastornos de ansiedad, y nunca has tenido novio—sonrió burlonamente— lo sé, se todo tu pasado, pero no se cuándo morirás—
—Y como debería sentirme? ¿Porque me sigues? ¿Por qué estás aquí? —
Cambio su expresión a una sonrisa un poco más sincera y de nuevo reino el silencio, odio el silencio, pero ¿Qué debo de temer si aquí está a la que todos le tienen miedo? 
—No lo sé—suspiro— el que puedas verme sin que estés al borde de la muerte me intriga, no eres la única que tiene dudas aquí, y padre no ha tenido tiempo, lo único que me ha dicho es un "pronto lo sabrás" supongo que debo investigar por mi propia cuenta—
¿Padre? ¿Tiene padre? 
— Lo tengo, aunque te sorprenda— me sonroje— lo dijiste en lugar de pensarlo, es tu dios, bueno también es mi dios—
Estaba demasiado confundida, supongo que no hablará más de lo que me dijo.
—Debo irme — y sólo desapareció.
Llevo con ella un mes, y sólo hay dudas, ella apareció en un accidente que tuve, estaba en un tren y todo paso tan rápido, el tren explotó, vi como ella estaba abordo del tren pero ella era tan diferente, su mirada era de aburrimiento, ella me miró, esa mirada, su mirada estaba vacía pero daba demasiado miedo, la sostuvimos hasta que pasó una persona y ella desapareció... Fue raro, pero antes de que desapareciera su mirada cambio a una de confusión.
Luego el tren explotó, quede atrapada en un vagón, intente salir, pero era casi imposible un escombro tenía atrapada mi pierna, luego la mire a ella otra vez, pero esta vez ella tenía una guadaña en una de las manos y unas personas la seguían.
—Ayuda— solo pude decir antes de caer desmayada.
Cuando desperté me di cuenta que estaba en el hospital, volví a dormir un ratoCuando desperté, sentí una mirada, el ambiente del cuarto estaba demasiado pesado.
Mire unos ojos, justo en la oscuridad.
—Quién eres? —estaba demasiado nerviosa.
No respondió, entró una enfermera al cuarto, pero a diferencia de antes ella no desapareció, y parece que la enfermera no le prestó atención, una vez que la enfermera acabo de revisar todo se retiró.
—Quién eres? — volví a preguntar.
—Me sorprende que puedas verme—
—claro que puedo verte, eres una amiga de mi mamá? — Ella se dejó ver.
Su apariencia no era más de 20 años, ojos marrones, tenía un pantalón de color Negro, todo su atuendo era Negro, su cabello era lacio y ondulado.
—No exactamente—
—Porque no tienes ningún rasguño, quienes eran los que te seguían? — me sentía confundida.
Ella solo sonrió, la sonrisa daba miedo, todo en ella daba miedo, era demasiado pálida.
—Algún día lo sabrás, y creo que será pronto. —Solo salió de la habitación.
Pasó una semana, ayer salí del hospital, bueno, me dieron de alta, no la he vuelto a ver desde ese día, supongo que sólo fue una joven que quería hacer una broma y ya. 
Mi madre vino a recogerme, prácticamente estuvo regañándome todo el camino de regreso a la casa.
—Que querías que hiciera? Nadie sabía que el tren explotaría así que yo no tengo toda la culpa, la culpa la tienen esos terroristas—
Ella solo suspiro.
—Lo sé y por eso no quería que fueras a esa expedición, además ahora los terroristas están más activos—
- ya te dije que no es mi culpa- 
La relación que tengo con mi madre no es muy buena que digamos, casí siempre peleamos, por cualquier cosa, hasta por las más pequeñas.
Ella prácticamente me odia y me quiere a la vez.
—No te estoy culpando, solo estaba preocupada—
Lo ven, primero me echa la culpa y luego dice que no, las madres son demasiado bipolares, y luego dicen que somos nosotros los hijos.
Una vez que llegamos, mi madre me dejo en mi habitación.
— Si necesitas algo solo dime- se dirigió a la puerta— y si te vas a bañar, dime para ayudarte con la pierna, iré a hacer la cena - se retiró de mi cuarto—
— Por fin en mi habitación — decidí marcar al número de mi amiga.
() primer tono.
() segundo tono.
—Hola —
—Hola, como estas Sofía? ¿Estás bien? ¿Quieres que vaya a tu casa? — dijo preocupada.
— Estoy bien no te preocupes, solo necesito descanso, y no debo hacer ningún esfuerzo—
—Está bien, aun así, iré a tu casa mañana para pasarte los trabajos— me dijo.
Dure dos horas hablando con ella hasta que en la llamada se empezó a escuchar estática.
—Demonios que sucedió? — dije algo molesta por qué la llamada se había caído.
El ambiente se volvió tenso, y sentí una mirada a mis espaldas, pero al voltear no había nadie, hasta que la puerta se abrió dejando ver a mi madre.
— La cena está lista — dijo para ayudar a levantarme y llevarme al comedor.
— Se ve delicioso, más que la comida del hospital — dije con demasiada hambre.
Prácticamente era espagueti con puré de papa, y limonada, pero la comida de mi madre es prácticamente un manjar.
— Y dime con quien hablabas? —
—Con Melina, mañana vendrá para pasarme los trabajos —
— Ella es una buena chica, deberías invitarla a cenar, como agradecimiento. —
— Lo haré — dije dando el último bocado del plato ahora ya vacío.
Después de una hora, ya estaba en mi habitación, después de que mi madre cerrara la puerta pude ver que alguien estaba parado atrás de la puerta, intente gritar, pero la voz no salía.
— No grites —
Solo asentí, la cosa hizo un ademan, así que supuse que ya podía hablar.
— Quién eres? —
— Soy la misma que viste en el hospital — dijo mostrándose.
Era la misma, solo que en la espalda tenía la guadaña.
— Déjame presentarme, soy a la que todos temen o como dicen en tu país, la catrina — hizo una reverencia.
Me quedé perpleja.
Fruncí el ceño.
— Catrina? ¿Como puedes ser ella si pareces de unos 20 años? Además, ella no existe es solo parte de la cultura, como entraste a mi casa —
Ella solo río en seco.
- Tengo milenios humana, esta es solo una ilusión, si mostrará mi verdadera apariencia cualquier alma vagando por aquí vendría—
- no te creo - dije dudosa.
- entonces como explicas que el habiente siempre está pesado cuando estoy aquí? Como explicas que no podías hablar — Dijo con una ceja levantada.
Tenía razón, pero aún tenía mis dudas. 
—cómo es que la enfermera no te vio — dije curiosa.
—Acaso no escuchaste lo que te dije humana sorda — dijo y por su voz se escuchó molesta — en el hospital te dije que me sorprendía que podías verme —
Me sentí ofendida.
Ella solo suspiro.
— solo se me olvido y... ¿Porque no pueden verte? Digo si eres la catrina como es que saben cómo eres —
— Solo pueden verme aquellos que estén dependiendo de un hilo, y el que sepan como soy no lo sé, solo son ideas que tu cultura imagina y crea, nunca dije que me vista así, lamentó decepcionarte humana —
— La catrina se viste bien —
— Nunca dije que no me gustaba — dijo sonriendo, y caminaba para sentarse en mi cama.
Pero de la nada las luces se apagaron y sentí una mano en mi boca.
— No hables — dijo ella.
Quito su mano de mi boca.
—Por qué? — Dije susurrando.
— solo hazlo — por su voz se escuchaba algo preocupada.
Escuche pasos en la calle, hasta que se detuvieron.
—Creo que ya — dije 
— Silencio — ella aún susurraba — quiero que te acuestes y finge estar dormida —
Así lo hice, me acosté, ella solo se paró y agarro la guadaña hasta que mi puerta se habría.
—vaya parece que, si estabas aquí, dime que haces? — dijo una voz varonil.
— Nada, trabajo — su voz se escuchaba más fría.
—Que haces en la casa de una humana? —dijo una segunda voz
— Ya te dije que trabajo, además tú también tienes trabajo — dijo irritada.
— haces cosas muy raras — dijo una tercera voz.
—hola, hermana —
— que quieren? —
— No podemos visitar a nuestra hermana? —
— No, así que largo, me equivoqué de persona está chica no morirá — empecé a escuchar que los pasos se iban.
Al último me quede dormida.
Al día siguiente mi padre me despertó.
— Ya es hora de despertarse —
— Papá, pensé que regresarían mañana — dije muy emocionada.
Mi padre es un socio de un jefe empresario, aunque no somos ricos, tenemos una vida digna y somos humildes, mi padre se fue de viaje por cuestiones de trabajo pensé que regresaría mañana.
- Pues ya me vez aquí - me ayudó a pararme - mira como estas princesa mía - dijo con algo de tristeza.
— No te preocupes papá, tuve suerte — dije dándole una de mis mejores sonrisas.
— Lo se y por eso te traje regalos — por eso adoro sentirme mal.
Cuando bajamos a la sala, vi un montón de regalos, parecía navidad y también vi a algunos de mis amigos.
—Chicos que hacen aquí? —
— bueno acaso crees que no vendrían a verte — dijo melina.
— Pensé que sólo vendrías tu —
—Si bueno ellos se pegaron como chicle — dijo para después abrazarme.
Estuvimos mucho rato en mi habitación hasta que era hora de cenar.
— Y hasta cuándo volverás? — dijo Luis.
— El doctor me dijo que en unos dos meses me quita el yeso, pero en dos semanas iré a la escuela —
— entonces voy a venir todos los días para pasarte los trabajos y entregar tus cuadernos por ti — me dijo mi amiga melina.
Pasamos toda la tarde trabajando y comiendo, solo que me preguntaba dónde estaba ella.
— Que sucede? — Dijo Carlos.
— Nada solo me puse a pensar es todo —
— Acaso te preocupaste por mi — dijo una voz a mis espaldas.
Ya sabía quién era, solo se río y se posicionó alado de mis amigos.
Se colocó cerca de Luis y lo miro un momento, de la nada saco una lista y apuntó algo.
— Que te parece Sofía? — Dijo Charlotte.
— Me parece hermoso —
El trabajo consistía en hacer una presentación por diapositivas, el tema era sobre las políticas de los países.
Ella solo se quedó mirando todo, una vez que terminamos y cenamos entre risas se fueron.
— Quienes eran los de anoche? — Pregunte curiosa.
— Mis hermanos — dijo seca y sin ninguna expresión.
— Y como se llaman —
— Creo que lo sabes — dijo mirando a la nada.
— Que sucede? — Estuvo meditando un rato hasta que se sentó recargada en la pared y dejando la guadaña a un lado de ella.
— Nada — solo dijo eso — estaban bien las diapositivas de tu equipo — cambio de tema.
— Lo sé, no soy muy buena en eso de las diapositivas, pero hago mi mejor esfuerzo — dije feliz aunque es la verdad.
De pronto solo vi como ella se puso en guardia apuntando con su guadaña a una esquina y apenas me percaté de que había alguien más hay.
— Tranquila mi señora — una mano apartó el arma.
— Hades qué haces aquí? Te dije que iría más tarde —
— A estado llegando tarde así que me dispuse a seguirla — un hombre de unos 25 se dejó ver su vestimenta era negra al igual que muerte — y tal parece que se entretiene con una humana — dijo mirándome, sus ojos eran rojos.
— Ella es especial supongo que ya te percataste —
— Pues... no me quita la mirada supongo que puede vernos — me sonroje no me había percatado de eso.
— Perdón solo que tus ojos son hermosos — el solo sonrió.
— Supongo que gracias, tal vez tú tendrías unos así o amarillos si en la Edad Media no los hubieran matado —
— Esa época fue una de las mejores en cierto modo — se sentó en el piso.
— Solo lo dices porque la "política" era solo muerte —
— y ha cambiado? — después de que muerte dijera eso todo quedó en un silencio. 
— y son novios? — ellos se sorprendieron y luego se rieron bueno solo hades ella solo me miro.
— Asco — tal parece que ella no lo quiere — él es no sé cómo catalogarlo solo es un colega supongo —
— Tampoco digas que estoy horrible — él se sentó junto a ella — soy su amigo es todo, la veo como una hermana cuando no se pone de sádica —
— ¿Ya veo, y hablando de eso tienes o tienen a alguien? — ella no respondió 
— Y para qué viniste, se supone que tienes que vigilar — cambio de tema incomoda.
— Si bueno hay ciertos problemas, por eso vine a buscarte, parece que también hay una rebelión con los que te desahogas —
— En ese caso debo irme — me miró — supongo que te responderé luego, cuídala de mis hermanos estoy segura de que no se lo tragaron — y sin más desapareció.
— Así que ella se desahoga —
— Antes de que pienses algo que no es, no es en ese sentido, sino que los castiga de formas crueles para ver — él se sentó — supongo que les dará 100 años más de castigos —
— Porque castigos? — Pregunte curiosa.
— Ellos fueron personas horribles y que no se arrepienten de nada, antes de ir al infierno deben pagar por sus crímenes y de ahí sería su castigo, prácticamente casi todos los demonios han pasado por ella —
— Ósea que ella los convierte? —
— Podría decirse - se acercó a la ventana — y desde cuando se conocen? —
— Desde hace una semana —
En otro lugar.
— bien mañana por la mañana empezaremos con la rebelión — dijo una mujer de 30, su rostro estaba casi desfigurado.
— ¿Así que rebelión — dijo alguien a su espalda, todo el cuarto quedó en silencio — que? no dirán nada? — La mujer se dio la vuelta - y bien Beatriz? ¿Qué rebelión? —
— No se dé que habla? — Dijo demasiado nerviosa.
—Respuesta incorrecta, creo haber escuchado muy bien que mañana por la mañana habrá una rebelión, ¿contra quién? — la agarró del cuello — espero que no sea contra mí, porque puedo hacer que sus castigos sean peores — hizo una pausa — y yo que los dejaría irse al subsuelo en la noche, vaya que idiotas son — sonrió — y bien quien más está en la rebelión? — La tiro al suelo.
— Solo yo —
— Ay Beatriz intentas salvarlos? — La agarro del cabello y la azoto su cabeza contra una columna— terminara muy mal para ti, recuerdo que uno de tus pecados fue el asesinato — la puso a su altura - lástima que sólo te llevaré a ti — miro a los demás — que esto les quede claro, si me entero de otra rebelión contra mi o quien sea, los castigará peor y su sentencia será de 100 años más a la condena - mira a Beatriz — lastima para ti — se retiró con Beatriz.
— Que me hará? —
— Te llevaré con lucifer — siguió caminado — alguien estuvo muy interesado en ti, supongo que ese sería un buen castigo — habría un portal — entra —
Al entrar vieron un castillo, al entrar al castillo había una fila inmensa de personas, y en medio de la sala había un trono y siete más, en el trono estaba sentado un demonio.
— ¿Muerte que alegría verte, a que se debe tu visita? — se paró y fue a saludarla — veo que traes mercancía —
— Estoy segura de que a uno de tus príncipes le interesa esta mujer — tiro a Beatriz.
— Y supones bien yo se la daré, ponle las cadenas —
— Que... me harán? — su rostro solo reflejo temor, algo que a Muerte le fascina.
— Como me desobedeciste serás una esclava sexual — le puso unas cadenas - por toda la eternidad -
— Tu no tienes derecho alguno — grito enojada la mujer.
— Claro que lo tengo, una vez que mueres sin arrepentirte pasas a ser sólo un alma sin nombre, sin familia, y sola, tienen suerte de que me sepa sus nombres y llamarlos así, pero no deberían de abusar de esa amabilidad —abrió un portal— y eso que te ibas a convertir en un demonio, que decepción — se adentro al portal y desapareció — 
Había pasado dos días desde que ella fue a castigar a las almas rebeldes.
Había pasado dos días desde que no hablo con ella, Melina vino a verme para decirme que uno de nuestros compañeros murió.
Supongo que ella no quiso venir por esa razón.
Y justamente ahora la veo entrar por la ventana.
— Cuando ibas a decirme? —
— Decir qué? — acaso se iba a hacer de la vista gorda? 
— De que iba a morir Luis, por eso viniste ese día de los trabajos y lo miraste, por eso viste esa maldita lista — 
— Y porque tendría que decirte quien moriría, simplemente no quise —
la mire enojada, no más bien furiosa, me miro un momento y mostro una sonrisa de superioridad.
— no me digas que pensabas que... — carcajeo — enserio pensabas que era tu amiga? — me miro con burla — no seas estúpida humana, simplemente estoy contigo por curiosidad, curiosidad de porque puedes verme, del porque no está tu nombre en mi lista. — la mire dolida — te daré un consejo, nunca le des tu confianza a alguien que acabas de conocer o te apuñalaran por la espalda, se lo que te digo — note dolor en su mirada, pero antes de poder preguntar o algo desapareció —
¿Entonces ella confió en alguien y la traicionaron? No puedo saber si ella no me lo dice. Tendré que hacer un plan, pero y si me entro de algo que no debía a veces la curiosidad mato al gato. 
Bien si antes dije que fueron dos días que no venía, pues déjenme decirle que esta vez ha pasado una semana y no ha venido a este cuarto. Bueno supongo que ya me deshice de ella. 
Tocaron la puerta de mi habitación, una vez abierta mire que era mi madre quien llamaba.
—Hija ya es hora de cenar — Si, es de noche, agarré mis muletas y apoyándome en estas me dispuse a caminar, mi madre me seguía — hija, ¿estás bien? —
—Si ¿Por qué tu pregunta? — la mire extrañada.
—Te miras algo desanimada y tu mirada se ve triste. — se escucho la puerta, mire a esa dirección encontrándome con mi padre, lo miro susurrar algo y sonríe — hola, cariño, pensé que llegarías más Tarde —
—El jefe me permitió salir antes — sonrió y me miro — no me gusta verte de esa forma princesa — algo esta raro en él, pero decidí no darle importancia —
Mi error.




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