Capitulo 14: La vida sin el accidente

— Hijo... Hijo.

Apenas escucho esa voz entro en mi de una vez. Estoy en la mesa de mi primer casa; es temprano en la mañana.

Estamos en la mesa desayunando.

— Mike. Come rápido tu desayuno que se te puede enfriar.

Volví otra vez en mi. No entiendo nada. Estoy en la misma casa con mis padres.

— Perdón mami. Solo fue que me distraje—. Le mencioné.

Allí está ella, tan bella como la recuerdo. Tiene el cabello negro, largo y rizado; ella es de tez morena y ahora está con el cabello desordenado.

— Campeón—. Mencionó mi padre mientras me daba un abrazo— ¿Listo para el día familiar que planificamos para hoy?—. Preguntó para luego sentarse.

Me sorprende ver a mi padre. Él es un hombre alto, de tez blanca y cabello negro. Es el único que está con ropa de salir; mi padre siempre es el que suele estar listo a tiempo para eventos importantes.

— Claro que estoy listo—. Le mencioné— ¿A dónde vamos?—. Pregunté.

Soy el único aqui que no sabe que está pasando alrededor.

— Cabeza hueca—. Menciona mi padre—. Tenemos muchos planes hoy. Por ahora para ti será una sorpresa.

— Será un largo día—. Dijo mi madre mientras subía a su habitación para alistarse.

Aún sigo con dudas de que está pasando; pero si esto es real voy a aprovechar este día.

Subo a mi habitación. Está ordenada: mi computadora está en su lugar, tengo un escritorio con unos que otros libros encima, mi cama está tendida; también tengo algunos juguetes encima de una repisa; tengo una enorme estantería de libros que está llena con algunos títulos; una TV frente a mi cama, mis videojuegos, pósters y demás cosas que hacen mi habitación un lugar más interesante.

Me cambio con pantalón jean, zapatos negros y una camiseta gris; aparte guardo un interior, ropa para baño, desodorante y demás materiales de uso personal.

En la parte de abajo se escucha a mi padre quien está tocando el claxon del auto de mi padre.

Me asomo por la ventana y allí está mi padre quién me hace señas de que me apure.

Bajo las escaleras lo más rápido. Mi madre me espera en la entrada; una vez que cruzo la puerta de salida mi madre cierra la puerta.

Subimos al auto. Ya estoy listo para empezar una aventura con mis padres; una que voy a recordar con mucho anhelo.

— Antes de conducir—. Dice mi padre—. No se deben olvidar de un detalle.

Me quedé pensando en cuál sería ese detalle.

— ¿Cinturones de seguridad?—. Preguntó mi madre.

— Exacto amor ¿Todos lo llevan puesto?

— Yo si, honey—. Contestó mi madre.

— También—. Le contesté mientras los acababa de poner.

— Ya estamos listos para esta aventura—. Mencionó mi padre para luego encender el auto.

Mi padre puso en marcha el vehículo. Vamos a una buena velocidad; estamos hablando y riendo de todo y en el fondo suenan las canciones de Marco Antonio Solis, el cantante favorito de mis padres; ambos comparten gustos en muchas cosas como la música, géneros de películas, aman la lectura y también hacer deportes juntos cada mañana.

En menos de una hora llegamos a nuestro destino. Estamos en la parte de afuera de uno de los enormes zoológicos de la ciudad.

Nos acercamos a la entrada y en segundos ingresamos. Dentro del zoo era un paraíso, habían muchas zonas con animales; desde monos hasta tigres.

— Hijo tómame una foto con uno de estos monos—. Dijo mi padre mientras se acercaba a una de esas jaulas.

— Claro—. Mencioné mientras tomo su teléfono.

Mi padre se acerca a esa jaula y este hace unas señas similares a la de ese mono.

— Ahora una con ustedes—. Nos hizo señas y nos acercamos.

Uno de los guías que están por ahí se encargó de tomar la fotografía.

Allí estoy sonriendo con mis padres; abrazados a ellos. No tengo más recuerdo que este con ellos. Los voy a atesorar con todo mi corazón. Este día va perfecto. No puedo pedir nada más.

Nos acercamos y vimos la fotografía. Está perfecta y más por lo que significa para nosotros.

Pasamos toda la mañana en el zoológico; nos acercamos a muchas zonas donde hay animales de diferentes especies. Nos sacamos algunas fotos y después de eso estamos ya por salir del lugar muy felices.

Estoy sintiendo mucha emoción. Está es la primera vez que recuerdo que estoy con ellos.

Subimos al auto. Ya casi es hora de almorzar. Tengo mucha hambre y más porque no pude aprovechar bien el desayuno.

— Vamos a Dino's burguer—. Mencionó mi padre.

Siento una gran emoción por tener que ir a ese local; las hamburguesas de Dino son las mejores que tiene toda la ciudad; allí hacen la hamburguesa más grandes y también otros tipos de comidas rápida pero en exceso.

Mi padre parqueo el auto; nos bajamos de nuestro tranporte y nos dirigimos a la mejor instalación de comidas que está ciudad y este mundo tiene.

Nos sentamos en nuestro lugar de siempre cerca de una ventana de la instalación dónde veíamos todo por fuera. Mi padre siempre decía que si pasaba alguna emergencia nos tiramos por esa ventana y ya, asunto resuelto.

— ¿Qué van a querer?—. Preguntó mi padre mientras se levantaba de la mesa.

— Papas, pollo, ensalada y gaseosa—. Dijo mi madre.

— Y tu Mike ¿Te traigo un combo kinder incluida el juguete?—. Me preguntó mi padre.

Siendo sincero no recuerdo nada de ese combo kid.

— Ya no soy un niño—. Le mencioné—. Quiero una dino doble con papas.

— Buena elección—. Dijo mi padre mientras iba a pedir la comida.

Me quedé cerca de mi madre. Estuvimos hablando sobre mi ingreso a las simulaciones y sobre su trabajo.

— Comidas listas—. Mencionó mi padre mientras pone sobre la mesa nuestros pedidos.

Nos sentamos y estamos comiendo. No creo que pueda con tanta comida.

— ¿Qué dice tu novia?—. Preguntó mi padre—. Me imagino que debes tener algunas.

Me puse un poco nervioso ante esa pregunta; sobre todo porque aún no estoy emparejado con alguien.