Juego De Traidores

Capítulo 15: Alexis

Habían pasado días desde que hablé con Juan, sé que debía hablarle y decirle lo que pensaba a cerca de que Jay no me contara las cosas, pero el orgullo y el resentimiento se juntaron haciendo que lo evitara la última semana que teníamos de prácticas antes de irnos de misión . Haciendo un pequeño resumen de lo que fue de mí y de los chicos esta última semana, Juan nos enseñó los dos planes que tenía para completar la misión (nada interesante) lo interesante es que le prohibí rotundamente a Juan que en las reuniones cuando nos tenía que explicar el plan contra Ryan me tocase con Jay ya que lo quería evitar a toda costa. Por lo demás... Juan y Jack hicieron solo planes, Leo y Beth volvieron a discutir fuertemente, luego Leo le comentó a Beth de la misión dejándola preocupada, David fue rechazado dos veces ¿increíble no? también lo increíble fue que Jay me reemplazó por David, en ese momento realmente quería pegarle por reemplazarme tan rápido, se suponía que éramos hermanos, pero ya veo que no. —Alexis, te buscó ¿lo olvidaste? de hecho lo hizo varias veces. —Me recordó mi pequeña voz interior. Sí, me buscó varias veces, unas cuantas veces, diez, esas fueron las veces, en esos seis días me buscó ¿fue mucho o poco? no lo sabía, pero todas esas veces lo ignoré y aquello realmente me producía placer y enfado.

Ahora que ya hice un pequeño resumen me encontraba pegándole al saco de boxeo a últimas horas de la noche, sí, estaba nervioso, cansado e hiperactivo. Sabía que ya tenía que estar cenado, duchado y preparado para mañana, pero lo único que cumplía era con la cena, nunca me saltaba las comidas. Tampoco estaba en mi habitación por el simple hecho de estar enfadado con Jay. Jack, Jay y yo teníamos nueva habitación asignada con dos chicas y de seguro ambos estaban preparados menos yo, no quería verle, seguía enfadado.

Una ligera capa de sudor cubría mi cuerpo, la camiseta blanca de tirantes que llevaba antes puesta estaba en el suelo de modo que solo llevaba puesto un pantalón gris corto que me permitía estar cómodo. Estaba demasiado concentrado en mis problemas y pensamientos mientras el eco de mis golpes retumbaban en el gimnasio ya que no había nadie, seguramente ya eran las once y media de la noche.

—¿No crees que te estás pasando con el pobre saco? —Oí la voz de Jay mientras paraba el saco, sorprendido por su aparición, no lo había visto en todo el día y ahora intercambiamos miradas como si nada hubiera pasado, después de verle decidí que ya era hora de parar así que me agaché para recoger la camiseta y poder irme.

—¿Qué haces aquí? —Le pregunté desinteresado mientras me dirigía hacia la botella de agua que dejé en un banco de madera, la abrí y empecé a tomar de ella.

—Todos están preparándose para mañana y la mayoría están en sus habitaciones a punto de irse a dormir menos tú. —Puse los ojos en blanco mientras dejaba la botella medio vacía en mi bolsa de deporte. —Vine en tu búsqueda. —Aclaró. Casi me atraganto con el agua que me quedaba en la boca al escucharle.

—No debías haber venido, iba a subir. —Le respondí cortante.

—¿Se puede saber qué te pasa? llevas evitándome toda esta semana, no te he visto apenas. —Volví a poner los ojos en blanco mientras me encaminaba hacia los vestuarios sin intención de esperarle.

—El que me ha estado evitando esta semana eres tú. —Sabía que el que le había evitado era yo, pero el que no me buscó lo suficiente fue él.

—¿Estás bromeando? Me he estado interesando por ti hasta que Juan me dijo que no querías que esté contigo en las reuniones. —Cerré los ojos por un momento, se me había olvidado decirle a Juan que no le dijese por nada del mundo que le estaba evitando.

—¿Y sabes el por qué de eso? —Le pregunté mientras recorría un largo pasillo mientras Jay me seguía.

—Si lo supiera ¿no crees que lo hubiera solucionado idiota? —Podía notar su poca paciencia y las ganas de hacer las paces de una vez.

—Ya he visto cómo lo has solucionado ¿Qué tal tu nuevo compa David? —Le respondí resentido mientras giraba a la derecha para entrar en el vestuario de hombres, sintiendo como por un momento no sabía qué responder a mi pregunta.

—Tenía que entrenar con alguien y tú no estabas dispuesto a hacerlo. —Exhalé con fuerza por la boca incrédulo.

—¿Es tú mejor excusa? —Dije dejando mi bolsa de deporte sobre una banqueta de madera.

—¿Me quieres decir por qué estás así? no hice nada malo. —Expulsé aire por la nariz sarcásticamente sin paciencia.

—Me voy a duchar. —Me dirigí hacia las duchas comunitarias abriendo ambas manillas para que pueda salir agua templada, al sentir que Jay me había seguido hacia ellas me le quedé mirando por un segundo, me quité los pantalones junto con los calzoncillos y se los tiré a los brazos. —Gracias ya puedes retirarte. —Por un momento estaba disfrutando la mueca de Jay al tratarle como a un sirviente antes de adentrarme a las duchas. Sentía que se lo merecía.

Después de dejar caer el agua templada sobre mi cuerpo por unos cinco minutos y luego enjabonarme el cuerpo con un gel de ducha que estaba anclado en la pared, me dispuse a coger la toalla que dejé colgada de la puerta de la ducha. Al cogerla recorrí todo mi cuerpo con ella y luego me la enrolle alrededor de la cintura. Al salir no había nadie, suspiré al pensar que Jay se había cansado tan rápido de mí, luego me dirigí hacia la bolsa. Para mi sorpresa estaba sentado con la mirada clavada en un punto del vestuario concentrado, al verme dirigió su mirada a mi abdomen y luego a mi cara.

—¿Qué te pasa? Ni que fuera la primera vez. —Le eché en cara mientras buscaba la ropa limpia en mi bolsa.

—Lo que me pasa es que no entiendo que te he hecho para que te comportes como un cabrón. —Ignoré por un momento aquello.

—Pues que ya no me cuentas nada, eso es lo que me pasa. —Le confesé.

—¿Por qué dices semejante tontería? —Volví a poner los ojos en blanco.



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En el texto hay: traicion, amor, juego

Editado: 22.02.2025

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