Juego De Traidores

Capítulo 16: Jack

La alarma sonaba sin parar, ese sonido todas las mañanas provocaba que mi día y el de los demás fuese malo, por no hablar de la dura cama que me dejaba la espalda destrozada. Abrí mis ojos medio dormido mientras oía a las chicas de fondo pedir cabreadas que apagara la alarma, me levanté somnoliento y apagué el estridente sonido de un golpe. Los otros dos apenas se despertaban, Alexis seguía durmiendo con la cabeza encima del brazo de Jay, parecían verdaderos ángeles.

—A despertar, es hora de prepararse. —Dije mientras encendía la luz que estaba a unos escasos metros de mí.

—¡Apaga la maldita luz joder! —Gritó Giselle mientras dejaba caer sus largos rizos pelirrojos.

— ¿Joder, por qué las misiones se deben hacer tan temprano? —Gimoteó Alexis en un tono somnoliento y quejica mientras se tapaba con las sábanas acurrucándose aún más en Jay.

—A las cinco y media salimos para encontrarnos con los demás, tú me dirás si quieres salir en pijama y a rastras de aquí. —Le amenacé mientras bajaba de un salto de mi litera para irme al baño y poder prepararme.

—Venga Alexis, arranca. —Le dijo Jay dándole unas palmaditas en la cara para que pudiera despertarse.

Al echar un último vistazo vi que se levantaban de la cama somnolientos apunto de volverse a dormir. No tardé en darme una ducha fría para activar mis sentidos ya que por lo general estos días no pude dormir por el estrés que sentía al pensar en el día de hoy.

Al acabar de prepararnos los tres nos dirigimos hacia mi litera y nos agachamos para coger nuestras mochilas equipadas, contenían comida, agua, algunos dispositivos electrónicos, un mapa y dinero. Al estar preparados salimos de nuestra habitación abandonándola por completo dejando a las chicas dormir de nuevo, nos fuimos corriendo de allí en búsqueda de los demás, mientras estábamos de camino me choqué con David que al parecer no se dio ni cuenta del golpe de lo dormido que estaba.

—¿Dónde están los demás? —Le pregunto haciendo que éste me señalara con el dedo pulgar que venían detrás suya. Al cabo de los segundos vi a Juan llegar corriendo hasta a mí junto con Leo y... Ryan.—¿Está todo? —le pregunté a Juan que no tardó en asentir, luego hice un gesto con mi cabeza para que nos fuéramos, nos agrupamos todos, Juan y yo íbamos delante y los demás detrás de nosotros. Nos dirigíamos a la puerta 00-21 que es donde nos esperaría el automóvil que nos llevaría hasta el aeropuerto.

—¿Qué hora es? —Me preguntó David mientras Jay tiraba de él para que se moviese más rápido.

—La hora de que te despiertes imbécil. —Dijo Leo enervado como todas las mañanas.

Llegamos a la puerta en la que nos esperaban Eric, Lucas y Amanda (nuestros superiores) rectos como una tabla. Nos paramos en frente de ellos cansados después de haber estado corriendo cuatro pisos y medio. Nos miraron a todos menos a Ryan, nos estrecharon las manos y nos desearon buena suerte como en cada misión. Nos dirigimos al largo pasillo que nos conducía hacia el exterior donde estaba el aparcamiento. Al esperar que la puerta se abriese automáticamente nos encontramos con algo de lo más inesperado, vimos un autocar aparcado a unos metros de nosotros, dimos un paso al frente para alentar a los chicos a que vayan hacia él mientras nos acompañaban dos guardias. Una vez frente al vehículo el chófer de pelo gris y con una masa corporal superior a los cien kilos nos abrió las puertas. Todos nos miramos entre sí y entramos.

—Genial. —Dijo Alexis tirando su mochila en el área de salida mientras se acomodaba.

—Será mejor que os acomodéis, será un viaje de tres horas y media. —Aclaró Juan sentándose a mi lado.

Ambos nos miramos fijamente cuando Ryan sin mediar palabra alguna se sentó en uno de los asientos de atrás junto a una de las ventanillas.

—¿Ha dicho algo desde que esta de vuelta?

Juan negó inmediatamente con la cabeza.

—Interesante.

Giré mi cabeza hacia la dirección de Ryan, parecía cansado, demacrado, perecía estar desnutrido, su pelo estaba demasiado despeinado, sea lo que sea que le hayan hecho para sacarle algún tipo de información, no había dado resultado.

Después de una hora sin tener luz y sin ver nada por la tremenda oscuridad y por estar en medio de la nada, vimos unas carreteras vacías con filas de farolas de iluminación naranja, al entrar en carretera puesto que había bastante espacio entre farola y farola provocaba que el interior del autocar pasara de una iluminación naranja a una oscura haciendo que me marease por un momento. Decidí girar la cabeza a un lado para poder dar un vistazo por si aún conseguía ver la base, y aunque vi solo unos cuantos puntos rojos, a lo lejos podía ver que ya se habían apagado las luces para pasar nuevamente desapercibidos.

Tenía los ojos cerrados y la cabeza apoyada en la ventana al escuchar el frenazo del conductor que hizo que las ruedas rechinaran sobre el asfalto. Abrí los ojos al instante al ver que mi cuerpo se echaba hacia delante, me sujeté con fuerzas para no caerme encima de Juan pero aún así éste me sujetó igual que Alexis lo hizo con Jay. Levanté mi cabeza para ver si todo andaba bien, no tardé en cruzar una mirada de preocupación con Juan. Al mirar por la ventana vimos al conductor aparcar en frente de la entrada del aeropuerto, luego abrió las dos puertas dejando caer dos de las mochilas esperando a que bajáramos sin decirnos absolutamente nada, alcé las cejas al ver que faltaba un tramo que debíamos recorrer a pie para llegar al interior del aeropuerto. Juan puso los ojos en blanco mientras veía como los demás se recomponían del frenazo que causó que cada uno nos lleváramos un golpe en diferentes lugares dependiendo de cómo estuviéramos sentados.

—¡Oiga tenga más cuidado! —Le gritó Leo cabreado mientras las dos puertas se abrían de golpe en señal de que nos fuéramos de una vez.

—Empezamos bien... —Dijo David cogiendo su mochila del suelo mientras se la ponía de golpe.



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En el texto hay: traicion, amor, juego

Editado: 22.02.2025

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