Juego De Traidores

Capítulo 17: Jay

Después de intercambiar miradas Juan y Jack decidieron separarnos de dos en dos para poder buscar un sitio con sombra en el que pudiéramos pasar todas las horas con sol. A mí me juntaron con Alexis y a decir verdad ya era costumbre estar con él, aunque eso implicara que nos enfademos por muchas cosas. Todos nos dividimos Jack, Juan y Ryan fueron por la zona este, Leo y David por la zona norte, y nosotros por la zona sur, en medio del calor y de los escombros.

—Me muero de calor. —Se quejó Alexis mientras le pegaba una patada a una piedra.

—Lo sé, si seguimos así nos dará una insolación y eso podría causar bastantes desmayos. —Le dije temerario de que aquello sucediese, en fin, llevábamos horas bajo el ardiente sol con una temperatura de cuarenta y tres grados.

—Espero que los demás encuentren un buen lugar para descansar, me duelen los pies de andar tantos kilómetros. —Volvió a comentar.

—Lo sé, yo también.

Seguimos buscando por un largo tiempo, no veíamos otra cosa que no fueran casas derrumbadas con demasiados escombros. Me comuniqué con Juan a través del walkie talkie para saber si habían encontrado algo, pero no encontraron nada.

—Estamos buscando en las casas derrumbadas algún sitio con sombra. Deberíais ir a echar un vistazo por aquellas zonas. —Nos comunicó Juan.

—Entendido. —Respondí.

Hicimos caso a lo que Juan decía, en fin, él siempre tenía razón así que empezamos a adentrarnos en las casas derrumbadas de las afueras de la pequeña aldea y empezamos a buscar sombra. Mis esperanzas eran mínimas cada vez que avanzábamos. Me separé de Alexis para encontrar antes algo que podría garantizarnos la salvación.

—¡Lo encontré! ¡lo encontré! ¡no me lo puedo creer! —Comunicó David con un tono eufórico por el Walkie.

Al escuchar aquello Alexis y yo nos miramos aliviados de que encontrásemos refugio al fin. No tardamos en ir a la zona norte que es donde se encontraban los chicos, al llegar nos sorprendimos, era una pequeña casita con un lateral caído y con el techo manteniéndose firme por arte de magia. Al entrar solo había arena, aquella casita se hundiría en cuestión de años. Todos los chicos se sentaron en fila apoyados en la pared en la que no pegaba el sol para poder descansar.

—Solamente llevamos un día de misión y ya estoy muerto. —Dijo David, mientras nos miramos entre nosotros.

—Sí... yo también. —Replicó Alexis.

—Tendremos que quedarnos aquí hasta que se vaya el sol. —Nos comentó Juan con desagrado.

—O al menos hasta cuando empiece a atardecer. —Propuso Jack.

—Sí... supongo que es una mejor opción.

—Calculo que alrededor de las siete podremos volver a emprender el viaje. —Le contestó Jack observándose mutuamente.

Nos quedamos apoyados en la pared cansados por las largas horas que estuvimos andando. Eran apenas las tres de la tarde así que durante todo aquel tiempo que nos quedamos nos dedicamos a descansar y algunos a hablar.

Las horas fueron pasando lentamente y el sol se iba yendo poco a poco, descansamos con el propósito de tener energías cuando emprendiéramos el viaje en la noche. Juan nos dejó claro que no íbamos a tener paradas ya que el tiempo lo teníamos contado. Un helicóptero nos iba a recoger después de matar a Ryan cuando diéramos el aviso. Nos quedamos dormidos así que al despertar nos encontramos apoyados entre nosotros con la boca seca y con la arena comiéndonos los pies. Ya estaba atardeciendo cuando nos despertamos, el cielo estaba rosado y con el sol a rojo vivo escondiéndose poco a poco entre las montañas de arena. Me levanté aturdido y cogí una botella de agua que estaba en el suelo, estaba caliente, al tomar un trago sentí un ligero viento refrescarme la piel, tiré un poco de agua sobre las palmas de mis manos y me lavé la cara para despertarme cuanto antes, al girarme miré a los chicos que seguían dormidos, menos Ryan que al parecer estaba mirando a la nada pensando en algo que parecía cabrearle, entonces un mal presentimiento invadió mi cuerpo, miré un momento a los demás chicos por si se habían percatado de aquel momento, entonces intercambié miradas con Jack que al parecer también se había percatado. Volví a tomar agua mientras de reojo observaba a Ryan que de algún modo seguía pensando en aquello. Al dejar de vuelta la botella en el suelo me acerqué a él.

—¿En qué piensas? —Le pregunté mientras me sentaba a su lado, él en cambio desvió la mirada a otro lado.

—Pensando en el atardecer, se ve bonito. —Aquello sonó a mentira.

—¿El atardecer te cabrea? Porque tienes cara de estarlo. —Su mirada se dirigió a la mía en cuestión de segundos.

—Supongo que me cabrea no haber apreciado el cielo de la forma en la que lo hago ahora. —¿Acaso eso era una metáfora? ¿una indirecta?

—¿Y por qué ahora lo aprecias más? ¿qué es lo que le ha dado sentido?

—No lo sé, supongo que tanto calor debe de haberme afectado. —Dijo en un tono de burla mientras ambos seguíamos mirando el cielo rosado que poco a poco se iba convirtiendo en gris.

—Seguro. —Contesté desviando la mirada hacia él sintiendo una sensación rara en el cuerpo.

—¿Qué hora es? —Preguntó Alexis y creí por un momento que se trataba de David ya que era el más despistado con ese tema.

—Siete y media. —Le contesté mientras le observaba ya que éste tenía unas marcas en la cara por cómo había dormido.

—En quince minutos partiremos de aquí, así que preparaos. —Nos dijo Juan levantándose del suelo somnoliento mientras cogía otra botella para pasársela a Leo y otra a David, él se quedó con otra.

—Tengo la boca tan seca como este maldito desierto. —Comentó David dando un trago de agua después.

—Pues a mí me va a explotar la cabeza, siento que me hecha humo. —Dijo Alexis echándose agua en las manos para luego lavarse la cara cansado. Me levanté de al lado de Ryan y me puse en frente de Alexis poniéndole la mano en la frente para comprobar que no tenía una insolación.



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En el texto hay: traicion, amor, juego

Editado: 22.02.2025

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