Misión fallida, misión fallida, misión fallida ¡joder! todo esto es por mi culpa, todo es por mi culpa. Esas eran las palabras que no paraban de sonar en mi cabeza. Jack estaba muerto por mi culpa, debía asegurarme de que todos se ponían a cubierto, pero no lo hice. Ahora Ryan se ha fugado, Jack está muerto y Jay, aún no sabía nada.
El helicóptero apareció minutos después de que Jay perdiera la consciente, la sangre nos rodeaba y el helicóptero no estaba lo suficientemente equipado como para curar las heridas. Cargamos con ambos cuerpos sin vida, yo cargué con Jack para poder subirle al helicóptero por la escalera y Alexis cargó con Jay, nada más subir estaba el acompañante del piloto que sin esperar un segundo lanzó un botiquín para poder tapar la herida de bala que tenia Jay a un costado. Mientras emprendíamos el vuelo hacia el aeropuerto de vuelta, el piloto dio el aviso a la base de que necesitaríamos ser trasladados en un avión privado ya que podríamos ser expuestos. La base intervino de inmediato para hacernos llegar el jet privado con médicos que estarían listos para despegar. Íbamos de camino cuando todos nos pusimos un par de guantes y le quitamos la camiseta, sacamos los instrumentos que habían allí y varias vendas, Alexis era quién me ayudaba mientras yo intentaba cerrar su herida lo suficiente como para que parase el sangrado abundante. Leo estaba pendiente de Jack que estaba desplomado en el suelo, David buscaba lo necesario para poder curar a Jay y el piloto hacía lo posible para llegar cuanto antes. La base se las apañó lo suficientemente rápido para que en una hora el piloto descendiese a unos metros del jet privado para que nos trasladasen. No hubo registro, ni policía, solamente guardias, médicos y el piloto del avión que estaba preparado para despegar. Bajamos ambos cuerpos y los cargamos en dos camillas, el cuerpo de Jack al ser cargado con rapidez se le cayó una carta doblada, guardé la carta en el bolsillo y me ocupé rápidamente de Jay que fue cargado en otra camilla.
Nos separaron de los médicos y de ambos cuerpos. Mientras transcurría el viaje todos nos quedamos en silencio y yo miraba por la ventana ¿por qué hemos llegado a esto? ¿una misión a Mali por una traición? ¿por qué no una bala y fuera? ¿qué le hacía a Ryan tan especial de los demás? ¿qué es lo que había hecho para que la base le quisiese tan lejos a la hora de ejecutarlo? Entonces recordé la carta que se le cayó a Jack, miré a los chicos comprobando que no me estuviesen mirando, me levanté y me fui directo al baño en silencio. Al llegar y cerrar la puerta saqué la carta y la abrí, un montón de notas estaban pegadas en un mismo papel.
¿Qué estamos haciendo? ¿Es esto lo correcto? Tengo miedo de que esto se tuerza y lo único que recibamos es una bala en la cabeza y nada de esto haya servido.
Desde que comenzamos esto, no era lo suficientemente consciente de la magnitud que tendría esto, de la repercusión, que no seríamos los únicos perjudicados de las decisiones que tomaríamos. A medida que las cosas van tomando sentido, las piezas que deberían estar cayendo se están reforzando cada vez más, esto no está siendo nada fácil. Tengo miedo, puede ser el final de un intento fallido, las únicas piezas que podrían caer son traidores como nosotros.
Somos egoístas.
Sabías lo que hacías, sabías que arrastraríamos a los demás con nosotros, les hemos condenado a la misma muerte por nuestra salvación. Tenemos que solucionar esto.
¿Salvarlos? La salvación es para unos pocos, Jack.
Ryan dijo que debía confiar en él, hoy el superior Eric me ha citado, me he puesto nervioso, entonces no tuve ninguna otra opción, debía salvarme, debía salvarlos.
¿Tal vez sea una condena merecida? ¿Una condena segura? Tal vez.
Pero si yo no he logrado esto, los demás lo harán.
Después de aquello había una serie de números y coordenadas, que acababan el tramo de hoja que faltaba. Cerré la hoja con cuidado y me miré al espejo, me pasé las manos llenas de sangre por el pelo y luego le di un golpe a la pared. Mierda mierda mierda ¡mierda!
—¿En qué coño estabas metido Jack?
Las diecisiete horas se hicieron eternas. Alexis estaba en otra ventana con la cabeza apoyada en ella y con la mirada clavada en las diversas nubes. Me levanté de mi asiento y me senté a su lado para observarle mejor. Sabía lo mucho que le importaba a Alexis que Jay estuviera en aquel estado, sentía su dolor y rabia porque yo lo sentía con Jack. Ambos eran nuestros compañeros desde que entramos a la base, con los que nos complementábamos a la perfección. Sabiendo, que si algún día morirían, nadie sería capaz de reemplazar su puesto.
—¿Cómo estás? —Le pregunté al ver que no despejaba la mirada de la ventana. Tragó saliva mientras negaba un par de veces con la cabeza y luego levantó los hombros y los bajó en modo de no saber. —Sé como te sientes, Jack es para mí como Jay lo es para ti. —Entonces dirigió su mirada triste y apagada hacia la mía.
—Nunca debimos continuar la misión. —Me dijo con rabia. Apoyé la cabeza en mi asiento mientras miraba hacia arriba suspirando.
—Lo sé. —Le contesté con un nudo en la garganta. Todo era mi culpa.
—Ryan sabía lo que hacía, sabía lo que nos pasaría en cuanto aceptamos la misión y lo camufló tan bien que supo como meternos en el camión con el enemigo sin abrir la maldita boca joder. —Me miró fijamente. —Si Jay acaba muriendo, te prometo que no descansaré hasta encontrar a ese hijo de puta y matarle yo mismo. —Me volvió a decir con una voz quebrada haciendo que mirase a otro lado, estaba destrozado, si hubiera la forma de cambiar todo aquello sabiendo lo que iba a pasar, prefería mil veces matarle a unos pocos metros de bajar al desierto que recorrer todo aquel camino con él por nada.
—No descansaré hasta matarle, Alexis. Te lo prometo. —Le respondí mirándole.