Juegos de poder

2.Una propuesta inesperada

El silencio en la oficina de Noah era tan denso que casi podía cortarse con un cuchillo. Yo seguía allí, de pie frente a su escritorio, procesando la inesperada propuesta que acababa de recibir.

Mí mente estaba en caos, tratando de ordenar los pensamientos, mientras la mirada de Noah permanecía fija en mí como si con solo observarme pudiera anticipar su respuesta.

—¿Un matrimonio por conveniencia? —repeti Margaret , todavía incrédula. Aunque había escuchado con claridad, necesitaba decirlo en voz alta para convencerme de que no estaba soñando—. ¿De verdad crees que eso es posible?

Noah asintió, cruzando los brazos sobre el pecho, su semblante serio.

—Es la única solución que veo —respondió—. Y créeme, no me lo tomaría a la ligera si no fuera absolutamente necesario. Mi herencia, la empresa... todo depende de esto.

Mierfs esto era demasiado para procesar. Incluso para mí que era una fan de lo inesperado.Había trabajado para Noah durante años, observando cómo él tomaba decisiones empresariales con frialdad y precisión, pero esto era diferente. Aquí estaba el hombre detrás del CEO, vulnerable por primera vez.

—Noah... —comence a decir, eligiendo cuidadosamente mí palabras—. Sabes que siempre he respetado tu vida personal, y jamás me he involucrado en nada más allá de mi trabajo aquí. Pero esto... es mucho más de lo que esperaba.

Noah se acercó a mí, inmediatamente tras notar mí vacilación.

—Margaret -tomo mis manos- Confío en ti. Eres la única persona en quien podría pensar para algo tan delicado. Conoces mi vida, sabes lo que está en juego. Y, como te dije, no será un matrimonio real. Solo es una formalidad. Después de un tiempo, podemos anularlo. Todo seguirá igual para ti, con la única diferencia de que serás mi esposa por un tiempo.

Podría haber sido melodramática, soltarme de su agarre y darle una bofetada ante su descaro firmando así mí carta de despedido sin embargo me límite a verlo fijamente, intentando leer algo más allá de su expresión seria. Noah siempre había sido un hombre difícil de descifrar, pero en ese momento parecía genuino. Y, aunque la situación me descolocaba, una idea empezó a formarse en mí mente.

“¿Y si pudiera sacarle algún provecho a esta situación?”

La verdad es que mí vida en la oficina no siempre había sido fácil. Aunque llevaba años trabajando allí, siempre había sentido que mí potencial estaba limitado por ser "solo la secretaria". Había observado cómo otros colegas ascendían en sus puestos mientras yo permanecía en la misma posición. La oportunidad que ahora tenía frente a mí, aunque bizarra, era una de esas que no se presentaban dos veces.

—Está bien —dije finalmente, cruzando los brazos y mirando a Noah directamente a los ojos—. Acepto.

Él levantó las cejas, sorprendido por mí respuesta rápida.

—¿De verdad? —preguntó, como si no pudiera creer que ella estuviera considerando seriamente su propuesta.

—Sí, pero con una condición —sentencie hsciendo una pausa, asegurándose de tener mí completa atención—. Si vamos a hacer esto, quiero algo a cambio. Un ascenso. No me malinterpretes, no es solo por el dinero. Quiero que mi trabajo aquí sea valorado. He estado mucho tiempo en esta empresa como secretaria, y creo que ya es hora de avanzar.

Un silencio invadió la sala por un momento, y era evidente que él continuaba procesando lo que acababa de decir.

Estaba en lo cierto, no estaba exagerando nada ni queriendo ser la víctima aquí, lo último que me apetecia era dar lastima.Había sido una empleada excepcional, siempre dispuesta, siempre eficiente. Aún así nunca había considerado que pudiera aspirar a algo más. En mí cabeza yo era constante, alguien en quien se podía confiar, pero no había sido tomada como una pieza clave en su ascenso profesional.

—Un ascenso... —repitió él, frotándose el mentón—. Bueno, supongo que no es un precio injusto por lo que te estoy pidiendo.

Esboce una sonrisa leve, relajándome un poco al ver que Noah lo estaba considerando seriamente.

—No estoy pidiendo la luna, Noah. Solo una oportunidad para crecer dentro de la empresa. Creo que he demostrado mi valía durante estos años.

—De acuerdo. Te daré un ascenso. Pero necesito que entiendas algo, Margaret —afirmo, para asegurarse de que estuviera prestando atención—. Este matrimonio no será solo un trámite en el papel. Habrá eventos, reuniones, y tendrás que estar a mi lado en todas ellas. Todos creerán que estamos casados por amor, y tendremos que ser convincentes.

Sabía que esto no sería sencillo. Al fin y al cabo ambos estábamos poniendo mucho aquí de nuestras partes, no era un simple juego de niños, lo que me hizo pensar… Que tan lejos podia llegar el ser humano que tal de conseguir lo que queria.

Jamás había pensado en formar parte de la vida personal de Noah de esa manera. Ser su esposa, aunque fuera temporalmente, significaba estar bajo los reflectores, ser el centro de atención en reuniones sociales, y tener que soportar las miradas curiosas de sus colegas en la oficina.

—Lo entiendo —respondí finalmente, con una firmeza que no sentía del todo, pero que quería proyectar—. Estoy dispuesta a hacerlo.

Noah rió satisfecho con mi respuesta.

—Perfecto. Entonces, lo haremos. Lo más pronto posible.

***

La noticia de nuestro compromiso se propagó rápidamente por la oficina en cuestión de días. Los rumores volaron como hojas al viento, y no pasó mucho tiempo antes de que cada empleado supiera lo que había sucedido.

—¿Margaret y Noah? —exclamó Sophia, una de las asistentes del departamento de marketing, mientras tomaba un café en la sala de descanso—. ¡No lo puedo creer!

—Yo tampoco —respondió David, del equipo de ventas—. Nunca los vi juntos fuera del trabajo. Es tan... inesperado.

Los murmullos y susurros llenaban los pasillos. Claramente no era de mí agrado, no estaba preparada para estar literalmente en el ojo del huracán.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.