El departamento se sentía algo solo a estas horas. Lucas había ido con Leo y Felipe a jugar un partido de fútbol en una cancha de cinco. Me gustaba ir a verlos, era muy entretenido, me habían invitado, pero yo solo quería acostarme y ver una serie o escuchar música. Eran como las ocho de la noche y ellos no hacía mucho que se habían ido. Tenía al menos unas dos horas más en completa soledad.
Al sentarme en el sillón, note el dolor muscular que me traía encima, lo que me llevó a pensar en James y nuestro momento en la biblioteca. Sentí el calor subir nuevamente por mi cuerpo, llegando a cada parte de mí. Cerré los ojos imaginando sus manos sobre mí. Recorriendo cada parte de mi cuerpo, con sus labios, dejando besos mojados en mi piel, que eran su lienzo en blanco que él debería de llenar.
— Basta Lena — me dije levantándome bruscamente del sillón en busca de distraer mi mente.
Busqué mi ropa para poder bañarme. Un simple camisón de seda en color negro que Emily me había regalado para ocasiones especiales. Al abrir el cajón de ropa interior recordé lo que en el fondo tenía guardado para momentos de necesidad, un amigo de goma con cinco niveles de intensidad. Dudando, lo llevé conmigo al baño.
En la ducha, mi imaginación y las sensaciones volvieron a mí. Pero provocadas de manera intencional. Mi centro de placer estaba requiriendo mucha atención, y yo estaba dispuesta a dársela. Poco a poco empecé a tocarme, lento, acariciando, sin introducir nada aún. Cuando sentí la necesidad de estar lista para querer más, sonó el timbre. Me lleva el diablo. Estaba dispuesta a ignorarlo, pero la insistencia me obligó a salir.
— Ya voy — gritó cuando salí del baño dispuesta a cambiarme. Agarro una camisa gigante y unos shorts negros. Envuelvo mi cabello en la toalla y me dirijo a la puerta. Realmente espero que sea importante.
— Ya era hora, ¿Por qué la tardanza? — ingresó a mi departamento Emily.
— Claro, adelante — puse los ojos en blanco — ¿Por qué tan tarde?
— Tengo la invitación para el sábado y te vengo a proponer ir mañana temprano a comprar ropa — dijo feliz. No podía enojarme con ella por arruinar mi fantasía con su hermano, sería raro de explicar.
— Primero, gracias — tomé la invitación y me pareció muy hermosa, parecía una invitación de la realeza — Segundo, ¿mañana temprano? ¿Qué tan temprano?
— ¿Nueve? — dijo mientras sacaba algunas cosas de la heladera, asumo que para hacer algo de comer.
— Sí, seguro, puedo tomarme el día para ir ¿Te quieres quedar? — volteó a verme confusa — Estoy sola, Lucas salió y bueno, quería pasar tiempo contigo y hablar sobre algo.
— Nos vemos casi todos los días — sonrió alegre, pero notó algo en mi rostro. Era mi mejor amiga, me conocía lo suficiente para saber que algo pasaba — ¿Qué sucede?
— Hablé con Felipe y parece que le intereso. Quiere conocerme y ver si llegamos a algo. Me aterra pensar que se vaya a asustar con lo que encuentre dentro de mí. Que no le guste.
— Ey, si él pidió conocerte, tiene que ser por alguna razón. Seguro que le gustas — sonrió feliz — ¿Y a quién no? Eres una mujer espectacular — dijo orgullosa.
— No lo sé Emi, no creo estar lista para una relación.
— Tienes que volver a darte la oportunidad Lena — insistió — Sé que no la pasaste bien la última vez y lo que pasó luego, no fue culpa tuya. Te hirieron, sé todo lo que sufriste. Era muy confuso, pero Felipe parece quererte bien, sus ojos brillan cada vez que te ve — sonrió con dulzura — Y si te lastima, yo misma me aseguraré de enterrarlo — dijo riendo.
— Si bueno eso — hice menos la situación — Y bien, ¿Cómo te va con tu enamorado? — sonreí picara.
— ¿Enamorado? — se estaba haciendo la tonta, lo sabía — Se podría decir que hay alguien, pero no es nada oficial, nos vimos un par de veces nada más — comentó sonrojada.
— Entonces sí hay un enamorado — le molesté a lo que ella solo sonrió nerviosa.
Mientras comentaba algunas cosas, se me atravesó un segundo James. Entonces decidí hablar con cautela acerca de eso.
— Emi, hay algo que debo decirte — comencé, ella solo dejó su sonrisa en su cara, esperando que fuera algo gracioso, pero no fue así, su expresión cambió por completo cuando seguí hablando — Me enteré de la clase de negocios en los que está James — solté con la mejor delicadeza que pude.
Su rostro, pasó de estar confundida a entender de lo que estaba hablando.
— Entonces, ¿te enteraste o te contó? — se llevó un sándwich a la boca. Ya era el tercero que comía.
— Diría que estuve en el momento y lugar equivocado — froté mi frente cansada, me costaba entender del todo cómo es que aún seguía envuelto en eso. La confusión de Emi se hizo notar, entonces aclaré — James recibió una llamada que requería que se presentará en cierto lugar y yo estaba con él, no tuvo más remedio que llevarme y allí me enteré de su doble vida.
— Oh — solo dijo aquello. Su falta de comentarios me comenzó a poner ansiosa. ¿Qué pensaba de todo esto? — Entiendo que puede ser confuso, yo diría que lo mejor es hacer como si no supiéramos y alejarse, por nuestro bien. Son cosas que escapan de nuestras manos y no entendemos — ella quizás no lo entendía, pero yo sí y no podía permitirme hacer oídos sordos ante el pedido de auxilio de James. No podría cargar con la culpa de saber que pude ayudarlo y no lo hice.
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Editado: 15.11.2024