Ava Hood
Sostengo con fuerza la correa de mi bolso, una suave brisa mueve mi cabello a un lado, causando que gran parte de este se pegue a mi rostro, lo aparto con una de mis manos y miro al cielo, algunas nubes grises se encuentran en él. Mal día para traerlo suelto.
Veo las calles frente a mí, aún me faltan unas cuadras para llegar al estudio de baile, hace unos minutos recibí el mensaje de Bee. Helen pidió una reunión de último minuto con extrema urgencia, no puedo dejar de asistir, además ya estoy más cerca del estudio que del apartamento.
Los carros pasan a mis lados, algunos peatones igual a mí van con paso rápido, no quiero mojarme, eso podría traer una enfermedad en consecuencia y no estoy dispuesta a caer en resfriado sabiendo que tengo grandes compromisos con mi equipo.
Sin importar qué, corro, no me interesan las caras que pongan los demás al verme correr como lunática. Cruzo calles, algunos autos tocan fuertemente sus claxons. Pero lo veo, el edificio que me ha regalado tanto. The academy dance Dupont las primeras gotas de lluvia caen sobre mí cuando mis piernas suben las escaleras para llegar al edificio, entro rápidamente soltando un jadeo. Aferro mis manos a mis rodillas para recuperar el aire.
—Tú.
Una voz profunda llega a mis oídos, giro mi rostro a un lado para encontrar a un rubio parado cerca de las puertas de los estudios. Alzo una ceja, me enderezo y acomodo la correa de mi bolso sobre mí hombro.
—¿Disculpa?—Suelto. Confundida.
El rubio sonríe ampliamente, una chispa de entusiasmo se refleja en sus ojos.
—Eres la mesera del café que está cerca del campus—Señala.
Asiento, fijando atentamente mi mirada en el rubio...
—¡Oh! Tú eres el chico dona—Señalo.
Veo al ojiazul fruncir el ceño con cierta confusión antes de señalarse.
—¿Chico dona?—Repite con alzando una ceja.
Río un tanto avergonzada por mi imprudencia.
—Lo siento, no me dijiste tu nombre y además comiste muchas donas ese día—Respondo. Encogiendome de hombros.
Una cálida sonrisa aparece en los labios del chico.
—Jarek Dron—Extiende su mano, la estrecho con gusto—. Además esas donas son la gloria, no vale la pena comer solo una.
Sonrío. No miente, los Nolan hacen maravillas. Excepto por Bee, él hace... Otras cosas.
—¿Dijiste que tú apellido es Dron?—Pregunto luego de unos minutos, Jarek asiente—. ¿Tú y Sídney Dron son familia?.
Sidney es mi única amiga femenina (Nacida mujer) en el estudio, las demás chicas son increíbles bailarinas y colegas, pero nada más de lo profesional.
—Es mi hermana—Confiesa—. Por cierto, eso de llamarte mesera no es de lo más educado—Frota su nuca.
Asiento dispuesta a decirle mi nombre. Pero una voz a mis espaldas se adelanta.
—Jarek, muevete, ¿Por qué tardas tan...? ¡Estás coqueteando!—Acusa la voz de un chico detrás de mí—Me estoy mojando el culo y probablemente pesqué un resfriado, ¿Y tú coqueteas?
La cara del rubio se torna confundida al igual que la mía. Giro sobre mis talones para enfrentar a la persona a mis espaldas. Mis ojos chocan con su pecho, es alto, mucho. Bien, en realidad yo soy pequeña. Su cabello es completamente negro, obscuro y abundante, sus ojos hacen juego con su cabello siendo estos un cielo nocturno perfecto. Es de piel blanquecina, los rasgos de su rostro son delicados pero masculinos. Trae un abrigo azul y unos vaqueros obscuros.
Dios, es lindo.
Carraspea. Parpadeo un par de veces buscando en los archivos de mi memoria lo que le iba a decir al chico hace unos segundos.
—¡Tu nombre, mesera!—Recuerda el rubio a mis espaldas—Y tú no te metas, no estamos coqueteando, idiota.
Sus labios tiran en una sonrisa ladina, se cruza de brazos sobre su pecho y a duras penas giro para concentrarme en Jarek.
—Un placer chico dona, soy Ava.—Le guiño un ojo antes de encaminarme al estudio.
Siento el par de ojos en mi espalda. Lo ignoro.
Empujo la puerta y los nervios caen sobre mis hombros como si me estuviesen esperando para hacerme una emboscada.
•••
—¡No lo puedo creer!.
Bee se lanza sobre mí para apretujarme entre sus brazos con fuerza, me mantengo inmóvil. La expresión en mi rostro es todo un poema, aunque su grito fue lo suficientemente fuerte como para alertar a toda una nación en mi mente sono tan ligero. Siento la humedad bajar por mis mejillas; estoy llorando.
Mierda, estoy llorando frente a mí equipo.
Los grandes ventanales permiten que la luz entre por estás, en esta ocasión el panorama exterior no es tan soleado, la lluvia que azota la ciudad deja su huella por estás, pero el clima y mi estado de ánimo actual no son nada compatibles... O tal vez sí.
—Ava, dí algo—Helen se encuentra frente al grupo, su acento francés marcandose en sus palabras. Las manos entrelazadas detrás de su espalda, esa pose rígida que le aporta elegancia, sus rizos pelirrojos que caen con perfección sobre sus hombros, el verde magnético de sus ojos fijándose en los míos—, como nuevo capitán debes plantearte el objetivo principal; guiar a tu equipo.
Nuevo capitán
Soy la nueva capitana de los stage owners. Me parece tan irreal que Helen me haya tomado en cuenta como la sucesora de Carter. Hay tantos buenos prospectos aquí, mejores que yo sin duda. Y aún así, ella dijo mi nombre, no fue una alucinación. Ava Hood salió de sus labios.
Doy un paso al frente, con un rápido movimiento seco mis mejillas de todo rastro de lágrimas. Le sonrió a Helen aunque ella mantenga esa expresión intachable en su rostro, se caracteriza tanto por su seriedad, pero en realidad es dulce.
—Me voy a esforzar lo suficientemente para que juntos rebasemos todas tus expectativas.
La veo asentir satisfecha con mi respuesta.
•••
—¡Tenemos que ir a un bar!—Propone mi mejor amigo, pasando su brazo sobre mis hombros—Ni creas que no celebraremos esto—Se apresura a interrumpir lo que estaba por decir.