Capitulo 8

Ava Hood

Me mantengo tensa durante los cinco minutos de camino restante, no he dejado de pensar en qué decirle a mis padres. Jarek me explicó que tuvo una plática telefónica con mi madre anoche, pero eso no asegura que mi cabeza siga en su lugar cuando atraviese el umbral del apartamento. Me siento un tanto caótica y muy nerviosa.

Juego con mis manos en mi regazo y mantengo la vista en la ventana del auto, es incómodo compartir un espacio tan reducido con una persona completamente desconocida, sobre todo cuando esa persona es del sexo contrario. Y aún más cuando es sumamente atrayente visualmente hablando. Y pensar que horas atrás lo estaba escudriñando en un escenario, pero es inevitable no querer admirar un momento a este chico. Su altura le da un aire sexy, el cabello que tiene desordenadamente perfecto los ojos oscuros pero hipnóticos, los labios delgados que cada que los frunce se ven provocadores.

Sencillamente este chico es una bomba, una sencillamente placentera a la vista ajena, es como un helado de chocolate, clásico, nada fuera de lo normal, pero, aún teniendo mil sabores distintos para escoger siempre terminas tentado por el chocolate. O al menos en mi caso.

—Así que tú eres la famosa mesera que Jarek alaba—Afirma el pelinegro, turnando su mirada entre la carretera frente a él y yo.

Alzo una ceja. Explotando la burbuja en la que lo comparé con un helado.

—¿Alaba? 

Asiente

—Dice que eres rápida para llevar las donas, eso para Jarek es más que suficiente para crearte un altar.

Río por lo bajo, no es mucho lo que he compartido con el chico dona, pero se puede apreciar de simple vista que es una persona harmoniosa y muy graciosa, con tan solo intercambiar un par de palabras con él se puede crear un pequeño lazo afectuoso, es como cuando ves un juguete nuevo, no sabes cómo es ni cómo se usa, pero lo quieres, te gusta y atrae. Claro que en mi caso el rubio no es un juguete, pero creo que podríamos llegar a ser buenos amigos.

—Solo hago mi trabajo—Resto importancia. El chico sonríe, más por cordialidad que por otra cosa. De pronto siento la necesidad de quebrar el pesado e incómodo silencio que se creo en el lugar nuevamente—Son buenos.

Es su turno de enarcar una ceja

—Su banda—Explico—Se nota que es un juntos o nada.

Recuerdo que en el club estaba ansiosa por escuchar la voz del pelinegro a mi lado, que cuando comenzaron la primera canción sentí una especie de cosquilleo en mi espalda. Emanaron electricidad que se aferró a mi cuerpo e impulsó a qué perdiera un poco el control, mucho en realidad, en cierta parte es culpa de ellos, pero eso no lo diré. Cómo tampoco quiero recordar que perdí los estribos al grado de tomar un auto con tres hombres y los restos del cuerpo sin neuronas sobrias de mi amiga a quien sabe dónde.

Nota: soy muy fácil de secuestrar y matar estando ebria

—Gracias, no es tan complicado lidiar con ellos, parece, pero no lo es—Informa—Creo que el hecho de que seamos buenos amigos nos beneficia, es como una especie de ventaja que aporta complicidad. Sin una buena conexión entonces estaríamos perdidos.

Sonrío compartiendo su punto de vista.

—Estoy de acuerdo, en un grupo debe haber equilibrio, buenas energías. Sin nada de eso todo se vendría abajo—Confieso—Es difícil lidiar con la carga de ser quien debe mantener todo en orden—Susurro la última parte sintiendo el temor entrar en mí 

Siento que es justo ahora que el verdadero peso de ser la nueva capitana de los owners está cayendo sobre mí, y con él los miedos. Muerdo mi labio inferior, no me había detenido a pensar con detalle todo esto, debo ser quien mantenga al equipo unido, lograr que encajemos dentro y fuera de la pista... Y sobre todo, dar lo mejor de mí para lograr llevarlos a la victoria. Mentiría si dijese que es una tarea fácil y que no le temo, porque lo hago y mucho.

Es un gran peso el que recae en mí, uno que aunque he anhelado desde que comencé en el mundo del baile nunca imaginé que me volvería un manojo de nervios, me siento segura de mis capacidades como bailarina, sé que tengo la táctica, pero ¿Guiar a casi veinte personas más junto a mí? Es un reto sabiendo que no todos tenemos las mismas fortalezas.

—Lo es—Concuerda—Pero quién no se arriesga entonces no merece llamarse líder, un líder es aquel que tiene la valentía de llevar las riendas de la situación cuando nadie más tiene las pelotas de hacerlo. También es justo que decaiga ¿Quien no lo hace? Pero la verdadera fortaleza de ellos está en que no importa cuantas veces caiga se levantará, pero primero levantará a los suyos. Un líder pone primero a su equipo antes que a sí mismo.

Asiento, dejando que sus palabras se graben en mi mente. El auto se detiene, veo a través de la ventana y el complejo de apartamentos me recibe. Quito el cinturón y llevo mi mano a la manija para abrir.

—¿Te llamas Ava, no?

Detengo mi plan y volteo para encontrarme con ese par de ojos negros. Asiento.

—Soy Asher, es un placer—Extiende su mano, causando que sonría un poco. La estrecho.

—Es un tanto raro que te presentes a estás alturas, pero dicen que mejor tarde que nunca—Bromeo—El placer es mío, Asher.

Sus labios tiran en una sonrisa amplía.

—Soy educado, que te puedo decir—Se encoje de hombros.

Asiento antes de despedirme y agradecerle por el aventón. Veo el auto alejarse, llevo mis tenis en mano porque estos a comparación de mi ropa no se secaron. Giro para entrar a mi edificio fijándome en el portero quien al verme alza su mano y me saluda desde su puesto, imito la acción de forma cortés, me encamino a la entrada pero quién se encuentra en ella con los brazos inertes a ambos lados de su cuerpo y una expresión que intimidaria hasta a Hulk me detiene.

—¿Quien era? —Demanda

Mi corazón detiene el bombeo de sangre por un segundo y luego lanza el preciado líquido con furia a través de mis venas y arterias, mi pecho no tarda en demostrar lo que ocurre en mi organismo mientras sube y baja detonando el nerviosismo, siento que podría desmayarme en cualquier momento... Espero y sea pronto. No quiero imaginarme lo que me espera.