Ava Hood
Contradiciendo mentalmente mis propias palabras, camino de un lado a otro en la habitación que comparto con mi hermana. No estoy segura de porqué razón no trate de explicar con mayor precisión lo que ocurrió con Asher.
Claro, mis padres no lo entenderían. Recuerdo toda la plática incomoda que me dio mamá luego de que papá partiera a su trabajo ¿Usaste protección, cierto? Preguntó, ganando que mi rostro se encendiera como un bombillo de navidad rojo. Negué haber tenido relaciones aquella noche, pero la escuché platicar con Nyx: Dile que está bien que explore su sexualidad, pero que use medidas preventivas. No hizo falta que la rubia me lo dijese, apenas vio mi rostro se dio cuenta que la información había llegado a mis oídos, no me pidió explicaciones y se lo agradezco, pero aún siento un gran peso sobre mis hombros. Han pasado dos días desde la petición de mi padre con respecto al pelinegro y han sido dos días en los que no he podido salir de mi estado de shock, necesito encontrar una solución que ayude a apaciguar todo esto sin necesidad de mentir.
Gruño, estoy muy frustrada y cansada, física y emocionalmente, nada me ayuda a despertar de la ensoñación en la que me encuentro. Mis ojos caen en la pequeña bocina en una esquina de mi lado de la habitación, sin pensarlo la tomo. Voy a la cocina y dejo una nota a mi madre que se encuentra en casa de nuestra vecina para que así sepa donde estoy.
Bee me recomendó hablar con Asher, lo cual es lo más prudente ya que inconscientemente él está implicado en esta situación.
¿Cómo le pides a alguien que no conoces que te haga un favor de tal magnitud?.
La fresca ventisca nocturna me abraza cuando cierro la puerta de la azotea detrás de mí, mi cabellera castaña es movida por obra del viento a un lado. Inhalo profundo, consiguiendo un poco de paz.
Coloco la bocina, con el puerto de bluetooth logro conectarla de manera inalámbrica a mi teléfono, voy a mi playlist y dejo sonar la canción que hemos practicado para la competencia anual de baile que será en unas tres semanas.
Tomo mi posición. Me agacho de lado dejando que mi rodilla derecha toque el suelo mientras que, estiro mis brazos dejando mi cabeza viendo hacia abajo, las palmas de mis manos se presionan contra el piso. Solo es cuestión de que la música comience para que mi realidad pase a otro plano, uno en el que no estoy preocupada por una posible mentira que promete acabar mal.
Asher Scott
Dejo de escribir en mi cuaderno, está canción me ha arrebatado noches enteras de sueño y es que aún no logro descifrar cómo es posible que escriba sobre algo que no estoy seguro y sea real para mí. Tal vez mi subconsciente me juega una treta, o simplemente es por moda. Sí, eso, moda.
—Your hands... —Releo las dos palabras que hasta ahora se supone son parte del estribillo, uso el bolígrafo para dar ligeros golpecitos en mi cabeza como si está fuese un detonante, una media sonrisa aparece en mis labios—¿Break my soul? No, por supuesto que no—Paso el bolígrafo sobre la última frase eliminandola, sé que puede haber algo mejor... —¡Knooking my door! —Exclamo, tomo rápidamente mi guitarra y comienzo a tocarla—Your hands knooking my door
Sin previo aviso la puerta de mi habitación es abierta, una pelinegra de baja estatura entra por esta, en sus labios una diminuta sonrisa, frunzo el entrecejo.
—¿Cómo entraste? —Cuestiono, dejando mi guitarra a un lado.
Jen sacude su cabello para dejarlo detrás de su hombro, una de sus manos se aferra a su cadera y me mira con una ceja alzada.
—De la misma forma en que lo hago siempre, por la puerta—Suelta con sarcasmo, se acerca a mí y en un rápido movimiento me arrebata el cuaderno, no me molesto en quitárselo—¿Intentas escribir tu propia canción, Ash?
Asiento sin dejar de jugar con la pelota
Sus ojos se mueven sobre el papel y frunce el ceño un par de veces antes de soltar una carcajada.
—Si claro, como si esto pudiese convertirse en una buena canción—Señala el cuaderno, antes de dejarlo en mis manos nuevamente—Creo que te van mejor los covers
¿Alguna vez han experimentado esa punzada en tu corazón cuando alguien que te importa te lastima con palabras? Me refiero a que, sin importar qué, esperaba más apoyo por parte de quién se supone es mi novia. Miro cejudo el cuaderno unos minutos.
Tal vez Jen tiene razón, no tiene suficiente material para convertirse en una buena canción, lo dejo sobre mí escritorio.
—Vine porque hace mucho que tú y yo no pasamos tiempo juntos—Confiesa, se acerca a mí y pasa sus brazos sobre mis hombros, acerca sus labios a mi rostro y deja un pequeño y rápido beso en los míos—Así que levántate, deja de perder el tiempo en cosas que no son productivas para tí y ven conmigo a dar un paseo.
No sé que odio más, el hecho de nunca poder negarme cuando de ella se trata o que esa punzada en mi corazón duela como una especie de recordatorio.
—Bien
•••
Miro el lugar a mi alrededor, se supone que esté sería un paseo para retomar tiempo perdido entre Jen y yo, pero la pelinegra olvidó acotar que junto a nosotros también pasarían tiempo de calidad sus amigos y todos siendo invitados, económicamente hablando, por mí.
Es una especie de bar, música movida, karaoke, buenos tragos. Nada nuevo, es más grande que el club en el que trabajo, pero no tan moderno. Le doy un último trago a mi bebida vaciandola por completo, Jen está sentada frente a mí tomándose selfies con sus amigas, trato de relajarme, dejarme llevar por la música, pero la tarea falla. Una y otra vez.
El olor a alcohol mezclado con cigarrillo inunda mis fosas nasales, las luces moviéndose de un lado a otro atrapan mi atención y me hacen preguntarme ¿Es ésto lo que quería? Se supone que está bien salir y disfrutar con tu pareja y puede que con amigos incluidos, pero después de tantas peleas, idas y venidas en la relación, yo creí y confíe en que lo tomaría en serio está vez, en qué seriamos solo ella y yo tal vez caminando como los primeros días cuando la conocí, yendo a alguna heladería o café solo para estar tranquilos... pero aquí estoy sintiendo que sigo dando vueltas en el mismo circulo vicioso sin detenerme.