Capítulo XIX: Área por área es igual a…

Kiriko e Izamu se encontraban explorando la zona, había escuchado mucho ruido de sus compañeros por las otras peleas, e iban a apoyarlos, pero…
–¡Izamu, cuidado! –ambos pudieron esquivar una explosión que venía desde el cielo, sus oponentes habían llegado…
–¡Por fin encontramos con quien pelear!
–Si cariño, pero no te confíes.
–Tranquila, estaba muy emocionado por jugar.
–Parece que las maldiciones también tienen sentimientos. –respondió Kiriko con un tono arrogante.
–Idiota, nosotros nacemos de ustedes, ¿cómo no íbamos a sentir lo mismo que ustedes?
–Es cierto, parece que tienen emociones, pero eso es solo lo que quiere esconder su propia locura.
–Tsk. –sin mediar más palabras, Kurohana extendió su cabello para encerrarlos. Kiriko ya estaba listo para descomponer el cabello, pero no contaba con…
–Tiro Explosivo.
–¡Mierda…!
–Onda Expansiva: Choque Espejo –Izamu activó su ritual, provocando una onda que buscaba repeler la explosión de Bakuto.
–Wow, que buena estrategia.
Kiriko terminó de descomponer el cabello y salieron para volver a ver sus oponentes.
–Así que tú eres Bakuto.
–Si, y ella es mi mamá.
–¿Eh? –Izamu y Kiriko quedaron igual de sorprendidos por tal declaración.
–Cariño, ya te dije que no me digas así en público.
–Ah, perdón, lo olvidé.
–Bueno, mucha plática, ya es momento de que sean exorcizados. –respondió Izamu interrumpiendo la plática de las maldiciones.
–Maldito hechicero irrespetuoso. –Kurohana atacó de nuevo, pero…
–Gas Venenoso –el veneno descomponedor de Kiriko, ahora en forma de gas, debilitaba el cabello de Kurohana.
–Izamu, te dejo a la maldición explosiva esa.
–Muy bien.
Y así, Izamu y Kiriko peleaban, cada quien, por su lado, y, ¿que provocaba su división? Provocaba que el daño se ampliara por la zona montañosa, provocando la alerta de algunas personas que se encontraban cerca, pero no podían detenerse ahora, estaban en un momento importante, si se retiraban podrían hacer que los demás cayeran en desventaja, pero, si seguían usando más poder, provocarían más daño, ¿qué debían hacer?
–¡Izamu, somos sus debilidades, concéntrate en contrarrestar sus técnicas, esperaremos a que alguno de nuestros compañeros venga, mientras tanto, resiste y no hagas mucho daño en el área!
–Entendido.
¡La pelea se volvía más de desgaste y determinación! ¿Quién podrá resistir más? Aunque solo era una pelea de ese tipo, cada quien recibía algún daño, aunque los hechiceros tenían rituales ventajosos, estaban perdiendo el control de la batalla poco a poco… ¿perderán…? ¿Acaso esto es lo que provoca la confianza con la que los hechiceros siempre estaban rodeados…?