Junto a la fogata

Cuento #3.

"El hotel Lodge"

Marianne.

Mis manos temblaban y mis dientes castañeaban el frio era cada vez mayor y las personas a mi alrededores no tenían intención de irse pronto a dormir y siendo sincera yo no pensaba entrar en aquella casa sola y menos de noche, cada vez que entraba me recordaba al hotel de miedo que aun en las noches suele atormentarme, aunque no fue tan terrorífico para ser mi primera experiencia paranormal me quito todas las ganas de seguir viajando en carretera con mi cuñada ya que ella es un imán de esas horribles cosas.

—Bien yo contaré la siguiente historia —dije emocionada—. Esta historia sucedió en mi primer viaje con mi hermano y mi cuñada.

Todos me prestaron su absoluta atención por lo que emocionada comencé a relatar todos los recuerdos de aquel día. Recuerdo que ya pasaban de las doce de la noche cuando llegamos al pueblo de Lodge uno de los sitios menos turísticos y con más mala fama, cada persona que tenía que pasar por el o quedarse una noche siempre se iba con una mala experiencia y lastimosamente nosotros no fuimos la excepción.

3 años atrás.

Acabamos de llegar al pueblo de Lodge y por un berrinché de mi cuñada tuvimos que buscar un hotel solo porque ella decía que no podíamos seguir en la carretera o algo malo nos pasaría, como si ella fuera adivina y mi hermano como es un maldito mandilón le hizo caso y ahora estamos aquí parados frente a este sucio y horrible hotel el cual me preguntó cómo le hace para seguir funcionando con tan mala pinta.

—Marianne— me llamo mi hermano —. Tú dormirás con Alessia.

— ¿Qué? ¿Por qué? — pregunté enojada —. ¿Y Owen?

Con eso dio por terminada la conversación y no me quedo más que seguirlos y entrar en aquel hotel, en ese hotel había una pequeña sala de espera donde decidimos ir a sentarnos mientras mi hermano iba a registrarnos, realmente no tenía ganas de dormir con Alessia y no es porque la odie o algo por el estilo es simplemente que a veces me asusta con todo lo que dice o su manera de actuar y en ciertas ocasiones me preguntó cómo rayos mi hermano esta tan enamorado de ella cuando parece que esta medio loca, aunque claro pensándolo bien mi hermano esta igual de loco que ella creo que por eso hacen tan buena pareja.

—Siento unas vibras tan extrañas —Susurró Alessia, pero al estar cerca de ella alcance a echarla.

—Todo estará bien amor—Jasón había terminado el registro y se acercó sin que lo notáramos —. Esta es su llave, llámeme si algo ocurre.

Alessia solo asintió y se despidió de él por lo que yo hice lo mismo y fui a despedirme de Owen para después caminar hacia el elevador el cual nos dejó en el tercer piso donde al parecer estaban nuestras habitaciones, una vez que salimos que aquel horrible elevador que parecía que en cualquier momento se caería caminamos hasta estar frente la puerta marcada con el numero #336, Alessia por su parte abrió la puerta y entro por lo que yo la seguí. El cuarto era simplemente horrible y de mal gusto, ninguno de los colores, muebles o artefactos combinaban era simplemente espantoso y dañino para mi vista de diseñadora, dios sabía que quedarnos en este basurero de lugar no era buena idea.

Con un resoplido avente mi mochila al suelo y me deje caer en la cama la cual estaba igual de dura que una piedra y las almohadas no se quedaban atrás, era simplemente incomodo estar acostada en este lugar y no era la única que lo pensaba ya que Alessia también se movía de un lado a otro buscando una buena posición. En estos minutos intentando acomodarme en esta dura cama tome la decisión de hacerle un bien a esta escoria de pueblo y ayudarles como diseñadora de modas e interiores a mejorar su espantosa imagen, claro, pero eso solo lo haré cuando este tan loca como mi cuñada para pensar en volver aquí y con ese pensamiento por fin decido dormir un poco, aunque la idea de dormir en el asiento del carro es más tentadora seguro es más cómodo que esta cama.

Realmente no recuerdo en qué punto me quede dormida pero el hecho de que ahora este despierta se debe al fuerte viento que circula en la habitación haciendo que la puerta y la ventana hagan constante ruido al abrirse y cerrarse de golpe, eso también levantó a Alessia solo que ella se veía molesta y enojada por los ruidos.

—Duerme no pasa nada —Dijo, para después acostarse de nuevo dándome la espalda.

Hice lo mismo que ella y me acosté nuevamente con la esperanza de poder volver a conciliar el sueño, pero no sé en qué momento comencé a sentir mucho frio que por más que me tapara con aquella fea sabana no dejaba de temblar, era extraño que se sintiera esta temperatura en pleno verano cuando comúnmente las noches son calurosas.

—Hace mucho frio —me volteó para ver la cama donde se encontraba acostada Alessia, pero está ya estaba de pie —. ¿Qué haces?

—Toma esto y no lo sueltes—me entrego una extraña bolsita —. Voy a buscar a tu hermano, quédate aquí y no salgas para nada.

Yo solo asentí y ella salió rápidamente de la habitación, comencé a observar la bolista con mucha curiosidad de ver que contenía, pero decidí mejor no abrirla, pues no sé cuántas veces mi hermano me había repetido que si alguna vez Alessia me daba una lo único que debía hacer era guardarla conmigo y pensándolo mejor con lo chiflada que esta mi cuñada no quiero ni imaginar lo que podría haber a dentro. Espere por un largo rato, pero nadie venia y comenzaba a aburrirme, lo peor de todo es que la temperatura aun no aumentaba y un olor nauseabundo comenzó a invadir la habitación entera.




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