Juntos por siempre

Capítulo - 2

- Bueno nosotros nos tenemos que ir porque vamos a ir a ver a los padres de Matías.

- ¿No se pueden quedar un rato más? Hace mucho que no los vemos. 

- Lo siento mamá pero los niños y yo queremos ir también a ver a Matías pero te prometo que mañana venimos otra vez.

- Está bien hija no te preocupes. 

- Gracias papá – llamo a los niños y entran corriendo. 

- ¿Qué pasó mamá? 

- Ya nos tenemos que ir así que despídanse.

- Adiós abuelitos. 

- Adiós mi niño te portas bien.

- Claro que si abuelita. 

- ¿Que, no se van a despedir de mi? – los tres van a abrazarla. 

- Gracias por los regalos tía.

- De nada mi amor que bueno que les gustaron. 

- ¿Quieres que los lleve? Voy a la empresa por algo y me queda de paso. 

- Sino es molestia si. 

Nos despedimos y salimos de la casa donde estaba el auto de Pablo, en todo el camino los niños iban jugando. 

- Por cierto ¿Cómo va la empresa? 

- Todo va muy bien, la dejaste en buenas manos. 

- De eso no me queda duda. 

- Ahora que estas aquí creo que sería bueno que te involucradas en la empresa para que tengas conocimiento de todo. 

- No lo sé, Pablo tu estas a cargo y yo confío en ti.

- Si, lo sé pero recuerda que es la empresa de Matías y ahora paso a ser tuya así que tienes que hacerte cargo, al menos eso hubiera querido el. 

- Lo tengo claro pero todavía no estoy lista para eso.

- Está bien pero por lo menos prométeme que lo vas a pensar y vas a tratar de acercarte. 

- Lo prometo pero ya mejor dime ¿Cómo va la otra empresa? 

- Todo va muy bien, Fabián ahora está a cargo de ella y bueno como ya sabes las empresas están asociadas. Por cierto en dos días vamos a conocer a un nuevo socio. 

- Eso es muy bueno, me alegra que todo vaya muy bien – volteo a verlo por unos segundos - ¿Tú como has estado? 

- Yo estoy muy bien ¿Por qué la pregunta? 

- Yo sé que también te afecto mucho la muerte de Matías, el era tu mejor amigo casi un hermano para ti. 

- Bueno – suelta un suspiro – sobre eso también fue muy difícil para mi pero ya estoy mejor y por eso fue que acepte hacerme cargo de la empresa en lo que tu no estabas. 

- Está bien desde mañana empezaré a ir a la empresa contigo.

- Me da mucho gusto escucharte hablar así – volteo a verlo al escuchar que apaga el motor – Llegamos ¿Quieres que pase por ustedes para llevarlos al cementerio? 

- No quiero molestarte, debes de estar muy ocupado. 

- Claro que no de hecho yo también quiero ir a verlo. 

- Está bien te mando mensaje para que vengas por nosotros – volteo a ver a los niños – despídanse de su tío. 

Los tres se despiden de él para después bajar del auto y dirigirnos a la puerta, después de unos segundos nos abre María la nana de Matías. 

- Señora Daniela no sabe el gusto que me da volver a verla. 

- A mí igual me da mucho verte nana – le doy un corto abrazo – ya te dije que no me digas Señora, simplemente soy Daniela. 

- Pero entren – se hace a un lado para que entremos y desde que pongo un pie a dentro me da un escalofrío – los Señores se va a poner felices de que estén aquí. 

- Muchas gracias María. 

- Y a ustedes mis niños les voy a preparar su comida favorita. 

- Gracias nana pero no se si nos quedaremos a comer solo vinimos de rápido de hecho ¿Dónde están? 

- El Joven Diego está de viaje y los Señores están en el jardín con mi niño Fabián.

- Muy bien vamos ir a verlos, muchas gracias.

Mis suegros se encontraban sentados tomando el té mientras conversaban y Fabián estaba concentrado en su celular con un vaso de whisky en la mano.

 Nos acercamos y el primero en notar nuestra presencia es Fabián así que se levanta de su lugar y camina hacia nosotros con una sonrisa en el rostro. 

- No sabes que alegría me da verlos aquí – decía aún sonriendo, mis suegros voltean y quedan igual de sorprendidos. 

- Daniela que gusto tenerlos de vuelta ¿Cuándo fue que llegaron? 

- Me da mucho gusto verlos después de tanto tiempo – sonrió y me acerco más – De hecho llegamos hoy por la madrugada. 

- Que bueno que decidiste regresar aunque sea por un tiempo. 

- ¿Acaso no van a saludar a su tío? 

- Si tío ya los queríamos, ver los extrañamos mucho – de igual manera los tres lo abrazan.

- Pero que grandes están.

- Sí ya han crecido más desde la última vez que los vimos ¿Cuántos años tienen ahora? 

- Mateo tiene diez, David tiene siete y Damián cinco. 

- Cada día más se parecen a su papá. 




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