- Bueno nosotros nos tenemos que ir porque vamos a ir a ver a los padres de Matías.
- ¿No se pueden quedar un rato más? Hace mucho que no los vemos.
- Lo siento mamá pero los niños y yo queremos ir también a ver a Matías pero te prometo que mañana venimos otra vez.
- Está bien hija no te preocupes.
- Gracias papá – llamo a los niños y entran corriendo.
- ¿Qué pasó mamá?
- Ya nos tenemos que ir así que despídanse.
- Adiós abuelitos.
- Adiós mi niño te portas bien.
- Claro que si abuelita.
- ¿Que, no se van a despedir de mi? – los tres van a abrazarla.
- Gracias por los regalos tía.
- De nada mi amor que bueno que les gustaron.
- ¿Quieres que los lleve? Voy a la empresa por algo y me queda de paso.
- Sino es molestia si.
Nos despedimos y salimos de la casa donde estaba el auto de Pablo, en todo el camino los niños iban jugando.
- Por cierto ¿Cómo va la empresa?
- Todo va muy bien, la dejaste en buenas manos.
- De eso no me queda duda.
- Ahora que estas aquí creo que sería bueno que te involucradas en la empresa para que tengas conocimiento de todo.
- No lo sé, Pablo tu estas a cargo y yo confío en ti.
- Si, lo sé pero recuerda que es la empresa de Matías y ahora paso a ser tuya así que tienes que hacerte cargo, al menos eso hubiera querido el.
- Lo tengo claro pero todavía no estoy lista para eso.
- Está bien pero por lo menos prométeme que lo vas a pensar y vas a tratar de acercarte.
- Lo prometo pero ya mejor dime ¿Cómo va la otra empresa?
- Todo va muy bien, Fabián ahora está a cargo de ella y bueno como ya sabes las empresas están asociadas. Por cierto en dos días vamos a conocer a un nuevo socio.
- Eso es muy bueno, me alegra que todo vaya muy bien – volteo a verlo por unos segundos - ¿Tú como has estado?
- Yo estoy muy bien ¿Por qué la pregunta?
- Yo sé que también te afecto mucho la muerte de Matías, el era tu mejor amigo casi un hermano para ti.
- Bueno – suelta un suspiro – sobre eso también fue muy difícil para mi pero ya estoy mejor y por eso fue que acepte hacerme cargo de la empresa en lo que tu no estabas.
- Está bien desde mañana empezaré a ir a la empresa contigo.
- Me da mucho gusto escucharte hablar así – volteo a verlo al escuchar que apaga el motor – Llegamos ¿Quieres que pase por ustedes para llevarlos al cementerio?
- No quiero molestarte, debes de estar muy ocupado.
- Claro que no de hecho yo también quiero ir a verlo.
- Está bien te mando mensaje para que vengas por nosotros – volteo a ver a los niños – despídanse de su tío.
Los tres se despiden de él para después bajar del auto y dirigirnos a la puerta, después de unos segundos nos abre María la nana de Matías.
- Señora Daniela no sabe el gusto que me da volver a verla.
- A mí igual me da mucho verte nana – le doy un corto abrazo – ya te dije que no me digas Señora, simplemente soy Daniela.
- Pero entren – se hace a un lado para que entremos y desde que pongo un pie a dentro me da un escalofrío – los Señores se va a poner felices de que estén aquí.
- Muchas gracias María.
- Y a ustedes mis niños les voy a preparar su comida favorita.
- Gracias nana pero no se si nos quedaremos a comer solo vinimos de rápido de hecho ¿Dónde están?
- El Joven Diego está de viaje y los Señores están en el jardín con mi niño Fabián.
- Muy bien vamos ir a verlos, muchas gracias.
Mis suegros se encontraban sentados tomando el té mientras conversaban y Fabián estaba concentrado en su celular con un vaso de whisky en la mano.
Nos acercamos y el primero en notar nuestra presencia es Fabián así que se levanta de su lugar y camina hacia nosotros con una sonrisa en el rostro.
- No sabes que alegría me da verlos aquí – decía aún sonriendo, mis suegros voltean y quedan igual de sorprendidos.
- Daniela que gusto tenerlos de vuelta ¿Cuándo fue que llegaron?
- Me da mucho gusto verlos después de tanto tiempo – sonrió y me acerco más – De hecho llegamos hoy por la madrugada.
- Que bueno que decidiste regresar aunque sea por un tiempo.
- ¿Acaso no van a saludar a su tío?
- Si tío ya los queríamos, ver los extrañamos mucho – de igual manera los tres lo abrazan.
- Pero que grandes están.
- Sí ya han crecido más desde la última vez que los vimos ¿Cuántos años tienen ahora?
- Mateo tiene diez, David tiene siete y Damián cinco.
- Cada día más se parecen a su papá.
Editado: 12.02.2024