Juntos por siempre

Capítulo - 47

Al día siguiente. 

Álvaro ya se había despertado y estaba en el comedor esperando el desayuno y a Martin que bajara a desayunar con él.

- ¿Por qué no a bajado a desayunar Martin? - le pregunto a una empleada.

- El Joven Martin se fue ayer en la noche con su maleta dijo que se quedaría en un hotel cerca del aeropuerto.

- ¿Y por qué no me avisaste?

- Lo siento Señor yo pensé que usted ya sabia el Joven me dijo que ya había hablado con usted.

- Está bien - decía enojado - tráeme mi desayuno.

La empleada se va y Álvaro le marca a Martin para saber donde es que estaba pero él no le contestaba las llamadas. 

En casa de Tomasso.

- Buenos días, Martin, ¿Cómo dormiste?

- Muy bien, muchas gracias por dejar que me quedara en tu casa.

- No hay nada que agradecer tú sabes que eres más que bienvenido en esta casa que también es tuya.

- Sé los agradezco.

- Pero bueno toma asiento, tienes que desayunar antes de irte de viaje.

- Gracias - decía sentándome - ¿Y Lorenzo, no va a desayunar con nosotros?

- No, tuvo que irse directo a la empresa para dejar en orden unos asuntos antes de irse a México.

- Bueno ya quiero verlo hace mucho que no lo veo.

- Y él a ti - sonrío - él te quiere como un hermano, incluso te podría decir que como un hijo.

- Y yo a ustedes igual, desde la muerte de mi madre han estado conmigo en todo momento.

- Martin tú eres parte de nuestra familia y siempre va a hacer así - lo miro fijamente - yo sé que por lo pasaste ese día y créeme que un día vas a vengar la muerte de tu madre.

- Es lo que más quiero Tom y no voy a descansar hasta que pague ese maldito Infeliz.

- Yo lo sé y cuentas conmigo para todo lo que necesites pero mira ahora no pensemos en eso y vamos a desayunar.

- Tienes razón ya tendremos tiempo para eso.

Empezamos a desayunar, Tomasso a sido mi mejor amigo desde que éramos unos niños, bueno al principio nos llevábamos de lo peor pero con el tiempo nos hicimos amigos y desde entonces nos hemos apoyado en todo.

Él y Lorenzo estuvieron apoyándome en mi duelo por la muerte de mi madre, ellos me conocen mejor que nadie para mi son como mi familia.

- Y bueno, ¿Qué paso con tu padre?

- ¿Por qué lo dices?

- Bueno por venirte en la noche a quedar aquí, me imagino que discutieron.

- Pues la verdad si pero también escuche una conversación de él con el Buitre donde decía que él no quiere a mi primo y mucho menos le importa.

- ¿Y entonces para qué lo quiere?

- Porque lo que tengo entendido mi tío antes de morir dejó en su testamento todo su dinero, terrenos y empresas a nombre de mi primo.

- ¿Entonces tu padre solo quiere lo que le dejo tu tío? 

- Así es, el mismo dijo que después de eso lo abandonaría a su suerte como lo hizo antes, como mi primo es menor de edad, todos sus vienen pasan a manos del tutor hasta que él sea mayor de edad para disponer de lo que es suyo.

- Pero lo que no entiendo es, ¿Para qué quieres tu padre su dinero si él tiene más que él?

- Ay Tom a mi padre solo le importa el dinero y nada más a caso no te queda claro, esta haciendo negocios con el asesino de mi madre.

- Bueno tienes razón y por eso te estoy ayudando para que evites que tu padre se salga con la suya.

- Lo sé y en verdad no sabes cuanto te lo agradezco.

- Y ya te dije que no tienes que hacerlo al contrario decidí que yo iré con ustedes para ayudarte en lo que necesites.

- No como crees, no quiero meterte en problemas.

- Ya tome la decisión Martin y no esta en discusión, aparte como se te ocurre que te voy a dejar solo con todo esto.

- Sei il miglior fratello - Habla en italiano. 

- ¿Qué? ¿Cómo? ¿Escuche bien? ¿Qué soy el mejor? - sonrío.

- No me hagas repetirlo - sonrío.

- Me da mucho gusto escucharte hablar en Italiano, sé que no es fácil para ti.

- Creo que es tiempo de volver hablar en mi idioma al fin y a cabo fue aquí en Italia donde nací.

- Yo lo sé pero hermano, nos queda muy bien hablar en español y más con este acento Italiano.

Seguimos desayunado mientras platicábamos de diferentes cosas.

En México.

Pov Max.

Todo iba muy bien, estaba plácidamente durmiendo hasta que me despertaron unos gritos que venían del cuarto de Santiago donde se había quedado Antonia así que me levanto con pereza y voy a ver que es lo que pasa. 

En cuanto entro los niños ya estaban ahí y ella no dejaba de gritar.

- ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué gritas? - decía tapándome los oídos un poco porque no dejaba de gritar.

No me contesto simplemente no dejaba de gritar y no entendía que era lo que pasaba.

- ¿Qué fue lo que paso niños? ¿Qué le hicieron?




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