Juro que no Llorare de Nuevo

Y cada dia disfrutaba mas esto

Sin duda, Sakura Hurano era la mujer más simple que había visto en mi vida desde atuendos poco discretos hasta la forma de menear las caderas para llamar la atención, debía confesar que hasta la señorita Tenten tenía más presencia, porte y educación.

Mi cara mantenía aquella sonrisa que Sasuke me dicto que debía usar en presencia de todos puesto que debía quedar una impresión de que era el prometido feliz, yo simplemente debía obedecer, después de todo, solo era un accesorio, un accesorio que Sasuke podía usar a su antojo cuando quisiera, lo sabía y jamás lo olvidaría, más sin embargo, jamás me plantee la idea de que en algún momento llegaría a tener sentimientos por otro hombre que no fuera Shikamaru y sin embargo, debo admitir que los sentimientos por Sasuke están empezando a florecer.

Es algo que yo no puedo controlar, es algo que me hace estremecer de pies a cabeza, que provoca miles de sensaciones en mí, desde su forma de verme hasta su sonrisa arrogante que me hace temblar, la forma en que me ve y piensa que no le presto atención, debo admitir que en estos últimos días me he descubierto a mi gozando y disfrutando de provocar al ajeno, de hacer que su miembro se levante cuando me agacho mostrando de más, mostrando que no traigo nada en algunas ocasiones, me he descubierto a mí mismo disfrutar de cómo se masturba con mi ropa interior, de como se masturba en las noches mientras entra a mi cuarto y cubre mi trasero con su espeso y caliente semen, de eso y mucho más me he descubierto.

Miré a Deidara y le sonreí suave, el era con el único que me sentía cómodo y en confianza, el no me juzgaba, no me veía con malas intenciones si no, como un compañero doncel más.

-bienvenido Dei, ¿y tú prometido?- cuestione de forma curiosa y es que si había algo que había entendido es que ellos dos eran inseparables.

-fue a recoger a mis suegros, yo me adelante, me dijo que pusiera cómodo el lugar donde papá Fugaku estará- comento de manera un tanto preocupada por la salud de su suegro, sin embargo, aun los invitados seguían llegando y un pelirrojo y una peli rosa les observaban de forma poco discreta.

-por cierto, ¿qué haces aquí recibiendo a tanta gente, no deberías estar con el emo idiota de mi cuñado?-

-me pidió que...-

-que se vaya por un tubo, no todos están para obedecerlo, no eres su criado, esta idiota si cree que eres uno más, vamos, que los reciba la inútil de Ino que para eso es su secretaria y se le paga- exclamo serio sin importar que la rubia estuviera ahí -a trabajar Yamanaka que para eso te pagan- ordeno

-venga, no tienes que ser tan gro...-

-No Naruto, no se trata de ser grosero o no, se trata de darte tu lugar como futuro esposo de Sasuke Uchiha, de darte a respetar, de demostrar que no eres un sirviente ni un perro que está a sus pies y ordenes, que es eso de que estés ahí, debes estar junto a tu prometido y más cuando las cucarachas se dejan caer, ¿no es así Hurano?-

-ya decía yo que se había tardado en agredirme, señorito D...-

- Uchiha, estoy casado con uno, así que usa ese apellido para referirte a ... Gaara~ lo siento, te olvide por completo, discúlpame, sabes que odio cuando traes a este tipo de gente-

Observe la falsa disculpa del de coleta hacia aquel pelirrojo, Deidara era pésimo aparentando o disimulando sus verdaderos gestos y razones, si algo o alguien le caía mal su rostro lo reflejaba sin necesidad de preguntar o investigar, sus ojos, sus sonrisas, todo en el era tan visible que si no lo notabas tenias que ser un completo idiota.

-Ya déjelo señorito Deidara, sé que tampoco soy de su agrado- comento con aquella tranquila sonrisa mientras veía a Naruto de reojo, sin duda tenia buen cuerpo, bonitas piernas, bonitos muslos, brazos, piel, tenerlo en su cama, probarlo, aunque fuera una vez, si duda sonaba tentador.

||||||||Autor|||||||||

Gaara mantuvo el porte firme pero elegante, jamás había tenido oportunidad de entablar una conversación con Deidara y no era cosa de que se llevaran mal, simplemente que Sasori el cual era su primo provocaba que Itachi les guardara cierto resentimiento.

Todo era debido a que antes de que Deidara fuera el prometido oficial de Itachi, Sasori lo frecuentaba y en ocasiones lo obligaba a cosas que el menor no quería, en pocas palabras lo violaba, lo forzaba a tener sexo y eso era algo que Itachi jamás perdonaría, de hecho, el hecho de que Sasori estuviera en la cárcel y estuviera sin problemas era por que Deidara le había pedido que dejaran el pasado en el pasado, que estaban bien y solo por eso Sasori vivía aún.

-¿Que sucede aquí?- Interrogo Sasuke, portaba un esmoquin color azul marino, ajustado a la perfección, resaltando cada cualidad de su cuerpo, miro a los presentes, ahí estaba, la mujer de su vida, quería abrazarla y... no podía venirse más que un abrazo a su mente, pues cuando se planteaba el hecho de empotrarla de forma ruda contra la pared, quien aparecía era el rubio, con labios entreabiertos, aferrándose a él, con sus piernas bien abiertas mientras gemía su nombre rogando por más.

-Sasuke, mira que sorpresa verte tan sano, querido cuñado- exclamo Deidara forzando su sonrisa -por que haz puesto a Naruto en la recepción es tu prometido no tu empleado- reprendió -le diré a tus padres cuando lleguen -sentencio -por cierto, que mesa has reservado para tu padre?, espero que sea una cómoda alejada de tanto ruido pero que se escuche aceptable y se vea bien- dijo serio -ya no deben tardar en venir y tu madre andaba emocionada- comento

-si Deidara, esta en buen lugar, y ese milagro que mi hermano te dejo salir sin bozal?-

-lo ocupamos para otras cosas en la noche, no como cierta persona que esta frustrada y envidia a otros- dijo serio -ven Naruto, tenemos cosas que hablar-

-¿y tú que cosas podrías hablar con Naruto?- interrogo Sasuke divertido viendo a ambos rubios cuando cierta mujer hablo interrumpiendo aquel momento que a pesar de que se lograba apreciar que se estaban agrediendo era una convivencia cómoda para ellos.




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